El próximo lunes 22 de septiembre, la internacionalista mexicana , tomará posesión como nueva presidenta de —institución que el próximo octubre cumple 85 años de su creación— y se convierte en la segunda mujer al mando, tras un periodo de 10 años de su antecesora, la demógrafa Silvia Giorguli.

La doctora en Relaciones Internacionales por la Universidad de Oxford, Gran Bretaña, reconoce que son tiempos complicados para México frente al mundo, no sólo en su relación de una “asimetría terrible” con Estados Unidos, sino por su ausencia frente a otras regiones y su falta de posición ante conflictos en Gaza, Ucrania y Yemen.

La profesora-investigadora del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México e investigadora nivel III del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII), afirma que en esta institución que dirigirá del 2025 a 2030, “hemos sido fundamentales contribuyendo a la producción de cultura y de conocimiento de nuestro propio país”, pero también ha ido “adquiriendo un papel muy importante en el debate público y tenemos mucha incidencia en lo que puede ser la discusión o la implementación de políticas públicas”, y su desafío es mantener lo que ha logrado El Colegio en 85 años como institución pública que le debe a la sociedad mexicana.

La doctora Ana Covarrubias, presidenta del Colegio de México. Fotos: Gabriel Pano/ El Universal.
La doctora Ana Covarrubias, presidenta del Colegio de México. Fotos: Gabriel Pano/ El Universal.

Ha sido realmente una institución muy importante como fuente de cultura y de conocimiento no solo en el país, sino también en el ámbito internacional.

¿Hay apertura del gobierno al conocimiento que surge de El Colegio de México?

Pensaría que sí, la incidencia que El Colegio ha tenido en el debate público la hemos tenido desde siempre y hay ámbitos en los que sí hay recepción por parte de las instancias gubernamentales.

Lo que se trabaja aquí que puede servir al gobierno, por lo menos se mira, se lee, se analiza, en ocasiones hay intereses coincidentes y se puede trabajar con el gobierno. Yo pensaría que no hay ningún indicio de lo contrario.

¿Cómo está hoy México ante ese vecino tan cercano y distante como Estados Unidos, de vuelta con Donald Trump?

Cómo está el mundo, no nada más nosotros, pero nosotros más por ser vecinos.

Es un gran reto ahorita trabajar con un gobierno que nos ha cambiado todos los supuestos que ya conocíamos y con el que podíamos negociar, tratar con ellos, etcétera.

Creo que es un gran reto también porque tenemos que estar reaccionando a lo que el presidente de Estados Unidos decide y es muy difícil poder hacer una política congruente y consistente si se nos está cambiando la jugada a cada rato.

¿Cómo estamos también en vías de comenzar las discusiones por el T-MEC?

Es un gran reto que tendremos por algún tiempo y que nos obliga a hacer lo que estamos haciendo, que es negociar.

Negociamos aranceles, negociamos migración, negociamos narcotráfico, que quizá es un poco lo que se venía haciendo, pero ahora es de una manera mucho más inmediata, todo es en la inmediatez.

Salió en el Diario Oficial de la Federación que ya empiezan las consultas para el T-MEC. Yo allí soy un poquito optimista, a lo mejor soy la única, pero sí soy un optimista porque creo que finalmente el gobierno de Estados Unidos también se está dando cuenta que hay intereses en Estados Unidos que puede afectar mucho; si se deshace el tema o se sale Estados Unidos del T-MEC, allí creo que tenemos como país la oportunidad de usar esa carta, la carta del acuerdo que también beneficia a intereses estadounidenses.

Foto: Gabriel Pano/ El Universal.
Foto: Gabriel Pano/ El Universal.

¿Hay margen de exponer y convencer?

Creo que por ahí hay que ir un poco, tratar de hacerle ver al gobierno norteamericano que como región tenemos que fortalecernos ante una China que está surgiendo de manera impresionante, ahí tenemos la disyuntiva de qué sistema internacional querría México, con cuál hegemonía querría México estar en el sistema internacional, creo que es muy importante.

Lo malo es que ahorita parece que a Trump eso no le importa mucho, no ve el ascenso de China como algo que nos puede afectar mucho.

Allí también creo que es importante trabajar para intentar convencerlos de las ventajas que tiene una región norteamericana fuerte y bien consolidada.

Estados Unidos es hoy más que nunca un gran reto para el gobierno mexicano, pero también es cierto que si uno mira para atrás ha habido momentos de crisis muy difíciles y hemos podido salir adelante.

Yo confío en que en este momento también podemos salir adelante. Tenemos cartas para la negociación, los intereses estadounidenses en el tratado México-Estados Unidos-Canadá; la cuestión migratoria; que a México también le debe interesar la lucha contra el narcotráfico.

Creo que podemos sacar algunas buenas cartas para poder negociar con este vecino que, sobra decir, pues es impredecible, en cualquier momento nos puede hacer cambiar de rumbo.

