. Recuperación de la música de los programas de radio, de , que incluye 76 piezas —algunas de las cuales son muy famosas; otras, variaciones y canciones poco conocidas o que nunca fueron grabadas— salió de imprenta la tercera semana de mayo y es parte de un trabajo integral de rescate que abarca programas de radio, partituras y manuscritos.

Piezas como “La cocorica”, “que es muy popular, pero lleva un ritmo totalmente diferente”, o “Pico frío”, “una aragonesa magnífica, que nunca se grabó y tiene un piano extraordinario que sólo Gabilondo Soler podía contener”, son destacadas por Óscar Gabilondo, director de la Fundación Francisco Gabilondo Soler, Cri-Cri, asociación civil desde la cual se realizó el trabajo editorial del volumen ya citado.

El origen de este proyecto se inserta en una larga historia: “Desde que la asociación civil se constituyó legalmente, uno de sus objetivos es preservar, cuidar y catalogar toda la obra de Gabilondo Soler. Un aspecto importante de este trabajo son los acervos históricos. La Ley General de Archivos señala que los archivos no son para guardarse, sino para exhibirse y que haya beneficiados que conozcan la obra —sacar el mayor provecho posible. Nos dedicamos a preservar la obra, el pensamiento y el trabajo del autor”, explica Óscar Gabilondo sobre el trabajo de la Fundación, que surgió legalmente en 2001, aunque desde 1945 sus abuelos, Rosario Patiño y Francisco Gabilondo Soler, empezaron a apoyar de manera voluntaria a las infancias.

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Un trabajo que la Fundación continúa con labores de concientización a través de alianzas estratégicas hechas, por ejemplo, con la Benemérita Escuela Nacional de Maestros, la Facultad de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México y el voluntariado nacional del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Es sabido, continúa, que Gabilondo Soler componía sus obras, prácticamente, poco antes de presentarlas al público en la radio. “A veces le llevaba más tiempo; pero al estudio, a los programas en vivo de la XEW sólo llevaba una partitura en primo; esto significa: sobre la melodía que le mostraba a sus músicos, quienes eran grandes improvisadores y excelentes artistas que armaban los arreglos en ese momento. Con esas ganas de salir adelante; con esas ganas de que los conocieran y se escuchara bien la música, hacían un gran trabajo” , cuenta Óscar Gabilondo.

Dichos arreglos, explica, sólo se conservaron desde las grabaciones. “Lo que después conocemos para discos y conciertos tuvo arreglos especiales que hizo mucha gente. Pero el proceso en la radio era otro: se vivía en el día a día.

“Así era la radio en vivo. Estas memorias se quedaron grabadas en carretes abiertos que se utilizaban como testigos. Rosario Patiño, mi abuela y esposa de Gabilondo Soler, era la productora del programa”. Entonces, los formatos de producción eran diferentes a los de la actualidad.

Oscar Gabilondo, presenta el segundo tomo de las partituras para piano de Cri Cri. Foto: Luis Camacho / El Universal
Oscar Gabilondo, presenta el segundo tomo de las partituras para piano de Cri Cri. Foto: Luis Camacho / El Universal

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Óscar Gabilondo recapitula: en esos años, había un propietario, que era Emilio Azcárraga Vidaurreta; también había un gerente general, Güero Vélez u Othón Vélez; después, toda la plana administrativa y artística de producción. Área que, durante muchos años, tuvo al frente, a la ya mencionada Patiño; es importante decir que los carretes de algunos programas se quedaron “literalmente guardados en su ropero”. Fue, tras el sismo de 1985 que el personal de la XEW pidió que se recogiera material que le perteneció a Patiño. Ese fue el origen de un proceso que terminó, ya en pleno siglo XXI, en la catalogación, conservación, cuidado y digitalización de los programas de radio; proceso que se trabajó con el equipo especializado de la Fonoteca Nacional. “Pero los archivos no son para guardarse. Con un trabajo adicional de masterización se realizó, además, una colección que integrarán 18 álbumes, de los cuales ya hemos sacado nueve”.

El lanzamiento de esta colección de álbumes, que puede consultarse en plataformas digitales como la de Spotify con el nombre “Francisco Gabilondo Soler en vivo, su historia dentro de la Radio”, dio pie a la creación de los tomos de partituras para voz y piano con cifrado de guitarra, a partir de los programas en vivo, “tal como se escuchaban en vivo en la XEW. La historia vale más mientras más cercana sea al original”.

El primer tomo de partituras fue publicado en 2019 e incluyó 70 piezas. El segundo tiene, como ya se mencionó, 76 canciones; lo editan la Fundación Francisco Gabilondo Soler, el gobierno municipal de San Luis Potosí y la Fonoteca Nacional. Incluye piezas poco conocidas como “Canción de chinos”, “El tartamudo”, “Frijol saltarín”, “La vaca pensativa”, “Las chinitas”, “Mamá”, “Nocturno negro”, “Pico frío”, “Si los perros hablaran”, “Se fue a la guerra” —cuyo titular original era “El muñeco de madera”— y “Tamborcito”, entre otras. Se puede conseguir en la plataforma de Mercado Libre y en la página: fundaciongabilondosoler.org.

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Recientemente se encontró el manuscrito, de puño y letra de Gabilondo Soler, del cuento “La muñeca fea”. La Fundación aún está realizando el trabajo logístico para exhibir dicho documento en el Museo Interactivo Francisco Gabilondo Soler en Orizaba, Veracruz.

En octubre se lanzará el décimo álbum de la colección, Cuentos cantados, en el marco del aniversario noventa del programa del grillito cantor.

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melc

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