Más Información

Joven mexicana al borde de la deportación en EU por error de la policía; ICE planea seguir el proceso de expulsión

Cártel del Noreste usa autobuses de Ómnibus de México para traficar droga: DEA; “Los Mayos” le proveen fentanilo ilícito

CJNG, ganón por guerra Chapos-Mayos; Cártel de Sinaloa produce metanfetaminas de pureza sin precedentes: DEA

Sheinbaum llama a mexicanos en EU a enviar cartas y mensajes en redes contra impuesto de 5% a remesas; “es discriminatorio”, insiste

FOTOS Ronald Johnson, embajador de EU en México, visita la Basílica de Guadalupe; pide a la Virgen sabiduría y fuerza
No solo se trata de agregar “e”, “@” o “x” a todas las palabras cuando empleamos el lenguaje incluyente. En realidad, su uso es más sencillo de lo que pensamos y no, no pretende eliminar el masculino al hablar, asegura la periodista Paulina Chavira en su “Antimanual de lenguaje igualitario” (Planeta), un libro de da cuenta de qué es el lenguaje igualitario y el lenguaje incluyente, y cómo se usan, por qué sí importa cómo nos nombramos e identificamos, y qué alternativas existen para aquellas personas que todavía no se sienten muy cómodas usándolos.
“Tristemente la resistencia sigue siendo mucha y creo que tiene que ver con varios factores. Uno, evidentemente, es el social, la forma en la que esta sociedad está construida, los conceptos sobre los que nos construimos que siguen siendo, a pesar de que estamos en pleno 2025, muy machistas. Pensamos que una palabra no va a hacer ninguna diferencia, que hacer un cambio en realidad es ridículo, y el segundo factor, es que existen ciertas normas y que esto no es un invento ni capricho de unas cuantas personas, sean mujeres o en este caso de personas que yo englobo como no binarias, pero que evidentemente son personas de la diversidad eh sexogenérica”, afirma Chavira.
Lee también: En el Munal, una muestra de tarot y misticismo en el arte
La periodista asegura que un cambio que tendría que darse a nivel social lleva su tiempo. “Hemos avanzado en comparación con hace 10 años, 15 años que fue cuando yo empecé a hacer corrección de estilo al día de hoy, creo que ha cambiado muchísimo y tiene que ver con el momento que vivimos, O sea, esta hiperconexión que existe y donde todo cambia; de alguna u otra forma ha permeando en nuestra concepción de la vida, aunque no evidentemente al grado de decir, ‘Ah, fíjate, la lengua cambia, siempre ha cambiado’, ‘así como mi teléfono, así cambia la lengua y así tendría yo que adaptarme’”.
El tercer factor que a Paulina Chavira le parece básico es que usar un lenguaje igualitario o inclusivo es una cuestión de respeto, “no de gramática, no de lingüística, no de nada, siempre es una cuestión de respeto. Si atacamos estos tres frentes, me parece que sería muchísimo más sencillo. Tristemente no es fácil y no nos gusta, por ejemplo, que nos cambien algo que es tan nuestro como la lengua”.
Dice que por fortuna una de las cosas que ha ido pasando, es que, en la realidad, nos damos cuenta de que sí hacen falta otras palabras y sí hacen falta otras formas de expresión. Dice lo que sería muchísimo más incoherente es mantener la idea de que la lengua no cambia y que no necesitamos o que no es muy válido tener una forma distinta de expresarnos, una forma más igualitaria.
“Yo honestamente no tenía ni idea de la diferencia entre sexo y género. ni identificación de género, ni expresión de género, o sea, es algo en lo que tuve que entender, enseñarme y entrenarme, y a investigar y consultar a gente pues con más experiencia o que tuviera más sobre todo eso con más experiencia para que entonces pues me pudieran explicar. A veces ese tipo de diferencias es un constante aprendizaje y creo que esa es una de las invitaciones de este Antimanual, el decir todo está cambiando y también tenemos que aprender de todo todos los días”, asegura.
Chavira señala que una letra sí puede hacer la diferencia, una palabra puede hacer la diferencia, una expresión puede hacer la diferencia, y que quizás como lo que tenemos más cerca son precisamente nuestras palabras, podríamos comenzar a usar un lenguaje igualitario o lenguaje incluyente, inclusivo, del que aporta las diferencias
“Son distintos, el lenguaje igualitario es uno y el lenguaje incluyente e inclusivo es otro; puedes utilizar el que tú quieras, incluyente o inclusivo, solo con el lenguaje no vamos a cambiar el mundo, me encantaría, pero no. Pero sí me parece que es un gran avance, simplemente el cuestionarte, y si la forma en la que te estás expresando de verdad incluye a todas las personas, pues creo que ese ya es un avance como para para que se detonen otros cambios y es importante que cualquier persona se vea vista, representada, escuchada, oída, dicha en lo que sea que tú expreses. Eso es una cosa que se logra perfectamente con el lenguaje igualitario”.
Lee también: Proponen Museo del Boom Latinoamericano en casa donde habitó Carlos Fuentes
Dice que si tuviera que resumir de una manera muy sencilla qué es el lenguaje igualitario, ella lo define como evitar el uso del masculino genérico, tal cual, y eso lo podemos hacer con diferentes recursos y alternativas que están dentro del español.
“Por ejemplo, en lugar de usar un ‘todos’, puedo decir ‘todas las personas’, o en lugar de decir ‘los trabajadores tendrán que presentarse a las 9 de la mañana’, podemos decir ‘quienes trabajan en esta institución tendrán que estar en la puerta a las 9 de la mañana’; hay alternativas dentro de nuestra lengua como para irlo evitando el masculino genérico”, apunta Paulina Chavira.
Su propuesta es el uso de la “e”, aunque reconoce que en mayor medida usamos la “x”, pero el inconveniente con la "x” es la pronunciación. Por ejemplo, si escribes “nosotrxs”, pues probablemente sea leído como “nosotros”, y entonces pues ya no tiene ningún caso poner la “x”, o hay quienes al ver la “x” la acaban pronunciando como “e”, y puesto así mejor sería generalizar el uso de la “e”.
melc