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La medalla, puede decirse, valió un par de monedas... Unas cuentas monedas fueron la diferencia en el peso de su bicicleta, lo que le permitió a la mexicana Belem Guerrero hacer historia en los Olímpicos de Atenas 2004.
La mexiquense, con todos los pronósticos en contra, logró ganar la medalla de plata en la prueba por puntos... Una historia que no se cansa de recordar.
“Tenía dos pruebas por correr: la de ruta y la de puntos. En ruta estuve entre las mejores 40, pero sabía que iba a obtener algo en la prueba por puntos, era mi especialidad”.
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Guerrero, quien en ese momento tenía a su hermano Daniel como mecánico, no olvida la forma en la que unas monedas le permitieron competir y ganar una presea olímpica.
“Mi bicicleta no daba el peso, faltaban algunos gramos. Mi hermano, para dar el peso, metió unas monedas. Antes se me acercó y me dijo que mostrara el talento, que sacara la casta. Me pidió entregarme”.
Y la magia se dio.
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