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No podía ser de otra forma la carrera en el Templo de la Velocidad. El Gran Premio de Italia, que ha cerrado la etapa europea de este año en la Fórmula Uno, vio un nuevo 1-2 de Red Bull, con el imbatible Max Verstappen y un agresivo Sergio Pérez.
El mexicano se envolvió en dos férreas batallas, que le valieron sumar su podio número 34 en la máxima categoría. Terminó segundo, detrás del neerlandés.
Checo luchó en la primera parte de la carrera contra el Mercedes de George Russell y, aunque aceptó que de haber hecho caso a su ingeniero las cosas le habrían resultado más “fáciles”, pudo superar al británico hasta la vuelta 16. Entonces iniciaron la estrategia, el cuidado de neumáticos y la parada en boxes, con el único objetivo marcado para Monza: Acabar entre los primeros tres.
La gestión del tapatío en la histórica pista italiana lo llevó a escalar; incluso, por momentos fue líder del Gran Premio, pero con un Max enfilado y los Ferraris a tope, Sergio comprendió que lo importante a esas alturas era quedarse con la segunda plaza, que se adueñó luego de pelear llanta a llanta con el español Carlos Sainz, quien se tuvo que conformar con el tercer sitio.
Tras lo sucedido en el Gran Premio de Italia, Verstappen amplía su ventaja en la cima del campeonato, con 364 puntos, por los 219 a los que arribó el tapatío; el tercer escalón es de Fernando Alonso, que lució lejos de su buen nivel.