Destinada en un principio para funcionar como una bodega, la sala Resquicio, ubicada debajo de la Casa del Lago Juan José Arreola , se convierte en una sala de exposiciones para jóvenes propuestas del arte contemporáneo latinoamericano, la cual busca ofrecer plataformas artísticas fuera de los modelos hegemónicos actuales y brindar una oferta cultural de calidad en la ciudad.
Resquicio, justo como el concepto del nombre lo indica, se posiciona como una sala pequeña que permite que conceptos y creaciones artísticas se apropien de ella; precisamente por su tamaño, los espectadores pueden aproximarse de forma más cercana a las piezas artísticas. El espacio nació de una intervención creativa al edificio histórico por parte de la Dirección General de Patrimonio de la Universidad Nacional Autónoma de México ( UNAM ).
En palabras de la directora de Casa del Lago, Cinthya García Leyva, Resquicio tiene la intención de mostrar a una generación de artistas y creadores que aportan miradas frescas y nuevas a la idea del arte contemporáneo, al combinar conocimientos locales con lenguajes artísticos mundiales y con técnicas ancestrales.
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“No queríamos mantener este nuevo espacio de manera neutral, nos propusimos a darle un uso específico y que siguiera la corriente que hemos estado trabajando en Casa del Lago con temas que abordan recuperación de la memoria histórica y exhibición de arte joven; la sala tiene la finalidad de ser reflexionada como un espacio subterráneo que irrumpe, que se consolida como un resquicio”, comentó García Leyva en entrevista.
La sala se inauguró con la muestra Siempreviva del artista Alan Hernández, oriundo de Oaxaca, misma que fue curada por Fabiola Talavera y con la museografía de Beruz Herrero. Durante el evento de inauguración, Hernández explicó que su obra fusiona varias técnicas como herrería, escultura y bordado textil para reflexionar sobre la naturaleza y el erotismo desde una perspectiva propia de la vida del artista.
Las obras que componen la exposición Siempreviva se entrelazan con historias personales del propio artista; se puede apreciar esto, por ejemplo, en la pieza Polilla, misma que da cuenta de fragmentos de ropa de parientes fallecidos de Hernández.
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“Elegimos la obra de Alan Hernández después de un proceso largo, consideramos que su obra es sólida, él ha tenido varias residencias fuera de México; su obra es un cuestionamiento desde el arte contemporáneo sobre los propios conocimientos y saberes de su territorio, se cuestiona la forma de hacer arte textil, herrería, pintura, escultura, y justamente esos cuestionamientos son propios con lo que la sala Resquicio quiere consolidar, un cuestionamiento a los conocimientos y artes hegemónicos”, abordó García Leyva.
La exposición Siempreviva y otras actividades en Casa del Lago son abiertas al público y no tienen costo; el espacio se encuentra abierto de miércoles a domingo en un horario de 11 de la mañana a 6 de la tarde. Para mayor información, consultar https://casadellago.unam.mx/nuevo/programacion/programacion-completa
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