“Creo que siempre es oportuno recordar que la tragedia está a la vuelta de la esquina o, en este caso, debajo de nuestros pies”, asegura el poeta, quien acaba de publicar "" (Ediciones del Lirio), un libro nacido de las angustias, miedos y sensaciones que embargaron al autor entre el 7 y, sobre todo, el 19 de septiembre de 2017, cuando ocurrieron los dos y que toma desde la Ciudad de México.

“Son siete años que se cumplen y aun ahora se nos viene a la cabeza cada 19 de septiembre el recuerdo de los sismos, un hecho trágico que ha sido cíclico, en 2022 también tembló un par de horas después del simulacro y nos llega a la memoria los sismos de 1985. Y es que, al final, la Tierra, la naturaleza es muy cíclica y más allá de que podamos prevenir o no prevenir temblores, lo que nos demuestran estos movimientos de rotación es que siempre vuelven hacia un mismo punto”, dice González Medrano.

Así lo plantea el autor en el poemario que está dividido en cinco partes: Presagio, E pur si mouve, Ubi sunt, Los paisajes hundidos y Epílogo, en los que se agrupan los poemas que aparecen como una bitácora del 19 de septiembre de 2017, desde pocos minutos después del terremoto, y hasta las 10 de la noche de ese día, donde las informaciones del desastre iban llegando de a poco y de los testimonios, sensaciones y miedos que iban aflorando en lo personal, en lo familiar y en lo comunitario.

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“En el poema ‘La tierra sabe hacia dónde va’ hablo de ese eterno penduleo que nos avienta a estos hechos que son catastróficos. Decidí editar y publicar un libro como este porque creo, sin querer ser pretencioso, que poco se ha escrito sobre el sismo y menos poéticamente. Recuerdo un breve poema de Juan Villoro que publicó muy poco después del sismo del 17, pero después poco se ha escrito en cuanto a literatura, y más una literatura poética como la que hago alrededor del sismo”, apunta Mario González Medrano.

Este poemario tiene en “Presagio” el primer poema, que es un atisbo del primer sismo de 2017 que ocurrió el 7 de septiembre, para luego entrar de lleno al sismo del 19 a través de dos líneas: la palabra poética y el miedo. “El pie bajo su escombro lo fui gestando y madurando; escribí muchos textos tras los sismos, pero los guardé y tiempo después, pasadas las primeras emociones del sismo, los saqué y trabajé. Parto de pensar que había un río subterráneo que nos cruza y que me cruza, que era el del sismo; por otra parte lo ligo con el tema de la familia, con los pozos y el agua, que también son nuestros propios sismos de vida”, afirma el también autor de Nebde.

“Creo que con este libro termino este ciclo de poemas sobre la ciudad, de hablar sobre un éxodo y el regreso a un espacio que se habita y que se empieza a construir. El pie bajo su escombro es también un éxodo, pero de una ciudad que se acaba de derrumbar. Entonces este proceso natural que tenemos en la vida de caer y levantarnos, de destrucción y de volver a edificar, es lo que ocurre en las ciudades. Al final tanto Nebde como éste son libros muy de ciudad, son libros que se hicieron caminando y que se hicieron observando, se hicieron contemplando, escuchando y hablando mucho con la gente. Hay un trabajo como muy de reportero también en él”, asegura el también periodista y editor.

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Otra propuesta fue tejer un vínculo —que es muy complicado—, entre la poesía y el periodismo, que en esencia resultan ser dos entes bien complicados de unir, “pero trato, bajo mi observación y bajo mi trabajo, de escuchar otras voces y otros testimonios de un mismo hecho, mi interés fue hacer un libro que fuera muy personal sin duda y muy sincero porque un poema que no es sincero resulta ajeno para cualquiera que lo lee”.

El pie bajo su escombro se presentará el sábado 28 de septiembre a las 15 horas en la Casa Miguel Alemán del complejo cultural Los Pinos, en una conversación entre Daniel Melchor y el autor.

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