Las mochilas nos acompañan diariamente a la escuela, al trabajo, a viajes y actividades recreativas, siendo indispensables para transportar objetos personales.
Sin embargo, a menudo olvidamos que también acumulan suciedad, bacterias y gérmenes, lo que puede afectar nuestra salud. Por ello, en De Última te decimos cómo lavar correctamente tu mochila para que quede como nueva.
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¿Por qué es importante lavar las mochilas?
Las mochilas pueden albergar cientos de miles de gérmenes. Estas bacterias se acumulan por el contacto constante con superficies sucias, el almacenamiento de alimentos y el contacto con nuestras manos.

Las mochilas escolares, de trabajo y deportivas son especialmente propensas a contaminarse. De hecho, investigaciones como la del Centro de Estudios en Biociencias advierten que estas bolsas pueden portar bacterias como E. coli, Salmonella y Staphylococcus aureus, que causan infecciones gastrointestinales y cutáneas.
¿Cada cuánto se debe lavar una mochila?
La frecuencia con la que debes lavar tu mochila depende del uso que le des, el entorno donde se utilice y el tipo de actividades que realices con ella. Según el portal Clorox, si se usa diariamente, debe lavarse al menos una vez cada uno o dos meses y desinfectarse cada semana con paños antibacteriales.

Mientras que si está expuesta constantemente a suciedad, humedad, comida, sudor o ambientes públicos, conviene limpiarla con más frecuencia, idealmente una vez al mes o cada dos semanas, especialmente si entra en contacto con la piel o la ropa limpia.
En caso de exposición a alimentos, lodo o líquidos, la limpieza debe realizarse de inmediato para evitar manchas permanentes o proliferación de hongos.
¿Cómo lavar una mochila correctamente
La limpieza de mochilas debe adaptarse al tipo de material y a las instrucciones del fabricante. Sin embargo, los pasos básicos incluyen:
- Vaciar la mochila: Revisar todos los bolsillos y sacudir el polvo o migajas.
- Leer la etiqueta: Algunas mochilas pueden lavarse en lavadora, otras solo a mano.
- Limpieza: Usar jabón suave o detergente diluido para frotar manchas localizadas con un cepillo de cerdas suaves.
- Lavado a mano: Sumergir la mochila en agua fría con detergente suave y frotar con cuidado.
- Secado: Colgar al aire libre, a la sombra, con todos los compartimentos abiertos. Se debe evitar usar secadora.
Se recomienda evitar productos abrasivos o el uso de máquina, ya que deterioran las telas impermeabilizantes, las estructuras internas y los acolchados.
Lavar las mochilas no es solo una cuestión de estética, conocer la frecuencia ideal de lavado y seguir técnicas adecuadas es fundamental para prolongar su vida útil y evitar riesgos para la salud.
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