Una visita a la torre donde se encuentra el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical (Cenidim) “Carlos Chávez” en el Centro Nacional de las Artes (Cenart) sirve para profundizar en su trabajo, patrimonio e importancia a lo largo de 50 años que se cumplieron el año pasado.
Para salvar la deuda por su medio siglo de vida, especialistas del Cenidim trabajan en cuatro proyectos que recalcan su valor.
El legado del compositor Silvestre Revueltas fue el punto de partida de esta serie de proyectos ambiciosos y de peso. En agosto de 2024 se presentaron las obras de infancia y juventud de Revueltas, muchas de ellas inéditas, recuperadas por el centro de investigación.
Lee también: Los viajes, la extranjería y el exilio según Bartra

No es raro escuchar que fue un rayo que irrumpió en la música mexicana o que algún especialista lo califique como el gran compositor latinoamericano del siglo XX. Una de las voces que se volcó en admiración hacia él fue la del novelista estadounidense Paul Bowles, quien se formó como compositor con Aaron Copland y, en su tránsito por México, conoció a Revueltas, a quien describió años después como la persona más brillante con la que tuvo contacto.
A 85 años de su muerte, el legado y las anécdotas alrededor de Silvestre Revueltas se muestran como una fuente inagotable, una leyenda sobre la que el Cenidim arrojó luz nueva al revelar los puntos en que su exploración fue la bisagra entre la música del siglo XIX y el XX.
Más allá de los hechos que quedan en la superficie, como la presentación del segundo volumen de la obra integral de Revueltas, el siguiente escalón en el proyecto son las piezas para violín y piano que presentan su hija, Eugenia Revueltas, y los investigadores Elena Kopylova, Luis Jaime Cortez y Víctor Barrera, director del Cenidim, junto al violinista Adrián Justus y el pianista Rodolfo Ritter, quienes mañana a las 13:00 horas interpretarán la obra en el Auditorio Silvestre Revueltas del Conservatorio Nacional de Música.

50 años de documentación
Miles de cintas magnetofónicas, casetes, libros, discos de corte directo, shelac y vinil y todo tipo de documentos conforman los mil 400 metros lineales del acervo preservado del centro de investigación.
Uno de esos fondos representativos es el del Archivo Histórico, que va de 1925 a 1983 y marca el origen del centro, pero se pueden mencionar, al menos, 26 archivos, colecciones y fondos distribuidos entre las instalaciones del Centro, la Biblioteca de las Artes y la Fonoteca Nacional; destacan la colección de instrumentos, la Colección del Foro Internacional de Música Nueva, la colección de discos y cintas de Carlos Chávez; las composiciones de Julián Carrillo y partituras que se hacían a mano, el llamado dibujo musical… Una decena de personas que acompaña a Barrera, su equipo de Coordinación de Investigación y de Coordinación de Documentación habla de este acervo.
Áurea Maya, doctora en Historia del Arte por la UNAM e investigadora del Centro desde 1991, trabajó en un proyecto digital que conjunta el trabajo de estos 50 años, la Plataforma de Información Musical, presentada en diciembre de 2024.
Después de los primeros pasos hacia la obra completa de Revueltas, una gran deuda que la investigación musical de México tenía con el compositor duranguense, el segundo proyecto es la Plataforma que seguirá enriqueciéndose con sus 11 colecciones y sus referencias o fichas que son una herramienta fundamental para consultar el acervo del Cenidim y solicitar materiales (están, por ejemplo, los manuscritos musicales de un convento de monjas de Puebla que en algún momento fueron donados al centro, o el catálogo de canciones del cine mexicano).
Una de las intenciones de la plataforma es que en un futuro sea la puerta de entrada de un vasto repositorio digital que estará abierto al público.
“Esto es como el inicio del cine, pero en lo que serían las humanidades digitales”, dice Barrera.
