De acuerdo con información de la Secretaría de Salud del gobierno federal, cada año se detectan en México más de 25 mil nuevos casos de cáncer de próstata, la mayoría de ellos en etapas avanzadas, y se registran casi 8 mil fallecimientos por esta enfermedad.
A diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, Francia, Inglaterra y España, donde 9 de cada 10 casos son detectados en la etapa inicial de esta enfermedad —lo que permite aplicar un tratamiento oportuno—, en México, 7 de cada 10 pacientes llegan a los servicios médicos especializados cuando ya se encuentra en sus etapas avanzadas.
Nuestro país cuenta con la infraestructura médica indispensable para atender el cáncer de próstata; sin embargo, entre la población masculina del país todavía prevalece un prejuicio machista que impide a muchos hombres practicarse el tacto rectal, vital para detectarlo oportunamente.
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“Las guías de la National Comprehensive Cancer Network (NCCN) establecen que todos los hombres debemos practicarnos anualmente el tacto rectal, así como la prueba de antígeno prostático específico, a partir de los 40 años; otras guías, en cambio, sugieren hacerlo a partir de los 50. Ambas pruebas son complementarias, no podemos escoger una y desechar la otra”, dice Missael Cárdenas Monje, médico cirujano egresado de la Facultad de Medicina de la UNAM y hoy en día residente del tercer año de la especialidad de Urología en el Hospital de Especialidades “Dr. Antonio Fraga Mouret” del Centro Médico Nacional La Raza.
La prueba de antígeno prostático específico se lleva a cabo con una muestra de sangre y tiene distintos rangos: el que va de 0 a 4 es normal; el que va de 4 a 10 representa una zona gris, de peligro; más de 10, una alta probabilidad de padecer cáncer de próstata; y más de 20, una muy alta probabilidad de lo mismo.
“Pero, además, se requiere un tacto rectal para evaluar la consistencia de la próstata, ver cómo es su morfología y buscar en ella nódulos, principalmente, pues, de haberlos, resulta muy posible que constituyan una manifestación de cáncer de próstata”, agrega Cárdenas Monje.
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Síntomas
La próstata es una glándula sexual que forma parte del aparato reproductor masculino; se localiza dentro de la pelvis, debajo de la vejiga y frente al recto, y su principal función es producir semen, el líquido que transporta los espermatozoides durante una eyaculación.
¿Por qué aparece el cáncer de próstata? Cárdenas Monje responde: “El principal factor que incide en la aparición de esta enfermedad es la edad, aunque hay otros factores que también juegan un papel importante en ello: genéticos, ambientales, el sedentarismo, la obesidad, el tabaquismo, el alcoholismo…”
En su etapa inicial, el cáncer de próstata no ocasiona síntomas; por lo general, éstos se presentan en las etapas avanzadas de la enfermedad y son: dificultad y dolor al orinar, flujo de orina débil o interrumpido, sangre en la orina o el semen, dolor al eyacular, dolor persistente en la espalda, caderas y pelvis, dolor en huesos, síndrome de compresión medular, pérdida de sensibilidad en las piernas, anemia…
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Prueba nada sencilla
Una vez que a una persona se le detecta cáncer de próstata, se toma una muestra de ésta mediante una biopsia, para ver qué tanto ha progresado la enfermedad, y se vuelve a practicar un tacto rectal.
“Si la próstata se siente móvil, esa persona puede ser candidata a una prostatectomía (extracción de dicha glándula sexual); pero si no se siente móvil, sino pétrea, fija, no, porque este procedimiento quirúrgico podría lesionar un órgano adyacente o causar más daño. Entonces, la persona es sometida a radioterapia y a lo que se conoce como un bloqueo androgénico total, con el cual se suprime la producción de testosterona en su organismo”, señala Cárdenas Monje.
Por lo que se refiere al pronóstico de sobrevida, dependerá del estadio clínico de la enfermedad: si ésta se encuentra en su etapa inicial, aquél podrá ser de cinco a 10 años; si se encuentra en sus etapas avanzadas, no será tan bueno.
“Evidentemente, el tacto rectal no resulta una prueba sencilla para los hombres; no obstante, sí es necesaria. Por eso, los urólogos debemos convencer e impulsar a los que tengan 40 años o más para que se la practiquen cada año y dejen atrás cualquier prejuicio machista”, finaliza Cárdenas Monje.