La visión personal y la voz del cineasta Andrey Tarkovski, tal como su hijo lo recuerda, es el tema del documental "Una plegaria cinematográfica": “El propio Tarkovski queda en segundo plano en todos los libros, todas las películas y todo lo que dicen los eruditos y estudiosos sobre él. El documental trata de poner a la persona, a Tarkovski, otra vez en el primer plano, sin ningún filtro. Para lograrlo he tratado de quitar todos los filtros posibles”, dice Andrey A. Tarkovski, director de la película e hijo del cineasta, en un encuentro con medios de comunicación.
Aunque la cinta de Andrey se presentó en México, por primera vez, hace cuatro años, la pandemia impidió que estuviera presencialmente en el evento. Ahora, cuenta, le emociona visitar el país y hablar de un proyecto que pensó 20 años atrás, pero, por una razón u otra, tuvo que pausar hasta que logró materializarlo en 2019: “Básicamente se trata de poner a Tarkovski, como persona, en primer plano. De alguna manera es todo su proceso creativo y de pensamiento. Es un monólogo, una película narrada por mi propio padre, a partir de sus conferencias, reflexiones, pensamientos y relaciones familiares”, precisa y recalca que trató de hacerlo de la manera más fidedigna posible.
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Andrey explica que el objetivo de la cinta fue recrear una especie de conversación que nunca pudo tener con su padre, quien murió cuando él tenía 15 años. “Fue la búsqueda de una reconexión espiritual”. Abunda en lo vasto del material a partir del que trabajó: grabaciones, imágenes y testimonios que organizó. Dice que el esqueleto de la película fue la voz de su padre y, sobre la voz, fue estructurando las escenas: “Hay muchas imágenes de archivo o tras bambalinas que no se han visto nunca; hay mucho material nuevo que no se ha visto en otras películas”.
Lo más difícil fue editar, cortar y seleccionar tanto material. También destaca la inclusión de material de su abuelo, el poeta Arseni Tarkovski, cuya obra está muy presente en como "Stalker" o "El espejo".
“Para él no había división entre el trabajo y la vida personal. Era un flujo constante. Su vida y sus películas son inseparables. Los capítulos del documental van por películas porque cada película era un paso en su vida. Para mi padre, cada cinta era una búsqueda donde el fin último no era el arte o el cine, sino la sabiduría, un saber más fundamental sobre preguntas constantes —lo cual también hace la filosofía— sobre la capacidad de descubrir la existencia o el mundo”, cuenta sobre su padre, quien es recordado como uno de los mejores cineastas del siglo XX por películas como Stalker, Nostalgia y Andréi Rubliov.
Recuerda que, en lo cotidiano, Tarkovski padre tenía niveles de conversación profundos y elevados: “Con él nunca había aburrimiento. Tenía un gran sentido del humor. Le gustaba estar a la mesa, ver a sus amigos, tomar un buen vino. Después de su muerte, se extraña la conversación con él”.
"Andrey Tarkovski. Una plegaria cinematográfica" se proyecta hoy a las 17 horas en el Auditorio Divino Narciso de la Universidad del Claustro de Sor Juana.
Al terminar la función, el director tendrá un diálogo con el público sobre la cinta y su padre.
En el marco de esta presentación, el Dúo Gazzana —grupo de cámara italiano conformado por las hermanas Natascia, al violín, y Raffaella, en el piano— estrenará en México, al día siguiente, la “Suite Stalker”, que el estonio Tõnu Kõrvits compuso en honor a la película homónima de Tarkovski.
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El programa lo conforman —explican— tanto piezas de música antigua como de artistas contemporáneos a quienes les interesa la música antigua: La Follia, de Arcangelo Corelli; Hommage à Bach, de Valentín Silvéstrov; Fratres, de Arvo Pärt; Romanian Folk Dances, de Béla Bartók, y varios movimientos de la Sonata n.3 in C menor op.45, de Edvard Grieg.
El concierto también será en el Auditorio Divino Narciso, a las 19:00 horas.
“El concierto del Dúo Gazzana es muy interesante. Cada pieza del programa es un mundo entero: Italia, el pasado, el presente, lo contemporáneo y la suite Stalker, que se presenta por primera vez en México”, concluye Andrey.
