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Tras participar en la manifestación colectiva de sindicatos del sector Cultura el 24 de enero pasado en la Secretaría de Cultura federal, el Sindicato Nacional de Restauradores del INAH (SINAR) festejó este lunes el Día Internacional del Conservador-Restaurador, con una ceremonia y comida en la Casa Coahuila.
A su vez, durante dos días, el SINAR mantuvo asambleas extraordinarias para resolver asuntos internos, como la comisión de prestaciones laborales y el colegio electoral, informó Ximena Rojas Muñoz, secretaria general del SINAR.
Rojas Muñoz compartió con EL UNIVERSAL el discurso de la ceremonia, un escrito en el que se hace un llamado para trabajar en la profesionalización de todos aquellos que laboran en la protección y restauración del patrimonio cultural mexicano.
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“Todos los beneficios que brinda la preservación del Patrimonio Cultural los tiene claros el gobierno, por eso el programa que más recursos económicos recibe el INAH se llama ‘Conservación y Protección del Patrimonio Cultural’. Todos los beneficios de la conservación de la memoria material de México los tiene claro la administración en turno. Lo que no se tiene claro es la importancia en la profesionalización de esta labor”, se puede leer en el escrito.
El discurso también pone en valor los estudios de los restauradores y conservadores, y subraya que restaurar bienes culturales no son simples técnicas o reparaciones.
“Se requiere de una formación que permita la comprensión de los materiales y técnicas que constituyen a un bien cultural, se realiza investigación especializada, se trabaja en conjunto con las comunidades y con otras especialidades, se consideran diferentes criterios de intervención para cada tipo de material y entorno social y material. La profesionalización y la especialización son indispensables en esta importante labor y nos corresponde a nosotros visibilizar la importancia de nuestra profesión”.
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El discurso también señala que los restauradores contribuyen en la construcción de la soberanía nacional. “La construcción de identidad fortalece el tejido social” y esto a su vez “promueve la solidaridad y el derecho de todos, favorece la construcción de metas comunes, ayuda a la cohesión social, en la construcción de la paz”.
