Desde la ciudad de Barcelona, la artista española Pepa Plana toma la llamada. Cerrará el onceavo Encuentro Internacional de Clown con su versión de la Guerra de Troya. En el camino, le mostrará al público una Penélope que debería esperar, incansable, y un caballo de madera, conocido universalmente, camuflado como un regalo.
Su nombre, Josepa, es catalán. Pepa, Pepita, es el diminutivo. "Parece un nombre chistoso, pero no. Es mi nombre real", cuenta y detalla que su llegada a México está programada para el 20 de noviembre, cinco días después del arranque del encuentro. Su función marca la clausura del programa.
Ella es la artista central y la compañía lleva su nombre, pero sabe que hay una estructura horizontal de trabajo: "Somos un montón de personas que trabajamos juntas; o sea, es un barco con gente que no se ve, pero que también rema cuando se hace una creación: vestuario, iluminación, música, todo el equipo de producción. Entonces, me gustaría llamarle compañía, porque sin ellos, y ellas, no podría hacer lo que hago en escena".
Una razón particular hay, subraya, para que su espectáculo se llame Penélope y no La Odisea: "Es un espectáculo que traemos hace años. Cuando hablamos del espectáculo, empezamos a delirar porque queríamos ponerle el foco o el micrófono a Penélope y que nos contara su punto de vista, su historia. Conocemos la gran historia de Odiseo y todo su viaje; en cambio, de Penélope sólo sabemos que espera, espera, teje de día y desteje de noche. Es como poderle decir: tú, Penélope, ¿qué opinas de esto?"
Mitos que, en sus palabras, a veces son peligrosos para una mujer ideal: aquella que espera a su amor por siempre. "Tenemos que replantear si vale la pena esperar, tenemos que replantear qué pasa en esta espera".
En la versión de Pepa Plana se trata del juego de una payasa, una modista que, de cierta forma, tiene una vida hasta que se va su marido. Pero el drama la traspasa, va más allá de ella y hace ver al público que es mucho mejor ser Penélope, vivir su historia y estar en sus zapatos. Un giro que hace aterrizar el drama en la hechura de la comedia. Convertida en la residencia de la tragedia, la risa hace que Penélope marque el punto final y decida no esperar más.
"Es el punto final. Hasta aquí. Ya corto con los hilos y cuento mi historia. Pero pasan muchas cosas bonitas. Es un espectáculo de payasa que se ilusiona, que sueña, tiene mucho optimismo y cree que las cosas se van a solucionar. Hay locura porque ella es una payasa que tiene, por ejemplo, un pájaro con complejo de perro. Es un universo de juego".
El espectáculo, señala, tiene un planteamiento y una estructura pensada principalmente para un público adulto, "aunque el universo-payasa realmente es para todo el mundo".
Penélope podrá verse el 24 de noviembre, a las 19:00 horas, en el Centro Cultural Helénico (Av. Revolución 1500, Guadalupe Inn). El onceavo Encuentro Internacional de Clown empezó el 15 de noviembre y en su programa hay, además de las funciones, actividades académicas y presentaciones editoriales. Para Pepa Plana es un encuentro donde "todas las obras programadas deben ser preciosas porque cada payaso y cada payasa tiene un satélite particular".