El viernes 16 de julio de 2021 se publicaron los resultados del concurso de ingreso a la licenciatura de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ese día marcó un momento decisivo en mi vida. Mi primer pensamiento fue: “Estudiaré en la mejor universidad de México”. Para cualquier joven mexicano, formar parte de la UNAM es un privilegio que llena de orgullo no sólo al estudiante, sino a toda su familia. Particularmente para mí, siendo originario del estado de Tlaxcala, con las dificultades que ello implica.

Un par de semanas después, el 9 de agosto de 2021, comencé mis primeras clases, en las cuales rápidamente entendí que la economía no era únicamente un conjunto de teorías, sino una herramienta para comprender problemas reales y proponer soluciones que beneficien al país.

Me sumé a una comunidad plural y diversa, integrada por estudiantes de múltiples estados y distintos orígenes. Compartí salones de clase con jóvenes motivados y extremadamente capaces, guiados por profesores de alto prestigio y gran calidad humana. Aquella convivencia diaria enriqueció mi visión de la nación y su gran heterogeneidad, lo que instauró en mí un sentido de solidaridad y compromiso con la construcción de un México mejor.

Posteriormente, en mi quinto semestre tuve el honor de asumir el cargo de capitán del Club de Ajedrez de la Facultad, donde organizaba torneos, sesiones de práctica y reuniones, promoviendo el ajedrez tanto en estudiantes que nunca antes se habían acercado al deporte como en jugadores experimentados. Existen múltiples espacios como éste en la Universidad, donde cada integrante de la comunidad puede encontrar una colectividad en la que se sienta representado y pueda explorar sus intereses.

Tuve que dejar este cargo debido a que, en mi séptimo semestre, fui seleccionado para realizar una estancia académica en la Universidad de California en Berkeley, lo que implicaba la oportunidad de tomar clases de la mano de profesores extraordinarios. Fui capaz de gestionar mi movilidad internacional gracias a un sustancial apoyo económico que la UNAM me proporcionó.

A mi regreso, me incorporé como becario en el Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) de la Máxima Casa de Estudios, lo que me permitió colaborar con excelentes colegas y aprender de los mejores investigadores de nuestra Universidad, analizando temas de desigualdad, pobreza y desarrollo, a través de la rigurosa evaluación de cómo estas problemáticas afectan la vida de millones de mexicanos día a día.

El semestre pasado, junto con mi equipo y asesor, tuve la oportunidad de ganar el concurso Reto Banxico, organizado por el Banco de México, un premio dirigido a estudiantes de licenciatura de todo el territorio mexicano. Esta distinción confirma la capacidad de la Facultad de Economía para formar economistas del más alto nivel.

En retrospectiva, mi estancia en la Universidad Nacional Autónoma de México se ha caracterizado por una miríada de alegrías y desafíos. He recibido una educación excepcional, que no se limita a lo académico, sino que también se extiende al ámbito profesional y personal.

Desde el inicio de mis estudios superiores he sido beneficiario de apoyos económicos proporcionados por la Universidad, lo que me ha permitido dedicarme por completo a mi carrera y actividades extracurriculares sin la carga de la incertidumbre financiera. La labor de Fundación UNAM ha sido fundamental para que miles de talentosos jóvenes continúen con su educación, asegurando que nada detenga su formación profesional. En el futuro deseo utilizar y seguir adquiriendo conocimientos que contribuyan a la construcción de un mejor país. Siempre será un privilegio pertenecer a la mejor universidad de México.

Estudiante de la Facultad de Economía, UNAM, y ganador del Reto Banxico 2025

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