Otro de los trabajos más exhaustivos que pueden consultarse en la plataforma es el que hizo la investigadora Beatriz Hernández, en el que, desde hace cinco años, ha transcrito cientos de notas de la prensa musical mexicana de finales del siglo XIX y del México Revolucionario. “La prensa musical permite ver no sólo lo que ha pasado desde hace 120 años, sino entender muchas cosas que de otra forma la partitura no te dice”, abunda Víctor Barrera sobre los cientos de entradas tomadas de medios de comunicación como El Imparcial, Revista de Revistas y El Universal Ilustrado.
“Un caso es el de Ricardo Castro y El Imparcial. El gobierno le daba dinero al periódico, y el periódico era el mecenas de compositores y músicos. A Castro le preguntaron, ¿cuánto ganas en un año? Él les dio una cifra y el periódico aceptó a cambio de que él escribiera unas piezas, se fuera a Europa, le pagaran sus estudios y mandara sus crónicas de lo que viera allí; fue como un reportero. Esa información nos da el contexto de un compositor: su vida, cómo fue creciendo y, sobre todo, sus obras”, explica Hernández y detalla un caso más: los días del asesinato de Francisco I. Madero.
“Uno pensaría que en la Ciudad de México estaría el caos con la gente metida en sus casas, en un estado de sitio. Pero El Imparcial hizo unas crónicas en las que mostró que todo estaba bien, que al día siguiente se iba a presentar una opereta, una zarzuela en el Teatro Arbeu, todo el clima tranquilo en la Ciudad de México. Aquí es donde entran los medios que buscan estabilizar a una sociedad, darle paz, mientras está el caos político”, continúa y destaca el peso político de las ilustraciones de EL UNIVERSAL y Revista de Revistas: “Lo particular de ellas es que incluyen grandes, extensos artículos de compositores e intérpretes. Resulta que los artistas no tenían dinero para pagar sus libros porque era muy caro, entonces se dan cuenta que el periódico y las revistas son más económicas; cada semana o cada 15 días se les pide mandar un artículo, una crónica, una reseña. Son los fenómenos que se estaban dando”.
En el recorrido por el Centro, Martín, su técnico de sonido, muestra grabaciones restauradas de los grandes compositores del siglo XX (Carlos Chávez, por ejemplo); una de estas es de Silvestre Revueltas que se presentará, adelanta Barrera, en una exposición que se prepara en el Museo de Arte Moderno como parte del trabajo de recuperación.
El equipo de investigadores muestra y habla de algunas obras decimonónicas, cuya recuperación se trabajó recientemente y que fueron interpretadas el año pasado: la marcha La independencia, de Cenobio Paniagua, de quien Barrera dice que, por la prensa, se sabía que era un compositor relevante, “pero hasta que se encontró el archivo correspondiente y se hicieron las gestiones para que se donara al Cenidim, hemos podido estudiar su obra, escucharla, saber y entender por qué fue tan relevante”.
Lee también: Celebra Ópera Portátil 10 años con “De óperas y otras criaturas”
La otra obra es el Miserere, de 1816, escrita por Mariano Elízaga: “Uno de los más grandes compositores del siglo XIX. A él le tocó la transición de la Independencia, el Miserere fue compuesto en el contexto de la Intervención Francesa. Analizar la partitura nos permite entender el estilo del compositor para hacer nuevas partes instrumentales y llevar la obra a las salas de concierto. Esto es para nosotros lo que significa la preservación. No se puede hablar de un rescate si no existe esto”.
Para este año, las obras decimonónicas en las que está la atención del Cenidim son, a fin de año, la ópera La leyenda de Rudel, de Ricardo Castro, y la Misa solemne dedicada a la Virgen de Guadalupe, de Melesio Morales. No sólo es el análisis, recuperación, interpretación o hasta estreno internacional de algunas obras, sino el plan maestro, tal como con Revueltas, de que las obras sean publicadas. Un corpus de música mexicana del siglo XIX.
Otra publicación de la que los investigadores muestran el dummy editorial es la Primera sinfonía en re mayor, de Julián Carrillo, obra previa al Sonido 13; la publicación de sus seis sonatas también se tiene contemplada para celebrar los 150 años del natalicio del compositor potosino y los lleva a afirmar que: “Servir a Carrillo y a Revueltas es un honor”.