Entre 1921 y 1924, el pintor, cineasta, teórico del arte y promotor cultural Adolfo Best Maugard creó el Método de dibujo. Tradición, resurgimiento y evolución del arte mexicano. La iniciativa era novedosa, no sólo porque proponía un método para dibujar con base en siete elementos gráficos esenciales: espiral, círculo, semicírculo o figura “m”, figura “s”, línea zigzag, línea ondulada y línea recta, sino porque, sobre todo, consistía en líneas y formas derivadas de tradiciones prehispánicas o populares con los que Best Maugard buscó renovar la educación artística mexicana desde una raíz cultural propia, distanciado de los cánones académicos europeos.
Ese libro que fue editado por Miguel Covarrubias y que incluyó también una selección de 13 ilustraciones a color realizadas por alumnos de escuelas públicas que adoptaron el “sistema Best” en la materia denominada Dibujo mexicano, fue publicado originalmente en 1923 por el Departamento editorial de la Secretaría de Educación y se inscribió en un movimiento de arte social mexicano nacionalista que pretendía “alfabetizar” al pueblo de México desde el arte.
El Método de dibujo que apenas circuló unos años debido una serie de críticas a nivel pedagógico y artístico, ha sido publicado, en una edición facsimilar, por Alias editorial, con un nuevo diseño de forros y un epílogo contemporáneo del doctor en Arte, Sergio Raúl Arroyo, en el que el también etnólogo y antropólogo pone en su justa dimensión esta obra que marcó a una generación de artistas e incluso para algunos, sentó las bases del nacionalismo plástico en México.
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“Las cosas no nacen solas. El Método es parte de todo un proceso que no solamente es de los años posteriores a la Revolución. Viene desde el siglo XIX, en realidad, hay una especie de reivindicación de la mexicanidad a través del mundo prehispánico. Se ejerce, al principio, digamos, que yo casi pienso que a partir de 1825 con el Museo Mexicano que funda el primer presidente de México, Guadalupe Victoria, pero que, en los años, sobre todo ya del Porfirismo, cobró una fuerza muy grande”, afirma Sergio Raúl Arroyo, autor del epílogo “El dandy y los arcanos. Seis apuntes sobre el ‘Método de dibujo’ de Adolfo Best Maugard”, que incluye la edición facsimilar.
El escritor y curador de exposiciones en museos como el Ermitage, Guggenheim, el Palacio de Bellas Artes, el Museo Nacional de Antropología y el Museo Nacional de Arte asegura en entrevista que, lo original del Método es la búsqueda de una grafía propia y una tipología sobre líneas básicas con las que se puede realizar y desarrollar, con sus diferentes variantes, una nueva forma de dibujo.
“Es una búsqueda importante para encontrar lo que yo llamaría la fisis gráfica del mundo antiguo mexicano”, sin embargo, su fin no es utilizarlo para las reivindicaciones artísticas del presente. Dice que eso es algo que implica una experiencia en la que todavía hoy día tenemos que ver su eficacia, ver realmente qué tan profundamente pudo ahondar en la estrategia educativa.
Apunta que es muy interesante por la propuesta de ver al mundo indígena, pero no hay que mitificarlo a un siglo de distancia. “El Método es muy importante por muchas cosas. Se puede aún experimentar, habrá artistas y profesionales que quieran experimentar con él, desde luego, pero es una de las posibilidades de poder hacer un estudio de lo que sería el arte, sobre todo en términos lineales, un arte real”, apunta Arroyo, quien agrega que se trata de un método práctico para establecer una especie de perfil y personalidad propia en el dibujo en la educación de los mexicanos.
Sin embargo, afirma que no podemos circunscribir el Método a una especie de piedra filosofal que nos permitiera trabajar en todas las escuelas, en todo el país. “Me parecería incluso absurdo, no es eso lo que se necesita; lo que se necesita es verlo con ojos críticos, insertarlo en los programas de estudio, pero para conocerlo, no para seguirlo inalterablemente, sino para utilizarlo en muchos casos”.
Recuerda que varios pintores lo utilizaron. El muy joven Rufino Tamayo lo llegó a aplicar de una manera interesante, pero hasta allí. “No hay que mitificar las cosas, porque si no vamos a caer en una especie de chauvinismo estético que nos puede encerrar en una jaula”.

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Y celebra la edición facsimilar que ha hecho Alias. “Gran parte del valor que tiene la edición que ha producido Alias es que tiene justamente la posibilidad de que podamos voltear los ojos hacia el pasado y hacer un análisis de lo que hemos sido. Eso yo creo que es muy interesante”.
Apunta que el “Método de dibujo de Best Maugard es parte de una lucha estética, y en ese sentido es una fuente de discusión y es también una especie de paradigma que para algunos en un determinado momento, pero hoy, agrega, hay cosas en el arte, valiosísimas, que en absoluto tienen que ver nada con eso en cuanto a planteamientos lineales.
Afirma que esta edición tiene un carácter histórico y de la propia morfología del arte mexicano, “tenemos que saber ubicar cuáles son sus propios límites, no pensar que estamos redescubriendo una fuente en la que vamos a hacer una nueva inmersión y de ahí vamos a hacer una mexicanidad estética, porque el arte ha tomado una fuerza y una universalidad”.
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El artista plástico y director de Alias editorial, Damián Ortega, apunta la vigencia de este método de dibujo de Best Maugard para seguir revisando y discutiendo el presente. “Mi interés es traer un documento que no falseé, por eso es un documento facsimilar donde uno puede leer y también aprender del pasado, conocer nuestra historia, conocer nuestras referencias para ver en qué puede aplicar o cómo aplicarlo al presente, qué tiene sentido, qué es importante revalorar y también cuestionar, criticar ciertas cosas...”
Dice que obviamente el tiempo en el que se publicó el Método de Dibujo de Best Maugard fue un momento donde se trataba de unificar mucho a ese México y se trataba de generar una identidad.
“Por ejemplo, por eso, también tenemos los libros que hizo Vasconcelos de Lecturas clásicas para niños. En esa reflexión también creo que es importantísimo republicar o reeditar esta obra”.
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Para el artista mexicano y creador de instalaciones como Cosmic Thing, así como de piezas fotográficas y obras cinematográficas, es importante enfrentarse a la historia. “Es importante disfrutarla, festejarla y también cuestionarla. Para eso está la colección Antítesis en la que se publica el Método”.
Y enfatiza que sí hay una pertinencia de pensar en la educación artística desde la educación básica. “Hay instituciones de educación artística, claro que faltan, pero también creo que hay mucho y está ahí la gente haciendo un trabajo también increíblemente valioso”.
Sergio Raúl Arroyo insiste en que lo importante también es ver el Método de dibujo de Adolfo Best Maugard con ojos críticos.

“Me parece muy interesante, en primer lugar, como dato arqueológico, porque efectivamente es la búsqueda de una época, la búsqueda de un cierto tipo de mentalidad nacionalista que prevaleció en esa época y eso le da ya un valor muy específico, pero, serenamente, hay que revisar estos intentos, verlos en su dimensión histórica, ver cuáles son sus fundamentos, cuáles han sido sus alcances”.
La edición facsimilar del Método de dibujo. Tradición, resurgimiento y evolución del arte mexicano, que incluye Autorretrato, de 1923, de Adolfo Best Maugard, así como gráfica y Adolfo Best Maugard, de 1945, de Miguel Covarrubias, se presentará mañana en el Museo Nacional de San Carlos, a las 12:00 horas.
En el evento se anunciará una convocatoria de donaciones editoriales a la Biblioteca Erik Larsen del Museo Nacional San Carlos.