Más Información

Madres buscadoras y personas con discapacidad marchan en Día del Orgullo LGBTIQ+; “tenemos que encontrarles”

Asisten 800 mil personas a Marcha del Orgullo LGBT 2025 en CDMX; "es una participación histórica", destaca Gobierno capitalino

Morena y aliados en Senado aprueban la creación de la Comisión Antimonopolio que sustituye a la Cofece; turnan a Diputados

Integrantes de la marcha LGBTIQ+ queman exposición de GN en el Senado; piden respeto a los derechos de la comunidad

Space X solicita apoyo a México para recuperar partes de su cohete en Tamaulipas; ofrece recursos y asistencia en limpieza

“No ha quedado ni probado, ni evidenciado” un mal manejo; esto dice Peña Nieto en documental sobre cancelación del aeropuerto de Texcoco
Dos piezas de la artista iraní Nairy Baghramian fueron destruídas en el mismo mes. Se tratan de obras que estaban expuestas en el Palacio de Cristal, Museo Reina Sofía.
De acuerdo con El País , el primer accidente se produjo el 2 de agosto cuando una turista tomaba una fotografía se tropezó. "El vigilante lo vio y saltó para evitar la caída sobre la obra, pero no llegó a tiempo", relata Jorge García Gómez-Tejedor, jefe de restauración del Museo Reina Sofía.
Un informe elaborada un día después por el museo recoge la “rotura integral” de la misma. “La artista nos pidió que los recogiéramos con urgencia porque no quería que se vieran los cristales rotos. Las obras están hechas de un material muy delicado y tuvimos que manipularlas con cuidado extremo: no me extrañaría que le hubiera pasado más veces”, añadió Gómez-Tejedor.
10 días más tarde un nuevo accidente acabó con otra escultura de cristal que estaba colocada a la izquierda de la entrada y fijada al suelo. “Mientras el vigilante informaba por teléfono al jefe de seguridad de otro incidente, una niña se sentó sobre la pieza, causando la rotura y muchos fragmentos”, cuenta el segundo informe al que ha tenido acceso este periódico. La niña no resultó herida.
El curador admitió que las piezas son demasiado frágiles: "Es pasta de cristal y una estructura de aluminio. Todo es muy delicado. Le dijimos que esto podría pasar. Eran obras muy delicadas y la artista jugó a mimetizarse con el espacio y se camufló con el espacio. Esto tampoco ayudó", admite García Gómez-Tejedor.
En cuanto al desembolso que habrá de afrontar el Estado, será el asistente del taller habitual de la artista quien se encargará de producir de nuevo las obras. Desde el museo se explica que se firma un contrato en el que se paga la producción del proyecto específico para el espacio, pero no se asegura por las peculiaridades del lugar de exhibición, expuesto a múltiples contingencias. Cualquier obra de las otras sedes del Museo Reina Sofía está asegurada , salvo todo lo que se monte en el Palacio de Cristal.
akc