Parece que Demna Gvsalia sabe perfectamente su tirada en la firma Balenciaga. Dirigirse a un público millennial es una de las principales (y más efectivas) estragias de mercadeo para que millones de jóvenes (y algunos no tan jóvenes) perciban los productos de la maison como objetos de culto que determinen parte de la moda internacional.

Pero ¿hasta donde llegan los límites de la moda para presentar prendas poco convencionales y por ende generar polémica mundial? tal parece que los límites de Gvsalia están cada vez más alejados a lo 'convencional' en la moda; sin embargo, su propuesta parece ser una de las más aterrizadas en la industria debido a su gran manera de adaptar las tendencias actuales a un público segmentado, cuya estrategia de marketing posee más que todo, fines culturales y económicos.

Y es que no es casualidad que Demna y su manera de ver la realidad en la moda contenga guiños a la cultura pop. Y ni mucho menos es casualidad que sus prendas se coloquen como los objetos más deseados por los consumidores 'conocedores' de lo que acontece la industria de la moda. La estrategia de comunicación de Balenciaga, Gucci, Vetements u Off White han supeditado de manera formidable el consumo de moda no solo en México (un claro ejemplo es el estilo de vestir de la empresaria Inés Gómez Mont) sino en el mundo.

Con el lanzamiento de unas Crocs pensadas para un público determinado cuyo contexto social pone en jaque a su 'gusto', y la transformación de un objeto ordinario en un producto de lujo, Demna nos ha mandado un claro mensaje: la moda también es la manera de cuestionar las propias decisiones estéticas y presentarlas al mundo con cierto guiño snob que, según sea el caso, te hará diferente a los demás. Una persona que consuma productos de lujo y vista unos Crocs de Balenciaga seguramente los usará no porque sean Crocs, sino por todo el contexto que ha involucrado este objeto. ¿Bastante astuto, cierto?

No obstante, hace unos días, la firma Balenciaga presentó en París varias prendas que, ante todo, tenían como propósito mover aunque sea de manera súbita la percepción del lujo en la moda parisina. Se trató de camisas (claramente para hombre, pero totalmente funcionales para mujer) con números telefónicos, los cuales existen y al llamar contesta una voz que te da la bienvenida a la nueva hotline de Balenciaga. Parece que este guiño al erotismo desbalancea completamente el discurso de una moda púdica, correcta y casi pura. Las críticas fueron inminentes.

Presentan las camisas más feas de la moda y son de Balenciaga
Presentan las camisas más feas de la moda y son de Balenciaga

Vogue Runway

Pero ¿estas camisas son el nuevo producto feo después de los Crocs con plataforma? Quizás, pero las prendas como las playeras-guantes de terciopelo que de alguna forma redefinen el menswear parisino, los looks con capas de la colección que hacen una visualización a la necesidad de todos por usar cada vez más ropa, o la redefinición de la silueta masculina con trajes sastres con cintura ceñida, proponen una visión 'diferente' pero apegada a la moda actual y su sed inmesurable por causar polémica.

Presentan las camisas más feas de la moda y son de Balenciaga
Presentan las camisas más feas de la moda y son de Balenciaga

Vogue Runway

Estas prendas sin duda han pasado a la historia no solo por su forma, confección y presentación, sino porque nos hicieron preguntarnos sobre cuál es la relación que tenemos los consumidores de ropa con nuestra indumentaria

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