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Desde que Andrés Lillini tomó la dirección deportiva de las Selecciones Menores de México, uno de los principales objetivos en la Federación Mexicana de Futbol (FMF) fue cuidar y adoptar talento.
En su etapa al frente del proyecto, son 422 jugadores los que han sido convocados en las diversas categorías; sin embargo, no todos tienen el futuro garantizado en México, al contar con dos o en algunos casos, hasta tres nacionalidades.
“Cuando a un jugador lo metemos en el mapa de talentos, se hacen dos partes: una, la identificación de talento y es para los jugadores que vienen por primera vez; una vez consolidados, los llamamos jugadores de proceso y hacemos un seguimiento individual”, explicó Andrés Lillini en entrevista para EL UNIVERSAL Deportes.
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Convencer al jugador que elija a México sobre otros países que también lo puedan convocar, es una tarea compleja porque más allá de lo futbolístico, es un tema familiar; sin embargo, hasta hoy, “han ido por la derecha y les ha ido bien”.
“Acá tienes que llegar con la familia porque viajan mucho y son jóvenes, explicarles qué hacemos con el futbolista, todo lo que hacemos en selecciones menores. No les ofrezco más de lo que podemos dar porque acá nosotros no prometemos sino el buen trato y seguimiento a su hijo”, declaró el argentino.
Competir con la calidad de vida que puede ofrecer Estados Unidos, cuando el joven se debate entre ese país y México, podría ser un obstáculo para el proyecto de Lillini; sin embargo, el arraigo y orgullo de sus raíces puede más.
“No se pierde, pero sí, para un niño que nace en Estados Unidos, en Europa, y se cría en sus formas. ¿Qué es lo que les llama?, que sus padres son mexicanos, sus raíces… que sean convocados por la selección de sus papaá no sabes el orgullo que les da, no lo pueden creer, se emocionan. El mexicano es muy arraigado a su tierra y eso hace que vengan”, concluyó Lillini.
