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El alcalde Manuel Negrete no ha puesto orden en Cultura en Coyoacán: ni ha resuelto las demandas de los trabajadores que acusan por acoso laboral a la directora, Sandra Campero Badillo, ni ha tomado la decisión de que su esposa, Jacqueline Arch, deje la casa donde —como ya le dijimos aquí, tiene oficina—. Y mientras tanto, la situación ha escalado hasta muros. Nos cuentan que para evitar el cierre de las instalaciones de la Casa de Cultura —como ocurrió el 20 de febrero—, la directora ha desarrollado estrategias como acceder desde horas de la madrugada, antes que los trabajadores, entrar por puertas que no tienen controlados los sindicalistas e incluso —especulan algunos— librar bardas y muros. Tras el intento de cierre del pasado viernes —y creyendo que habían madrugado más que la directora— los trabajadores se llevaron la sorpresa de que aunque cerraron el inmueble, la directora estaba adentro, acompañada por un subdirector y un jefe de unidad. Total que los trabajadores debieron abortar la misión. Pero ahí no quedó la cosa, a lo largo de ese día y durante el fin de semana, Sandra Campero retomó su política de despidos y reubicación de personal. Nos cuentan que son tres los casos que decidió poner a disposición de Personal. Y hay más: a los cerrajeros les ha llovido trabajo porque el cambio de chapas es la nueva estrategia. ¿Y la cultura? ¿y las negociaciones? Parece que eso puede esperar.
Sanjuana Martínez iba a presentar un libro en Minería y le armaron protesta
Nos cuentan que a Sanjuana Martínez, directora de la agencia Notimex, no le fue nada bien durante su aparición, la noche de ayer, en la 41 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, hasta donde llegaron mujeres periodistas que ella ha despedido, y armadas de pancartas, la llamaron “misógina”, “descarada” y “traidora”. Aunque respondía intentando estar tranquila, el grupo de mujeres le exigían abrirse al diálogo y cumplir el mandato del Presidente de México, de que nadie sería despedido. En las pancartas se leía “Sanjuana violenta a las mujeres”, “Sanjuana misógina” y “Sanjuana le entrega contratos millonarios a sus amigos”. Y la presentación del libro La lucha continúa de Jorge Gómez Naredo, que la directora de Notimex pretendía presentar en calma, se convirtió en una protesta en su contra, de la que salió con un mal sabor de boca. En ese encuentro también estaba anunciado Jenaro Villamil, pero el encargado del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, nunca llegó. Habrá pensado que ¿para qué exponerse, verdad?