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La curiosidad es el arma favorita del escritor español Jordi Sierra i Fabra, que va de la mano de su inagotable imaginación; sin embargo, asegura que su virtud más grande es saber escuchar, leer y ser sensible a las emociones humana. Así ha conquistado al público infantil y juvenil con los 507 libros que ha escrito y por los que ha recibido 45 premios, entre ellos el Premio Cervantes Chico por el conjunto de toda la obra y el compromiso cultural de las Fundaciones Jordi Sierra i Fabra en España y Colombia, en 2012.
El narrador de 72 años, nacido en Barcelona, que publica en castellano y catalán, y que ha vendido más de 10 millones de libros que se traducen a muchas lenguas, ha escrito sobre infinidad de temas, sobre la violencia, las drogas, el amor, la paternidad, los sueños, los refugiados, el racismo, sobre los niños esclavos, la extinción de las tribus indígenas, la intolerancia, las tecnologías y la música.
Así ha llegado a su más reciente libro Querido hijo te vas con los abuelos (Loqueleo), el cuarto título de la serie Querido hijo que le ha sumado lectores y le ha permitido explorar más la paternidad. “La serie empezó con Estás despedido, con la mamá que despide a su hijo, luego pensé ¿qué más pueden hacer los padres?, pues ponerse en huelga, y escribí Estamos en huelga; y en el tercer libro: Tienes cuatro padres, es un niño con padres separados que se vuelven a enamorar y le caen de golpe cinco hermanos nuevos”.
El cuarto título quiso dedicarlo a los abuelos que siempre están para ayudar, para hacerse cargo de los nietos, y pensó en abuelos que aparentemente viven alejados del mundo, sin Internet y sin nada, pero guardan un secreto, y cuando Lucas descubre el secreto de los abuelos ve que se va a pasar el verano en grande, aunque al principio pensaba lo contrario.
“El papá y la mamá son una cosa, pero el abuelo y la abuela son los que te cuentan el pasado, los que te recuerdan la historia, te lo consienten todo pero además te enseñan, te educan, así que en este libro proyecté mi afán por la música y por los abuelos”.
Pero también es un libro que explora la paternidad, un tema que a Sierra i Fabra le interesa, porque él asegura que tiene 72 años pero con mentalidad de niño, “así que los entiendo bien y en mis novelas me acerco mucho a ellos y les hago ver que el mundo adulto también se lo pueden tomar a risa”.
El autor de El club de los raros, El detective y El asesinato de la profesora de lengua , asegura que un niño a los cinco años piensa que su padre es un héroe, y a los 10 o 12 años piensa no es tan héroe pero que hace lo que puede y los 18 le parece un señor que le prohibe cosas, no le da dinero, no lo deja respirar y lo obliga a estudiar; “pero a los 25 o 30 años ves que en el fondo tu padre es una buena persona y hacía lo que podía, y a los 50 dices: ‘ojalá mi padre viviera y pudiera hablar con él’, así que esta es una evolución normal en cualquier ser humano”.
El narrador que en 2013 obtuvo el Premio Iberoamericano de LIJ por el conjunto de su obra, cuenta que él nunca tocó ningún instrumento aunque fue cronista e historiador musical, “soy escritor pero mi padre me prohibía escribir, si le decía encima que quería tocar la guitarra me hubiera matado directamente”, señala Jordi en entrevista telefónica.
Entonces lo que hizo fue poner a su protagonista a tocar el piano, que era uno de sus grandes sueños, y a los abuelos los hizo músicos.
“Digamos que siempre mis niños tienen un poco de mí, pero en este caso proyecto en ellos lo que yo no pude ser: toca el piano y tiene unos abuelos. A mis abuelos no los conocí, yo no tuve abuelos, soy un niño que creció sin abuelos, y siempre los eche mucho en falta”.
Ahora su caso es distinto y él es un abuelo singular. “Tengo una nieta de 14 y una 12, y claro yo soy el abuelo roquero, el abuelo marchoso, el abuelo que está siempre viajando por todo el mundo, agarrando aviones, así que para mis nietas yo soy una especie de pozo de aventuras increíbles, siempre me están pidiendo que les cuente historias y aventuras de mi viajes, de si estuve a punto de morir en la India, o en otro lugar; evidentemente tengo la suerte de no ser un abuelo normal y corriente así que lo disfruto mucho”.
El cuarto libro de la serie se ha publicado antes en México y en Argentina que en España, pero eso es muy común con sus libros, porque Jordi Sierra i Fabra es uno de los autores más prolíficos y que publica en varias editoriales a la vez, y es muy leído en toda América Latina. Incluso ya terminó de escribir y ha entregado a la editorial el quinto libro de la serie que espera que se publique en 2021.
“Yo intento en mis novelas acercar a los niños a la realidad pero también con un toque de humor. Hace unos días, leyendo la serie Querido hijo, me decía una mamá: ‘mi hijo me ha preguntado si el escritor tiene tantos años como dice la biografía porque parece un libro escrito por un niño’, los niños dudan que el autor tenga 72 años, pero es la verdad, yo soy un niño mentalmente”.
Tanto los conoce que asegura que un niño es como un pozo por llenar, “o sea, hay que darle algo que le guste, algo que le excite la imaginación, algo que le mueva el interés y va a responder enseguida, va abrir los ojos y se va a meter dentro de lo que le des, así que hasta los 12 años, son seres todavía por definir, capaces de asombrarse, luego ya cambian y los escritores estamos luchando contra eso contra la implantación de redes sociales; para mí darle un celular a un niño de menos de 12 años es darle un arma de destrucción masiva, porque le das un agujero negro”.
A la par de esta serie, Jordi siempre escribe otras historias. Ya ha publicado 507 libros y su capacidad creativa dice que es imparable, “esto ya se ha convertido en una especie de monstruo o de máquina, de factoría creativa, estoy todo el día inventando historias. Uno de mis libros que nació en México fue El club de los raros, que es la historia de un niño que es tartamudo, que soy yo”, dice el escritor que asegura que sus vínculos con México son enormes y que se queja porque en esta cuarentena sólo pudo escribir un libro.