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Una buena forma de iniciar el 2023 es tomar un café o comer en alguno de los edificios de valor histórico que hay en el Centro de la ciudad . Inmuebles que tienen vistas espectaculares, ya sea por dentro o hacia el exterior.
Estas opciones tienen valor por su arquitectura y antigüedad (fragmentos que transportan a los comensales a una época que ya no existe), además de que sí abren sus puertas al público el primer día del año.
Terraza del Gran hotel de la Ciudad de México
En el número 82 de la avenida 16 de septiembre, junto al Zócalo, se encuentra, en un inmueble que data de la época virreinal, uno de los hoteles más icónicos del Centro. Fue creado en 1526 y fungió como casa del Contador Real, Rodrigo de Albornoz. Sin embargo, la identidad del edificio terminó de forjarse en los tiempos de Don Porfirio: el rastro del Art Nouveau en su interior, el vitral estilo Tiffany, creado por el artista francés Jacques Gruber, a principios del siglo XX, para adornar la bóveda y el candil Luis XV.
Hace 55 años abrió sus puertas como hotel y definitivamente es uno de los inmuebles necesarios para comprender la historia y la arquitectura de México. En su terraza, que ofrece una gran vista de la plancha del Zócalo y el primer cuadro del Centro, hay un restaurante cuya carta ofrece entradas (aguachile de camarón, carpaccio de res), carne a las brasas (arrachera, tampiqueña) y sopas (jugo de carne, sopa de tortilla), entre muchos otros platillos. Cierra a las 10:30 horas.

Archivo EL UNIVERSAL.
Casa de los Azulejos
En el corazón del Centro, sobre Madero 4, se encuentra la Casa de los Azulejos, también conocida como la Casa del Conde del Valle de Orizaba. Su historia se remonta siglos atrás, a la época de la Conquista y el Virreinato, cuando el terreno pasó de mano en mano. Los inmuebles que lo conforman se empezaron a construir en el siglo XVI, aunque tuvo otras etapas de ampliación, detalles y demás en 1737 y 1903.
Fue justo uno de los descendientes del Conde del Valle de Orizaba a quien se le debe el proyecto de llenar la fachada de azulejos. A finales del siglo XIX fue la sede del Jockey Club y luego de la Casa del Obrero Mundial.
Es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad e incluso es mencionado en “La región más transparente”, de Carlos Fuentes. Y sí, abre el 1º de enero.

Archivo EL UNIVERSAL.
La Ópera
Esta cantina es conocida no sólo porque su sede actual data de 1895 y en su interior parece que transcurre una escena del Porfiriato, sino porque fue el punto de reunión de decenas de políticos e intelectuales, desde Porfirio Díaz y José Ivés Limantour a la gran mayoría de los expresidentes del país. Además de que fue concurrido por intelectuales y artistas como Gabriel García Márquez, Octavio Paz y José Luis Cuevas.
Un dato extra es la marca del balazo que se dice dejó Pancho Villa en el techo del restaurante.
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