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antonio.diaz@clabsa.com.mx
El general Manuel Álvarez Zamora, primer gobernador constitucional de Colima en 1857, fue inmortalizado por Octavio Ponzanelli en una escultura que fue colocada en Paseo de la Reforma, casi esquina con calle Libertad, en la colonia Morelos. Sin embargo, en noviembre de 2018 abandonó su pedestal cuando un hombre intentó robarla.
En la famosa avenida fueron colocadas un total de 77 estatuas de personajes de relevancia histórica, como Miguel Lerdo de Tejada, Andrés Quinta Roo, Fray Servando Teresa de Mier, Guadalupe Victoria, Hermenegildo Galeana, Guillermo Prieto, Gabino Barreda y Vicente Riva Palacio, entre otros, así como grandes jarrones también hechos de bronce. Todas las piezas escultóricas fueron puestas sobre una base de piedra.
Actualmente, sólo quedan 67 de las 77 esculturas, 10 han sido quitadas, las que representaban a Rafael Lucio, Eustaquio Buelna, Jacinto Pat, Manuel Álvarez, Gregorio Torres, Antonio Carbajal, Erasmo Castellanos, Melchor Ocampo, Ignacio Mejía y Manuel Payno.
Todas las esculturas fueron fundidas en bronce, mismo material utilizado para las placas explicativas en las que se daba cuenta del personaje y los logros políticos o culturales que tuvo; sin embargo, en un recorrido por Paseo de la Reforma se pudo constatar que ya no hay ninguna placa.
Normativas de cuidado. La salvaguarda del patrimonio sobre Paseo de la Reforma está a cargo de diferentes instituciones: Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), la alcaldía Cuauhtémoc, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
En entrevista con EL UNIVERSAL, Eduardo Juárez, coordinador general de Desarrollo Urbano de la Seduvi, explicó que si bien existe un trabajo interinstitucional para cuidar el patrimonio cultural en Reforma, la alcaldía es la única dependencia encargada de darle mantenimiento.
La Seduvi, comentó Juárez, tiene catalogado patrimonio material e inmaterial, además resguarda el patrimonio cultural urbano, es decir, edificios de carácter patrimonial e inmuebles que se encuentren en áreas de conservación patrimonial o zonas de monumentos históricos.
Por otro lado, el INAH se hace cargo de patrimonio material e inmaterial previo al siglo XX; mientras que el INBAL está avocado al siglo XX. “Seduvi tiene otro criterio que no es el temporal. En total tenemos 15 mil 971 inmuebles catalogados tanto en áreas de conservación como fuera de área de conservación patrimonial. Las estatuas son elementos aislados, pero que son parte del patrimonio urbano”.
Sobre los actos de vandalismo en las esculturas, como los grafitis, el coordinador general de Desarrollo Urbano comentó que esto representa un problema caro y difícil de limpiar, pues son pedestales con alto grado de porosidad.
Eduardo Juárez detalló que la acción de la Seduvi únicamente se reduce a funciones normativas, actividades que desarrollan en conjunto con la alcaldía Cuauhtémoc o la Miguel Hidalgo, donde también hay elementos escultóricos.
“Las alcaldías tienen la atribución para dar mantenimiento, cuidar las zonas, los entornos patrimoniales de piezas y construcciones. Nosotros tenemos la atribución de calificar proyectos que tienen que ver con el patrimonio cultural ya sea exclusivamente o junto con el INBAL o INAH. Hay responsabilidades diferenciadas”, aclaró.
El funcionario indicó que en Reforma, Seduvi tiene catalogadas un total de 36 esculturas, distribuidas en un perímetro que va desde Juárez y Colón hasta calle Río Tíber; sin embargo dijo desconocer cuántas de sus esculturas clasificadas hacen falta.
“La Seduvi está orientada a la parte normativa de qué hacer y cómo con el patrimonio. Las estatuas son sustraídas para revenderlas en establecimiento de fierro viejo o fundirlas. Son piezas artísticas, pero también nos hace pensar que son comercializadas como metal. La alcaldía es la depositaria del mantenimiento de esas esculturas y es la que tendría que levantar un acta con el Ministerio Público ( en caso de ausencia) y se declararía como daño al patrimonio de la Ciudad”, explicó Eduardo Juárez.
Además, el doctor en Demografía indicó que es la alcaldía correspondiente la encargada de seguir los casos tras los intentos de robo, así como del resguardo de las piezas, ya que la Seduvi no realiza ese tipo de actividades.
Este diario solicitó información a la alcaldía Cuauhtémoc sobre el paradero de las esculturas. A través de Comunicación Social, la demarcación indicó en un primer momento que “hay algunas esculturas en una bodega de un Juzgado Cívico”, aunque no especificó cuántas y cuáles esculturas tiene en resguardo ni su estado de conservación, así como tampoco qué Juzgado Cívico las tiene.
También se pidió información de cuándo había sido el último procedimiento de mantenimiento a las esculturas, pero hasta el cierre de esta edición no hubo una respuesta concreta, sólo envió una tarjeta informativa con una selección de artículos y leyes que sirven para la salvaguarda del patrimonio en la Ciudad de México.
Los faltantes. Las 10 piezas escultóricas que ya no se encuentran sobre Paseo de la Reforma representaban a personalidades como el doctor Rafael Lucio. Esta escultura, que de acuerdo con el libro Estatuas del Paseo de la Reforma. Biografía de 77 personajes en la Historia de México, fue hecha por Epitacio Calvo, fue sustraída con todo y pedestal en enero de 2011.
Otra pieza es la de Eustaquio Buelna, quien fue presidente de la Suprema Corte y participante de la Guerra de Tres Años; una más es la de Jacinto Pat, un líder e iniciador de la Guerra de Castas; también estaba la de Manuel Álvarez, primer gobernador de Colima en 1857; y la de Antonio Carbajal, general que participó en el Plan de Ayutla. También faltan las estatuas de Manuel Payno, quien trabajó por los cargos de elección popular y el servicio público; de Ignacio Mejía, general que intervino en el proceso legal contra Maximiliano de Habsburgo; de Melchor Ocampo, precursor de la educación laica, científico, agricultor y político; y de Erasmo Castellanos, poeta y abogado.