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En medio de la conferencia que ofrecía el manager Lorenzo Bundy tras la primera victoria del año, apareció Arturo López, el protagonista de una noche inolvidable en el estadio Alfredo Harp Helú.
Es el mismo Bundy quien anticipa su llegada poniéndose de pie y aplaudiendo. López apenas logra gesticular una tímida sonrisa y toma su lugar para atender a los medios de comunicación por última vez como beisbolista profesional.
“Mi mente no estaba ni siquiera en cómo enfrentar a los bateadores”, confesó el ‘Científico’. “Mi mente solo pensaba en el momento, en la despedida, en que quería que las cosas estuvieran de la mejor manera”.
“Estaba muy nervioso desde hace días. Hoy por la mañana (estaba) muy nervioso, muy ansioso. Estaba pensando en la afición, en cómo me iban a despedir. (Me quedé) sin palabras, no esperaba tanto amor ni cariño de la afición”, continuó relatando el lanzador zurdo.
López subió a la loma de las responsabilidades por última vez como profesional. En medio de un estadio lleno completamente entregado a rendirle el homenaje que su trayectoria merece. Las lágrimas en el rostro del ‘Rey’ Arturo eran imposibles de ocultar, el momento lo había consumido por completo.
“¿Quedarme con un momento (de la noche)? Es difícil elegir uno, pero creo que ese momento en el que salgo a calentar y empiezo a recibir una ovación de toda la gente. Cuando me dirigía a la línea, se me puso la piel muy chinita. El pasillo que me hicieron los jugadores cuando venía del bullpen, ahí me hicieron llorar”, respondió López a pregunta expresa por EL UNIVERSAL Deportes.
Reconocido por su temperamento y fortaleza mental, el hoy retirado pitcher de los Diablos Rojos del México aprovechó el espacio para relatar la única vez en su vida que había llorado en un campo de beisbol, además de la noche de su despedida en el Diamante de Fuego.
“Subir a la loma (en lágrimas), no. Llorar en la loma, sí. Cuando cae el último out de mi juego sin hit ni carrera en Ciudad Obregón y que todo el equipo fue a la loma, ahí sí lloré”, concluyó.