Los Ángeles. —El Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles (NHMLAC, por sus siglas en inglés) abrirá mañana al público su nueva ala, un edificio que será de acceso libre, donde se expondrán, entre otras novedades, el esqueleto de un inmenso saurópodo: Gnatalie (único por su color verde), y el mural de la artista chicana Bárbara Carrasco, Una perspectiva mexicana.
Más allá de sus salas y de un moderno teatro en el edificio de dos pisos, la nueva ala se extiende al exterior, hacia un jardín donde antes había estacionamientos y ahora se ha concebido un área comunitaria diseñada con apoyo del Consejo Asesor de Nativos Americanos y que persigue fortalecer el programa de ciencia comunitaria del museo.
Llamado NHM Commons, el nuevo espacio del Museo fue presentado esta semana en esta ciudad a los medios de comunicación y este domingo tendrá un amplio programa de presentación con la comunidad que incluye espectáculos, festivales, exposiciones fotográficas de sus acervos y música.
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El proyecto de renovación tuvo un costo de 75 millones de dólares; fue diseñado por el despacho de arquitectos Frederick Fisher y el trabajo de arquitectura del paisaje estuvo a cargo del estudio MLA.
En todo caso, las distintas áreas del museo se involucraron directamente en el nuevo proyecto en busca de que sus propios programas de educación e investigación se reflejen y complementen las colecciones a exhibirse.
Este espacio ya es uno de los mayores y novedosos atractivos de Los Ángeles, que se prepara para los Juegos Olímpicos en 2028.
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Paseando entre saurópodos y T-Rex
Es el saurópodo de nombre Gnatalie, un esqueleto de color verde que mide más de 23 metros de largo, la mayor atracción de la nueva ala del Museo. De por sí, este Museo de Historia Natural tiene ejemplares únicos en sus salas, como tres dinosaurios T-Rex de distintos tamaños, pero ahora el esqueleto de Gnatalie deja ver cualidades singulares entre todos los dinosaurios que se exhiben en este tipo de museos.
Para empezar, Gnatalie proviene de una excavación que se realizó durante 15 años en Utah, al noreste de California; fue una exploración encabezada, entre otros, por Luis Chiappe, paleontólogo argentino, que dirige el Laboratorio de Paleontología de este Museo.
Erika Durazo, quien también es parte del equipo de Paleontología del NHM, cuenta que Gnatalie es singular por su nombre, que proviene de los gnats, pequeños animales que al inicio de la exploración “picaban” al equipo de paleontólogos, quienes entonces comenzaron a nombrar de esa forma al esqueleto, y luego, tras un concurso abierto en junio pasado, el público del Museo eligió mantener tal nombre.
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Aunque no se sabe con exactitud el tipo de dinosaurio, sí es claro que pertenece a la familia de los saurópodos y, en realidad, no es uno sino tres ejemplares, puesto que el esqueleto está conformado por huesos de tres dado que casi nunca en una excavación se halla uno completo. El color verde —único entre los dinosaurios expuestos hasta ahora en el mundo— proviene de la celadonita, un mineral que envolvió los huesos por millones de años. Gnatalie es único también por su antigüedad, son 150 millones de años, mucho más que la antigüedad de los T-Rex, que es de alrededor de 66 o 68 millones de años.
El mural con perspectiva mexicana
Otro huésped que ha encontrado una casa en la nueva ala del Museo de Historia Natural es el mural de Bárbara Carrasco, L.A. History: A Mexican Perspective (Historia de Los Ángeles, una perspectiva mexicana). El mural de Carrasco es una obra emblemática en la historia de los artistas chicanos en Los Ángeles.
Fue creado en 1981 por Carrasco, con apoyo de otros pintores y de jóvenes, pero solo ahora ha encontrado un lugar definitivo para su exhibición.
Esta pieza fue comisionada a la artista por la Agencia de Reurbanización Comunitaria para el bicentenario de la ciudad (1981), pero la institución exigió a la pintora remover varias de las escenas de las 43 piezas sobre madera que la componen.
