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Connecticut, Estados Unidos, es la tierra natal de Dayana Martin, pero cuando tenía un año, su familia se mudó a Juárez por cuestiones laborales. Desde ese momento, nació un interminable romance entre México y la hoy jugadora del América.
Siete años después, ella y su familia regresaron a suelo americano, esta vez a El Paso; sin embargo, Dayana se llevó mucho del país. Los recuerdos, amigos, gustos culinarios y el idioma, se convirtieron en parte de su vida.
“Cuando me mudé a Estados Unidos la gente me miraba muy raro, porque tenía acento mexicano y no hablaba tanto inglés. México ha sido una gran parte de mi vida y siempre voy a tener un cariño muy especial”, cuenta a EL UNIVERSAL Deportes.
Sin duda, la comida mexicana fue lo que más extrañó. Regresar a México fue el pretexto perfecto para reencontrarse con sus platillos favoritos.
“La comida, todos mis amigos y la gente que estaba; me encantaba la calidad de vida. Todo era muy tranquilo, lo que extrañé mucho fue la comida, porque cuando estaba en El Paso y en Florida no había comida mexicana. Cuando regresé lo primero que hice fue pedir enchiladas, chilaquiles… Eso fue lo que hice”, relató Martin.
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No sólo tiene un gran cariño por el pueblo tricolor, también por la comida picante.
“Me encanta el picante… Creo que las enchiladas son mi platillo favorito y también me encantan todos los dulces mexicanos, el chamoy… Todo eso. Cuando era pequeña, en Juárez, en lugar de pedir comida en mi lonche pedía dulces; mis maestras siempre me regañaban”, agregó.
Hoy, el caprichoso destino la regresó a su amado México, pero con otros sueños y objetivos.