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yanet.aguilar@eluniversal.com.mx
América Latina vivió intensamente la Guerra Fría en la política pero también en la cultura, especialmente en el llamado boom latinoamericano que ha sido ampliamentente estudiado y es un territorio en el que abunda el historiador y ensayista cubano Rafael Rojas en "La polis literaria. El boom, la Revolución y otras polémicas de la Guerra Fría" (Taurus), un libro en el que el también autor de Tumbas sin sosiego ha intentado reconstruir esas polémicas entre aquellos escritores y revistas para tratar de abandonar las visiones radicales que aún existen.
“Entre 1959, año de la Revolución Cubana, y 1973, cuando se produce el golpe de Pinochet contra Salvador Allende, que son unos 14 años, sucede todo, creo que la intensidad de aquel periodo, que por cierto es donde se escriben las grandes novelas del boom, es la época de "Rayuela", "Cien años de soledad", "La Casa verde", "La muerte de Artemio Cruz", "Cambio de Piel", la época de los grandes debates intelectuales encabezados por Octavio Paz, que tiene una presencia importante en el libro, también”, afirma el investigador del CIDE.
Rafael Rojas dice que también es la época de las grandes novelas cubanas: "El siglo de las luces", de Alejo Carpentier; "De dónde son los cantantes", de Severo Sarduy; "Tres tristes tigres", de Cabrera Infante; y "Paradiso", de Lezama Lima. “No se puede reconstruir críticamente aquel esplendor, que con razón se llama boom de la nueva novela latinoamericana, sin detenernos en la intensidad de los debates políticos”, afirma Rafael Rojas.
Luego de revisar el contexto de todo el continente, de estudiar a profundidad las ideas polarizadas que prevalecían, por ejemplo, que las publicaciones no eran autónomas sino que respondían a los grandes poderes de la Guerra Fría, que Casa de las Américas respondía al poder del socialismo soviético y del Consejo Mundial por la Paz, y que Mundo Nuevo y Plural respondían al poder del mundo libre de Occidente, Rafael Rojas optó por apartarse de ese mundo más maniqueo y paranoide de la Guerra Fría e ir a las ideas y a las poéticas.
“Quería ver de qué manera estos escritores con sus literaturas y con sus políticas se posicionan frente a los principales dilemas de aquella época, que son la revolución, el socialismo, las dictaduras militares de derecha, pero también todos estos temas estéticos. En qué consiste la nueva literatura mexicana, la identidad de la región y qué tipo de realismo. Los escritores más cercanos a las posiciones de Casa de las Américas defendían un realismo social que no era el que compartía ninguno de los escritores del boom, ni Gabriel García Márquez ni Julio Cortázar ni Carlos Fuentes comulgaron con esa idea del realismo social, de la literatura comprometida y sin embargo fueron grandes interlocutores del proyecto cubano, de la Revolución cubana desde el principio hasta que se precipita la ruptura, entre 1968 y 1971”, afirma.
Rafael Rojas dice que en pocos momentos de la historia de América Latina se vivió una integración semejante del campo intelectual que por supuesto no existe hoy en día.