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Pasar horas frente a pantallas es inevitable, pero los efectos en la piel aún se subestiman. Diversos dermatólogos han señalado que la , presente en celulares y computadoras, puede acelerar la aparición de manchas y líneas de expresión. En De Última te contamos cómo prevenirlo.

  • La luz azul está en todos lados: el sol, las luces LED, y, sobre todo, en las pantallas.
La luz de las pantallas también impacta la salud y el tono de tu piel. Foto: Freepik
La luz de las pantallas también impacta la salud y el tono de tu piel. Foto: Freepik

Aunque no causa daño inmediato, una exposición constante puede generar estrés oxidativo, lo que contribuye al envejecimiento prematuro y la pérdida de luminosidad.

Los expertos coinciden en que no es necesario alarmarse, pero sí incorporar hábitos que reduzcan el impacto. Cuidar la piel de la luz azul es hoy una extensión natural del moderno.

La protección empieza desde el primer paso

Limpia tu rostro con un gel suave para eliminar impurezas y aplica un suero con antioxidantes —como vitamina C, niacinamida o resveratrol— que ayudan a neutralizar los radicales libres.

El protector solar es un básico incluso en interiores. Elige fórmulas con pigmentos minerales u óxido de hierro, ya que actúan como un escudo ante la luz visible. Si trabajas frente a la computadora, reaplica cada tres o cuatro horas.

El protector solar es clave incluso cuando no sales de casa. Foto: Freepik
El protector solar es clave incluso cuando no sales de casa. Foto: Freepik

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Sprays y brumas

Las brumas faciales se convirtieron en aliadas indispensables. Además de refrescar, ayudan a mantener la hidratación y refuerzan la barrera cutánea. Busca opciones con té verde, ginseng, vitamina E o extractos marinos, que protegen contra el daño ambiental.

Llévala contigo para aplicarla cada par de horas, sobre todo si trabajas con aire acondicionado o bajo luz artificial intensa.

Soluciones naturales

Si prefieres caseras, hay recetas simples que complementan tu rutina. Mezcla agua de rosas con té verde frío para crear una bruma antioxidante que protege y refresca.

Otra alternativa es aplicar una mascarilla de avena y miel una o dos veces por semana. Este combo, calma, hidrata y fortalece la barrera de la piel después de horas frente a pantallas.

Aunque el skincare ayuda, cuidar la piel también implica cuidar tus hábitos. Dormir bien, hacer pausas digitales y mantener una dieta rica en antioxidantes son pasos esenciales para mantenerla saludable.

Mascarillas caseras con miel y avena ayudan a calmar e hidratar la piel. Foto: Freepik
Mascarillas caseras con miel y avena ayudan a calmar e hidratar la piel. Foto: Freepik

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