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"Es extraño que les corresponda a los autores de ficción recrear la idea de la verdad",
se sorprende el escritor indio-británico Salman Rushdie a su paso por París, donde promociona el estreno de su última novela en Francia.
"La decadencia de Nerón Golden" presenta un panorama de Estados Unidos, desde Barack Obama hasta Donald Trump , al que el escritor de 71 años compara con el Joker, el villano de Batman.
Sin embargo, "empecé esa novela mucho tiempo antes de las elecciones presidenciales de 2016 ", explica el autor de "Los versos satánicos".
La novela que aspira a presentar un "retrato social sobre Nueva York durante la última década" anticipa, en efecto, la victoria del exmagnate inmobiliario ante su rival demócrata.
"En la mañana del 8 de noviembre (2016), cuando fui a votar, estaba convencido de que por la noche tendríamos por primera vez a una mujer presidenta", recuerda el escritor, que obtuvo hace poco la nacionalidad estadounidense.
"En realidad, aunque yo aún lo ignoraba, mi libro ya sabía la verdad", dice. "A veces, tu libro es más inteligente que tú".
"En esta novela, enormemente realista, había introducido un elemento surrealista con el Joker, ese villano de cómic que se convierte en presidente", explica. "Pero, casi dos años después, esto ya no parece surrealista. De hecho, Trump se transforma en Joker. No me sorprendería si se tiñera el pelo de verde".
"No se trata solamente de Trump
, sino de toda esta década en que pasamos del optimismo a la locura y la desesperanza. La sociedad estadounidense está en pedazos y las personas no se entienden o no se creen las unas a las otras", lamenta el novelista.
"La decadencia de Nerón Golden" retoma con erudición, humor e ironía algunos de los temas favoritos de Rushdie como la identidad.
El narrador es un joven y ambicioso cineasta estadounidense llamado René. El joven está fascinado por sus nuevos vecinos: un misterioso millonario que se hace llamar Nerón Golden y sus tres hijos, Petya, autista y genio de la informática, Apu, artista plástico y Dionysos, que tiene dudas sobre su orientación sexual. Todos viven en el selecto barrio de Greenwich Village. Poco a poco, el pasado de unos y otros saldrá a la luz.
"Los ataques de 2008 en Bombay, mi ciudad natal, eran el punto de salida del libro para mí", explica el escritor.
"Amigos que viven allí me dijeron que era evidente que la mafia criminal local colaboraba con los yihadistas. El padrino del crimen organizado indio, Dawood Ibrahim, que dirigía la 'D-Company' se convirtió en un islamista cada vez más radical", cuenta Rushdie, que habla de "un triángulo muy extraño entre la industria del cine y la alta sociedad de Bombay, el hampa y los yihadistas".
¿Por qué ocultan sus orígenes el padre y sus tres hijos? ¿Por qué cambiaron de nombre?
"En la vida real, la gente lo hace todo el tiempo. En las calles de Nueva York, uno puede encontrarse con gente del mundo entero que cambió y simplificó su nombre", afirma Rushdie. "El magnate del cine Samuel Goldwyn se llamaba Samuel Goldfish, y por suerte lo cambió a su llegada a América, si no habríamos tenido Metro Goldfish Mayer".
Aunque no habla de ello, se sabe que el novelista tuvo que utilizar un seudónimo a raíz de la fetua lanzada contra él por el régimen iraní en 1989, tras la publicación de "Los versos satánicos".
"Durante un breve momento, usé un seudónimo, pero jamás lo utilicé en mi propia vida o para mi propio trabajo. Era una cosa que me permitía firmar cheques, alquilar pisos. Odié eso", recuerda Rushdie, al que no le gusta hablar de ese periodo de su vida.
En el local de su editor parisino, se pueden ver, sin embargo, los discretos policías de paisano que se encargan de proteger al escritor.
akc