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"El exilio es un parteaguas en la vida de cualquier personas, te obliga a reinventarte", afirmó la poeta y novelista nicaragüense Gioconda Belli durante la charla de clausura de la quinta edición de la Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (Filuni). A través de una videollamada, la escritora ofreció el conversatorio desde República Dominicana, un día antes de regresar a Madrid, ciudad en la que actualmente radica; en el evento la acompañaron, en el Salón Clementina Díaz y de Ovando del Centro de Exposiciones y Congresos UNAM, la coordinadora de Difusión Cultural de la UNAM, Rosa Beltrán, y la directora general de Publicaciones y Fomento Editorial (Libros UNAM), Socorro Venegas.
Quizá hay gente, señaló Beltrán al principio de la charla, que no tiene tan fresco que Belli se exilió en dos ocasiones; que vio triunfar la Revolución Sandinista y después se exilió y que su libro "La mujer habitada", en el que se encuentran la pulsión sexual, la guerra y el activismo, le dio fama internacional.
"La primera vez que me reinventé fue en 1975. Tuve que salir de mi casa un 20 de diciembre, tenía dos hijas pequeñas que tuve que dejar; las volví a ver después de siete meses. Ese exilio estuvo marcado, digamos, por un trabajo intensísimo para lograr la liberación de Nicaragua (...) El segundo exilio es diferente, es más triste, es un exilio que todavía me cuesta procesar: la extinción del frente sandinista, esa organización por la que estuve dispuesta a dar mi vida dejó de existir en 1990", fue el inicio de la charla de la multigalardonada escritora (Premio Casa de las Américas de Poesía 1978; Premio Biblioteca Breve 2008; Caballero en la Orden de las Artes y las Letras de Francia 2013; Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2023).
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"Muchos de nosotros, los sandinistas, los militantes históricos fuimos apartándonos de las desviaciones que veíamos. A mí me salva la palabra, mi identidad nicaragüense que nadie me va a quitar jamás", continuó y remarcó que la publicación de "La mujer habitada" significó un gran cambio en su vida porque le mostró su capacidad de escribir narrativa después de haber estado focalizada durante años en la poesía.
Belli también dijo que su intención era vivir un proceso colectivo en la Revolución, tan importante que involucró a mucha gente, por lo que no podía delimitarlo a lo individual. En "La mujer habitada", su intención fue contar esa experiencia colectiva, la clandestinidad y el hecho de involucrarse y ver morir compañeros. "Nuestra lucha por la libertad no empieza con la Revolución Sandinista"; en el caso de América Latina, hay una lucha anterior en busca de la liberación. "Apoyándonos nos vamos a salvar, lo que pasa es que no nos apoyamos", complementó.
Cuando fue su turno, Venegas le preguntó cómo aprendió, en lo que corresponde a la literatura, a perder el miedo. Hay que darse cuenta de que uno mismo tiene muchos cuerpos dentro del propio cuerpo, respondió Belli.
"La literatura te permite acceder a esa íntima multitud que puede vivir dentro de uno cuando se lee. Para mí, poder acceder a la literatura feminista fue importante. Yo tuve una madre feminista que me hizo sentir que ser mujer es una maravilla; que el cuerpo femenino es privilegiado; que tiene una belleza propia. Esa noción de mí misma fue lo que me ayudó a escribir poesía. Yo leí antologías de poesía masculina erótica y no sentí que fuera extraño hablar desde mi propio cuerpo como mujer y contar lo que me pasaba", continuó y dio un consejo a los jóvenes escritores: tener una buena relación con ellos mismos y su propio cuerpo.
"No se puede escribir nada a partir de fingir. Creo que la autenticidad es tan importante como la técnica narrativa (...) Lo maravilloso de la literatura es que enseña desde el tiempo de los griegos, desde la más temprana literatura, que los seres humanos nos parecemos, pero lo que es la médula, el ser que llevamos dentro está allá: siempre tenemos los mismos odios y las mismas pasiones. Nos podemos comunicar con las grandes obras de la literatura porque están hablando de nosotros".
Venegas también le preguntó si se está perdiendo la capacidad de imaginar un mundo distinto. Los tiranos quieren ser los únicos que piensan porque saben que la gente pensante, quienes pueden oponerse con una resistencia intelectual, no va a aceptar cosas injustas, contestó. Algunos de los ejemplos que dio fueron el cierre de tres mil organizaciones no gubernamentales y el momento en que se le quitó la personalidad jurídica a la Academia Nicaragüense de la Lengua. El cierre de la Universidad Centroamericana (UCA), hace tan sólo unos días, no es un suceso aislado; se trata de la universidad número 28 que es cancelada.
"Hay una lucha contra la universidad y contra los jesuitas, que dentro de la Iglesia Católica han sido los más intelectuales", declaración que le sirvió a la poeta para reflexionar sobre un retroceso en América Latina respecto a la fuerza democrática que hubo en la década del 90: "Es como si quisiéramos volver a las tiranías de los 60 y los 70", y enfatizó en que, en estos casos, siempre se dice que el objetivo es luchar por la justicia social, ir contra el imperialismo.
"La situación de Cuba es cada vez más represiva, es como una olla de presión. La gente tiene una vida muy difícil. Venezuela, Nicaragua. Es triste que lo hagan en nombre de una ideología de izquierda, que tanto se necesita en América Latina, pero desde otra perspectiva". A pesar del panorama sombrío descrito por Belli, mostró que tiene expectativas sobre Boric, Petro y Lula da Silva.
"No queremos esa izquierda stalinista y leninista. Queremos una izquierda democrática que no haga pagar la justicia social con la libertad. Hay una derecha muy fuerte que quiere que todo lo que huela a izquierda se desprestigie; hay una campaña fuerte en redes sociales que quiere establecer algo conservador".
No se trata, explicó la escritora y política nicaragüense Rosario Murillo, de una incapacidad para imaginar un mundo mejor, sino de personas que ya no quieren escuchar los mismos discursos y, en esta línea, bordeando con el feminismo, llamó a darle un significado diferente al poder. "Las mujeres tenemos que romper la estructura patriarcal y machista. La estructura social ya no basta con nuestra manera de vivir, el mundo laboral está hecho para hombres que tienen esposas (...) Si quieres tener una carrera y, además, tener hijos, debes plantearte qué hacer, ¿o dejar a tu hijo o dejar la carrera? Se podrían crear nuevos horarios de trabajo; se podría cambiar la estructura y cambiar la ideología".
Aunque no por lo anterior dejó de lado casos como el de la escritora y política nicaragüense, a quien señaló como un producto del patriarcado. "Hay mujeres que tienen una vena patriarcal y quieren el poder a través de la intriga y la venganza; desafortunadamente, la maldad funciona para algunas de una forma que es muy triste".
Por último, Beltrán anunció que la Universidad de la República de Uruguay será la invitada de honor de la Filuni en 2024.
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