En el transcurso de nuestra vida pasamos por momentos difíciles, momentos de reconocimiento y también de pérdidas. La buena noticia es que si vivimos receptivos al aprendizaje, cada lección experimentada nos dejará grandes enseñanzas, pero en ocasiones, no nos queda claro y regresamos una y mil veces más al mismo punto.
Como es el caso de Selena Gomez y Justin Bieber , la pareja interminable.
La relación entre los dos cantantes es como un boomerang: va y viene sin parar y en cada nuevo intento, ambos tratan de recuperarlo todo hasta que las mismas actitudes tóxicas regresan y el ciclo se repite. Y esto se conoce cómo el Síndrome de Jelena y Selena Gómez no es la única que vuelve a caer en brazos de su ex.
Esto es tan común, y si tú no lo has vivido, prepárate porque es más común de lo que te imaginas.
¿Por qué regresamos una y otra vez con esa persona?
La psicóloga Adriana García de Mente y Psique, especialista en Terapia Racional Emotiva Conductual en una entrevista para Vogue, dijo que:
“Podemos explicar a las parejas haciendo una analogía con la comida, dentro de las diferentes variedades de comida tenemos las nutritivas, las cuales te llenan de nutrientes, te ayudan a tener energía y fuerza y suman bienestar y salud a tu vida. Tenemos también la comida chatarra la cual no está llena de nutrientes pero nos produce cierto gozo y placer el comerla y, por último, tenemos la comida tóxica, la cual cuando comemos nos produce malestar estomacal, pesadez y enfermedad. De acuerdo al psicólogo Rubén González Vera, podemos hacer la misma clasificación con las parejas: nutritivas, chatarra y tóxicas. Poniéndonos a analizar en específico las relaciones tóxicas podemos encontrar parejas que se condicionan exigiéndole a la otra persona que modifique las conductas que a uno le causan malestar, por ejemplo: "Si quieres que continuemos, tendrás que dejar de salir a jugar domino con tus amigos”. Por lo que él contesta “Acepto, siempre y cuando tú dejes de trabajar”. Ella acepta, terminando el mutilado de "su pierna derecha social" y ella de su "brazo izquierdo intelectual”. Haciendo este tipo de acuerdo y mutilándose continuamente van a orillarlo a seguir juntos, como siameses, porque al final van a terminar con una mano y una pierna para poder andar por la vida juntos. Con esta forma de vivir pueden mitigar su inseguridad y miedo a la soledad, pues al final tienen la idea de que de esta manera la pareja va a sobrevivir. Si la relación termina, se tiene la creencia de que no encontrarán a alguien que los complemente de la misma manera que su antigua pareja, pues ,si seguimos con la analogía, se "cortaron" a la medida y en su mente nadie podrá ajustarse a sus “cortes”.
En resumen, se podría decir que regresamos con nuestro ex porque no dejamos morir el deseo de estar con la persona que solía acompañarnos, el plan de satisfacer la soledad es regresar con la misma persona y eso nos impide seguir adelante.
Si no quieres tener el síndrome de Jelena , lo primero que tienes que hacer es dejar morir el amor que le tenías, aprender a soltar y cerrar el ciclo y trata de conocer gente nueva.
El punto es crecer como persona, luego como pareja y juntos vivir en la felicidad.