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A simple vista, una joya puede parecer auténtica. El brillo, el peso e incluso la marca nos pueden hacer pensar que se trata de oro.
Sin embargo, en un mercado repleto de piezas chapadas, imitaciones de lujo y aleaciones fabricadas para lucir como oro, es complicado verificar su autenticidad.
Por lo anterior, en De Última te compartimos los mejores tips para evitar comprar joyería de fantasía.

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¿Cómo se clasifica el oro en la joyería?
El oro puro es un metal noble, reconocido por su resistencia a la corrosión, maleabilidad y un característico tono amarillo intenso. No obstante, debido a su naturaleza, rara vez se utiliza en su forma más pura.
Según el blog de la Joyería Montón, para darle mayor resistencia el oro se combina con otros metales, lo que da lugar a distintas proporciones mejor conocidas como "quilates":
- Una pieza de 24 quilates contiene 99.9% de oro puro, haciéndola brillante y blanda.
- Las joyas de 18 quilates contienen un 75% de oro, equilibrando la calidad de la pieza, y son las más comunes en la joyería fina.
- Las joyas de 14 quilates y 10 quilates contienen menor cantidad de oro (58% y 41% respectivamente), siendo más resistentes, económicas y las más frecuentes en la joyería comercial.
Dichas proporciones, conocidas como "ley del oro", suelen estar grabadas discretamente en el interior de los anillos, en los broches de los collares o en zonas poco visibles de cada pieza.
Sin embargo, la existencia de estos grabados no garantiza la autenticidad de una joya porque también pueden falsificarse.

¿Cómo saber si una joya es de oro?
Antes de acudir a un especialista, existen otras maneras seguras de poner a prueba una joya en casa, sin dañarla y sin necesidad de instrumentos costosos:
- Prueba del imán. El oro auténtico no tiene propiedades magnéticas, por lo tanto, si la joya se adhiere a un imán es probable que contenga otros metales o sea falsa.
- Prueba de la densidad: El oro, al ser un metal pesado, debería hundirse rápidamente si se deja caer en un recipiente con agua.
- Prueba con jugo de limón o vinagre: Aplicándolo en una zona discreta de la joya, el oro auténtico no debería reaccionar ni mancharse. Mientras que las imitaciones suelen oxidarse o cambian de color.
- Prueba sobre cerámica: Consiste en frotar la joya sobre una superficie áspera, lo que puede hacerla dejar una marca dorada si el oro es real o una mancha negra si se trata de otro metal.
Si bien estos procedimientos pueden ofrecer pistas sobre la originalidad de las joyas, los especialistas señalan que muchas imitaciones bien logradas suelen pasar las pruebas.
Ante la duda, siempre es recomendable confirmarlo con un joyero certificado.

¿Cómo evitar comprar joyas de oro falso?
El blog de la marca TOUS recomienda adquirir las piezas de joyería en establecimientos reconocidos, con reputación comprobable y que ofrezcan garantía.
Pero si decides adquirirlas en otros lados, siempre observa lo siguiente:
- El oro auténtico tiene una densidad elevada, por lo que una joya real es más pesada que una imitación del mismo tamaño.
- El color también es clave. El oro mantiene un tono uniforme, sin variaciones ni zonas decoloradas. Cualquier diferencia notoria puede indicar un recubrimiento o un baño superficial en la joya.
- También es aconsejable desconfiar de precios excesivamente bajos. El oro es un metal valioso y su cotización suele mantenerse estable en el mercado.
Recuerda que una pieza de joyería muy barata, sin certificado y sin garantía, tiene altas probabilidades de ser falsa.
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