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Carrasco defendió su autoría y prefirió mantener embodegada la obra a permitir la censura. Algunas de las imágenes que la Agencia quería que Carrasco retirara incluían la masacre de ciudadanos chinos ocurrida en 1871, los disturbios de Zoot Suit, de 1943, y la censura de la obra mural América Tropical, que sufrió David Alfaro Siqueiros, en 1932. Esta pieza de Siqueiros ya fue restaurada y se puede ver hoy en la Placita Olvera, como explicó en entrevista William Estrada, historiador y curador del Museo.
La obra de Bárbara Carrasco, que se extiende en el muro y mide 24 metros, está formada a partir del rostro y los cabellos de una mujer, la Reina de Los Ángeles, inspirada en la hermana de la pintora; a partir de los cabellos, la muralista creó 51 escenas en las cuales fue incluyendo momentos de la historia de la ciudad: su fundación en 1781 o el periodo inmediato a que dejara de ser territorio mexicano; junto a episodios muy puntuales, están personajes emblemáticos como el héroe popular Joaquín Murrieta Carrillo, el periodista asesinado Rubén Salazar y los fundadores de la Unión de Campesinos (United Farm Workers) César Chávez y Dolores Huerta.
Si bien el mural se ha exhibido en tres ocasiones, ahora estará de manera permanente en el Museo que adquirió la obra.
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“El Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles es un lugar maravilloso para mi mural, y será visto como un testimonio visual permanente de las luchas y los éxitos que las diversas comunidades de Los Ángeles han experimentado”, expresa Bárbara Carrasco.
Afuera del Museo, en la plaza comunitaria se han conservado piedras y morteros para moler los alimentos como ejemplo de las tradiciones de los nativos americanos, y también se ha cultivado un jardín con plantas tradicionales y robles.
La arquitecta paisajista salvadoreña Mia Lehrer detalla que se espera que la plaza se transforme en un microcosmos tanto del sur de Los Ángeles como de las colinas cercanas. “La experiencia de la comunidad es tan importante adentro como afuera, por eso decidimos que los espacios del frente, que eran estacionamientos, fueran parte del museo, y que ahí se pudiera compartir sobre lo que se encuentra en el área natural para que la comunidad entendiera que al plantar ciertos árboles vendrá cierta fauna; es plantar jardines como ecosistemas que beneficien la experiencia educativa”.
Este espacio del jardín da continuidad al programa de ciencia comunitaria —antes era llamado ciencia ciudadana, pero el nombre de citizen science, fue cambiado por un tema de inclusión y para evitar discriminación.
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El biólogo, educador y fotógrafo Miguel Ordeñana, quien es parte del equipo de investigación de la naturaleza urbana del Museo, explica que este programa ha logrado involucrar a la comunidad que está luchando para proteger las áreas naturales de Los Ángeles. “Descubrimos cinco especies de murciélagos en la ciudad y fue una inspiración para buscar más, entonces con la comunidad descubrimos 14 especies más”.
Precisamente, el NHM presenta las exhibiciones fotográficas Conocimiento colectivo de nuestro mundo cambiante, que analiza los objetos y especímenes del recinto, y Haciendo ciencia mejor, juntos, que destaca esta ciencia comunitaria.
En su nuevo teatro, el museo presentará la película T-Rex 3D, que, una vez más, se basa en investigaciones sobre el Tinanosaurio Rex de las colecciones del museo y que cuenta con la narración del actor Sam Neill (Parque jurásico).
El teatro también recibirá Encuentros oceánicos, que es un espectáculo de marionetas.
El Museo de Historia Natural de Los Ángeles, fundado en 1913, tiene una colección de 35 millones de materiales. Se encuentra en el área conocida como Exposition Park, donde también se ubican el Museo Afroamericano de California y el Centro de Ciencias de California; además tiene como vecinos a la Universidad del Sur de California y, próximamente, el Lucas Museum de Arte Narrativo, cuya gigantesca construcción ya se ve desde este renovado recinto.