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Paco Ignacio Taibo II optó por hacer un balance “televisado” de su gestión al frente del Fondo de Cultura Económica (FCE) y en ese análisis, que dijo, “de crítica, de reflexión cuantitativa, cualitativa y de autocrítica en estos cinco años” -aunque en realidad son casi seis años-, acompañado de su equipo informó que a lo largo de los seis años han producido 17,5 millones de libros, con 150 novedades cada año de todas las áreas, y han vendido más de 28 millones de ejemplares en esta administración entre toda la organización del Fondo en México y a nivel internacional.
Al hacer el balance de la primera gestión que concluyó ayer e inició su segunda estancia al frente del Fondo, Taibo II aseguró que el mayor reto para el futuro es “construir una estructura autocrítica más sólida nuestra y abrir proyectos nuevos, sobre todo el tema territorial de avanzar hacia comunidades hispanoparlantes en Estados Unidos se vuelve prioridad. Vamos a ver qué dice la nueva presidenta, con la que hubo una primeeeera conversación sobre ‘vámonos a la reconquista, a vengar Texas y a devolverles El Álamo multiplicado por cuatro, doblado’. El Álamo doblado vamos a devolverles”, afirmó.
También dijo que otro reto es “hacer una editorial latinoamericana” y “en México, avanzar en la república de lectores en profundidad”, señaló durante el balance de cinco o seis años -varió siempre a lo largo de la transmisión-, en el programa “Leer, una hora inesperada”, que produce el FCE con Canal 21.
De entre la cifra de libros vendidos, el director general del Fondo de Cultura destacó la colección Vientos del Pueblo, de la que Luis Arturo Salmerón, el coordinador de esos materiales que cuestan entre 9 y 20 pesos y de los que tiran por título 40 mil ejemplares, dijo que “en cinco años más de 2 millones 800 mil ejemplares vendidos sólo en México”.
Dijo que quería que el balance “de estos cinco años del Fondo fueran hacia los lectores que siguieron este programa y no hacia los medios de comunicación o hacia la reflexión burocrática interna”.
Él mismo Taibo II, al cerrar el programa se planteó la pregunta de si con los números de ese balance están contentos. Dijo que no. “El eterno reto de dirigir un proyecto editorial vinculado al pueblo es siempre ‘pide más y siempre estamos cortos, y siempre pudimos haber llegado más allá, y siempre pudimos haberlo logrado mejor, editar mejor, distribuir mejor. Una estructura que no está sujetada a crítica es un cadáver. Y que no esté sujeta a autocrítica”, apuntó.
El equipo del FCE fue aportando cifras, como que están a punto de llegar a 20 mil clubes de lectura, llamadas por ellos comunidades lectoras, entre quieres han “dispersado” más de 5 millones de libros; que abrieron 17 librerías nuevas en México, que han visitado mil 67 escuelas y 184 parques y plazas con los librobuses, donde han vendido 206 mil 800 libros. Que a nivel internacional “han dispersado” 5 millones 826 mil 78 ejemplares, de los cuales exportaron 2 millones 376 ejemplares y dos millones han sido producidos por las subsidiarias que no son librerías sino centros culturales. Y su plan es abrir diez centros culturales más para los próximos años.
Paco Ignacio Taibo II, quien fue ratificado por la presidenta Claudia Sheinbaum para continuar otro periodo de seis años al frente de la editorial del Estado mexicano, dijo que a lo largo de estos cinco años lo que intentó es integrar lo que era un “despiezado de proyectos” que coexistían dentro de los mismos edificios y presupuestos, pero que no estaban integrados, y no operaban en sincronía unos con otros.
“Éramos simultáneamente, y seguimos siendo, una editorial con objetivos mercantiles-comerciales, o sea vendemos libros, éramos una red internacional con filiales en prácticamente toda AL y España y el sur de EU, éramos un proyecto de fomento a la lectura que no estaba operando desde el principio y que arrancó con nuestra estructura, éramos un proyecto de comunicación sobre el libro que se creó en estos cico años y un proyecto de promoción, éramos un sistema de distribución diferente y además una amplia red de librerías con una estructura mercantil comercial que vendían libros, éramos además, por definición de la propuesta presidencial con la que nació este nuevo equipo, éramos un integrado de lo que es el mundo del libro en el aparato estatal, en el gobierno mexicano”, señaló el escritor y activista.