Cuando a Sergio Pérez le dieron la indicación de abandonar, mientras su monoplaza estaba fuera del box, el mexicano golpeó con los puños su volante, en señal de frustración, de enorme desesperación.
Minutos más tarde, aún con la esperanza de algún posible retorno, su rostro mostraba que el de Guadalajara estaba a punto del llanto, del colapso, y es que abandonó tras buscar la punta en la primera curva. Aventurarse le costó quedar fuera de la carrera muy temprano.
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Ya con la cabeza un poco más fría y la aceptación de que no había más por hacer, Checo realizó un análisis y aseguró que se fue de la carrera “tranquilo” por ofrecer lo mejor de sí en los pocos segundos que duró en la competencia.
“Así son las carreras. No es la primera vez que me pasa. Soy deportista, atleta... No hay más. Sé que mañana todo el mundo me matará, pero me voy tranquilo a casa, di todo de mí y me voy orgulloso también de mi equipo”, apuntó Sergio.
El ‘11’ de Red Bull reveló que decidió arriesgar en esa acción con Charles Leclerc, pues en ese momento dejó de pensar en todo lo que no fuera ganar el Gran Premio que es en su casa.
“Sólo pensaba en ganar la carrera. Cuando vi la oportunidad, arriesgué, y arriesgué de más. Estoy consciente de que fue un riesgo muy grande. Si me hubiera salido [la maniobra], hubiera salido de la primera curva en primer lugar”, destacó Checo, quien está por culminar su tercer año como piloto de la escudería austriaca.
Pero, pese al mal domingo, el jalisciense dijo que disfruta su presente, porque “en algunos años sólo serán recuerdos” lo que actualmente vive.
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