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Sin piernas ni brazos, Sarah Biffin sólo podía aspirar a ser parte de un circo de fenómenos durante la época victoriana .
Aunque la premisa de la historia de la artista inglesa suena deprimente, parece ser que al menos en el ámbito profesional Biffin no fue relegada como un “fenómeno”, sino que incluso en tiempos en los que no existía el concepto de inclusión ni de discapacidad, encontró “padrinos” que impulsaron su carrera como una respetada pintora.
Sarah Biffin nació en Somerset, Inglaterra, en 1784. Sin brazos ni piernas a causa de la enfermedad llamada focomelia y siendo de familia pobre, Biffin parecía que sólo tendría una forma de sustentarse: como atracción de circo.
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Ella aprendió a pintar con la boca y los hombros de forma autodidacta. Fue a los 13 años que emprendió su gira con el nombre artístico de “La maravilla sin extremidades”. Su acto consistía en realizar obras de arte frente al público, con lo que ganaba cinco libras al año, ya que cada cuadro lo vendía a tres guineas -moneda que se usaba entonces-, según reporta el medio “Artnet”.
Publicidad de un espectáculo de Sarah Biffin. Foto: Sworders Fine Art Auctioneers.
Al poco tiempo, logró la fama al grado de ser mencionada por Charles Dickens en algunas de sus obras. En 1808 contó con el respaldo Earl Douglas, Conde de Morton, logrando así tener al pintor William Craig, de la Real Academia de las Artes, como maestro. La Real Academia de Bellas Artes de Londres le concedió una medalla de plata en 1821, como reconocimiento a sus miniaturas.
En 1824, Sarah Biffin contrajo matrimonio con un hombre llamado Stephen William Wright, pero sólo duró un año casada.
Sin duda, Biffin fue una artista reconocida en su época: la reina Victoria de Inglaterra le comisionó a la pintora un retrato de su padre, Eduardo, el duque de Kent, en 1839. También hizo obras comisionadas por el rey Jorge III, el Príncipe Alberto y Jorge IV.
Una de sus pinturas fue exhibida por la Real Academia de Artes en 1850, tan sólo unos meses antes de que falleciera a los 66 años. Pese al éxito, lidió financieramente después de la muerte del Conde de Morton, por lo que en sus últimos años de vida no gozó de tantas comodidades, señala la revista “Smithsonian”.
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Sarah Biffin, aún en ascenso en el siglo XXI
En 2009 el récord de subasta de Sarah Biffin era de 3 mil 383 dólares, marca que se mantuvo durante 10 años. Sin embargo, desde hace dos años las obras de la inglesa ha sido objeto de pujas cerradas que han hecho que su valor aumente drásticamente.
En 2019, Sotheby's Londres ofreció un autorretrato de Biffin con un valor de 2 mil 360 dólares. La guerra de ofertas hizo que el cuadro se vendiera finalmente por 180 mil 125 dólares, siendo este su actual récord de ventas.
Autorretrato de Sarah Biffin, de 1821, con el que se marcó el nuevo récord de ventas de la pintora. Foto: Sotheby's London
En julio de este año, la misma casa de subastas ofertó “A Study of Feathers” de Biffin. El precio de salida era de 8 mil 272 dólares y fue vendido al mejor postor, que ofreció 90 mil 335 dólares.
"Dibujado por Sarah Biffin 6 de agosto de 1812" se lee en “A Study of Feathers”, cuadro que se subastó en julio de este año. Foto: Sworders Fine Art Auctioneers.
Al respecto sobre la revalorización de la obra de Sarah Biffin, la experta en miniaturas Emma Rutherford declaró en 2019 que el retrató que logró su precio récord representa todo lo que se admira hoy: una mujer discapacitada que, pese a tener todo en su contra, perseveró y triunfó con su talento, en un área que entonces era dominada por hombres, escribió en el sitio oficial de Phillip Mould & Co., una galería especializada en arte inglés.
fjb