¿Las negociaciones son equilibradas entre el gobierno mexicano, el canadiense y el estadounidense?

Evidentemente la asimetría de poder entre México y Estados Unidos siempre existe, esa no la podemos obviar jamás, está presente como una cuestión sistémica o estructural, pero aún así, la Secretaría de Economía ha estado ya desde hace varios meses negociando, y está siempre con el dedo sobre el renglón.

Foto: Gabriel Pano/ El Universal.
Foto: Gabriel Pano/ El Universal.

Partiendo del hecho de que en efecto hay una asimetría muy terrible entre el poder de Estados Unidos y el poder de México, creo que sí hay ámbitos de negociación que podemos utilizar.

Normalmente en teoría de relaciones internacionales cuando nos enseñan el realismo, nos dicen que el país grande hace lo que quiere y el chiquito lo que tiene que hacer. Yo creo que no es tan determinante.

Creo que también el país menos poderoso puede encontrar oportunidades en negociación, que es justamente lo que el gobierno tiene que hacer.

¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de México?

En términos de negociaciones comerciales lo que hace a los aranceles es una de las grandes ventajas del gobierno mexicano.

Hemos tenido experiencia que a lo mejor no teníamos tan firme cuando negociamos por primera vez el TLC, pero ahora ya sabemos más o menos cuáles son las vías para estas negociaciones, el estar en contacto con los actores norteamericanos en Estados Unidos, etcétera.

Es una negociación compleja porque lo que el presidente Trump ha hecho es romper con un entendimiento que rigió durante muchos años la relación México-Estados Unidos, que es no contaminar un asunto con el otro.

Es decir, tratar a migración como migración, crimen organizado como crimen organizado, comercio como comercio, etcétera.

Lo que hace Trump es que nos viene a cambiar totalmente las reglas del juego, rompe la regla, Trump lo que hace es vincular los temas, “si no cierran la frontera, eh, yo les pongo aranceles”.

En este nuevo juego, por llamarlo de alguna manera, es muy difícil ver cómo podemos ir encontrando los equilibrios posibles, pero tenemos mucha experiencia en el tema migratorio, todos nuestros consulados, la protección de mexicanos en Estados Unidos es de las políticas de la Secretaría de Relaciones Exteriores más reconocidas.

Entrevista a la doctora Ana Covarrubias, presidenta del Colegio de México. Fotos: Gabriel Pano/ El Universal.
Entrevista a la doctora Ana Covarrubias, presidenta del Colegio de México. Fotos: Gabriel Pano/ El Universal.

¿Cómo está México ante otras regiones del mundo?

Como es muy obvio, en realidad nuestra política exterior se ha concentrado muchísimo en Estados Unidos.

No estamos muy presentes en otras regiones o en otros temas. A mí me da mucho gusto que la presidenta Sheinbam haya decidido volver a algunos de los foros importantes internacionales como el G20, y ojalá se mantenga esa tendencia para que México vuelva a estar presente en un nivel alto, en este tipo de foros regionales que es donde se está pensando cómo se reconfigura el sistema internacional y es en el que también se discuten los grandes temas que solo pueden ser resueltos a partir de la colaboración internacional.

Creo que no tenemos, por ejemplo, una política clara a lo que puede ser el ascenso de China y el ascenso de India.

También hemos cumplido formalmente, pero nada más, en términos del conflicto ucraniano, por ejemplo, teniendo una buena relación con Europa, aunque creo que todavía no hemos logrado firmar la actualización del tratado de libre comercio.

Nos falta trabajar cómo nos posicionamos ante Ucrania, cómo nos posicionamos ante Gaza, cuál es nuestra política en relación con China, en relación con India etcétera.

Por ahí sí vería yo una ausencia del gobierno mexicano.

Pero no es que no estemos en ningún lado, es que sí hemos bajado nuestra presencia por esta necesidad de concentrarnos en Estados Unidos, pero lo cierto es que también tenemos presencia en algunos países de América Latina.

Allí creo que empezamos a recuperar el papel que habíamos tenido en América Latina. México a fuerza debe tener buenas relaciones y estar en diálogo y en negociaciones constantes con Guatemala, Honduras, El Salvador, por la cuestión migratoria.

No podemos no hacerle caso a la región centroamericana.

¿Le tocan tiempos difíciles a la presidenta Sheinbaum, lo mismo que a usted como presidente de El Colmex?

Celebro ver que la presidenta Sheinbaum sí tiene esta intención de viajar y de participar en esos distintos foros internacionales.

Y desde acá, estoy consciente de los muchísimos retos que voy a tener, pero me tranquiliza mirar hacia atrás y ver cómo El Colegio ha ido pasando crisis, adecuándose a las decisiones nacionales e internacionales muy cambiantes sin perder su esencia.

Estoy segura que con el apoyo de la comunidad, que es la riqueza de esta institución, vamos a sortear estos desafíos de la mejor manera posible.

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