El Premio Nacional de Artes y Literatura es entregado por el Gobierno de México, a través de la Secretaría de Cultura, a los artistas e investigadores cuyo trabajo y obra han contribuido a enriquecer el patrimonio cultural del país en los campos de Lingüística y Literatura; Bellas Artes; Historia, Ciencias Sociales y Filosofía; así como Artes y Tradiciones Populares. Este año fue concedido a Adolfo Castañón, Alfredo López Austin, Manuel de Jesús Hernández “Hersúa” y Mario Agustín Gaspar. El anuncio lo hizo la UNAM, a través de su Gaceta. Cultura, en cambio, lo hizo horas después a través de un comunicado. En ese boletín hay un párrafo inquietante: “Conscientes de la necesidad de visibilizar el trabajo de las mujeres en las áreas de las ciencias y las artes, e impulsar la equidad de género en el ámbito cultural, la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto Guerrero, ha instruido convocar al Consejo de Premiación para otorgar una distinción extraordinaria para una mujer destacada en estos campos”. Ah, caray. ¿Eso se puede? La convocatoria establece, por ejemplo, que las decisiones de los Jurados serán irrevocables y que únicamente premiará un ganador por Campo. De modo que pareciera que no hay margen para que se premie a otra persona. Sin embargo, también dice que los casos no previstos en la convocatoria serán resueltos por el Consejo de Premiación de conformidad con lo dispuesto en la Ley de Premios, Estímulos y Recompensas Civiles. ¿Y qué dice la Ley? Pues que hay que hacer caso a la convocatoria y que sólo se podrá premiar a los que hayan sido propuestos conforme a ésta. O sea, si acaso este asunto de disparidad fuera considerado como “no previsto” y eso permitiera que el Consejo y el Jurado premiaran a una mujer, tendría que ser a una que haya sido propuesta. Si no consideraron desde un inicio a una de esas mujeres propuestas, ¿por qué tendrían que hacerlo en una segunda vuelta? Y más importante aún, establece que los jurados “no podrán revocar sus propias resoluciones, que son de su exclusivo arbitrio e incumbencia”. La secretaria Frausto reiteró en su cuenta de Twitter que convocará al Consejo de Premiación para que “se premie a una mujer destacada en la cultura”, ¿cuál será su argumentación legal? Ya veremos. Pero digamos que es posible y que se concederá “una distinción extraordinaria” a una mujer, ¿eso no coloca a la posible galardonada en una posición compleja? Esta discusión se ha tenido en El Colegio Nacional en donde ha quedado claro que es muy importante contrarrestrar la histórica falta de paridad. Eso no es lo que está a discusión, lo que sí es discutible es que la secretaria no haya sido, en todo caso, más proactiva desde que se lanzó la convocatoria para que más mujeres fueran propuestas. Que se discuta, que se instrumenten mecanismos que garanticen la paridad, que se reflexione, pero con seriedad, no sólo por convivir y por ser políticamente correctos.
Que Orozco conoce Chapultepec como la palma de su mano
Nos cuentan que los encuentros entre la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, el director del proyecto Chapultepec, Gabriel Orozco, y la comunidad cultural, para escuchar opiniones sobre el proyecto, continuarán; varios creadores recibieron la convocatoria para una segunda reunión este martes. En la primera, Gabriel Orozco, se empeñó en demostrar que si hay críticas es porque los demás no conocen o no escuchan de qué se trata su proyecto; los participantes comentan que la secretaria, por su parte, fue más receptiva. Pero nos cuentan que lo que hizo inolvidable esa primera cita —donde estuvieron ocho especialistas de diversas disciplinas como Alberto Kalach, Antonio Gritón y Jose Castillo— fue que Gabriel Orozco acabó bastante molesto reclamando a otro de los presentes que él conoce mejor que nadie a Chapultepec. ¿Será verdad? ¿Desde cuándo?