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La Secretaría de Obras y Servicios de la Ciudad de México (Sobse) ha concluido hasta ahora la limpieza e intervención de cinco misterios virreinales en la Calzada Misterios, donde se construye la Línea 7 del Metrobús.

El plan de atención, autorizado por el INAH, incluye limpieza manual y mecánica, retiro de restos de hollín y grafitis, así como la aplicación de pintura, explicó a este diario la dependencia que tiene a su cargo la obra de construcción.

De acuerdo con la instancia, esa pintura que se aplica está compuesta de “cal apagada, pigmentos naturales de tierra y sellador”. En la intervención participan dos arquitectos y 10 maestros de obra, quienes están siendo supervisados por especialistas del INAH en campo “para garantizar la adecuada ejecución de los trabajos”, indicó la Sobse.

Sin embargo, aunque desde el inicio se anunció como una restauración integral, el proyecto no incluyó la restitución de piezas faltantes, como esculturas o imágenes en nichos y remates de los monumentos.

Las ermitas que han sido atendidas lucen con un nuevo recubrimiento, pero sus imágenes siguen desfiguradas y hay piezas faltantes.

Hasta ahora han atendido cinco de los ocho monumentos originales que aún se conservan en la avenida. En total son 15, pero el resto son reconstrucciones modernas de esas ermitas que fueron creadas a finales del siglo XVII para que los peregrinos se detuvieran a rezar en su camino hacia la Villa de Guadalupe. Al autorizar el proyecto, la recomendación del INAH fue priorizar la atención de los monumentos originales.

“Adicional a la limpieza y pintura, la Sobse cambia el piso que las rodean para realzar la importancia de las piezas y coloca un dren pluvial para evitar la acumulación de agua que afecte la estructura”, indicó la instancia capitalina y aseguró que esos trabajos de intervención culminarán en marzo.

Antes de ser intervenidos, cada una de las ermitas virreinales concebidas por el arquitecto Cristóbal de Medina, presentaban grafitis, escurrimiento de pinturas y suciedad acumulada por el medio ambiente. Los nichos eran utilizados como deposito de basura. Sobre la banqueta, a la sombra de cada uno de ellos, los vecinos solían estacionar sus automóviles.

Con esta intervención, destacó la Secretaría de Obras, se busca que los monumentos “sean revalorados y evitar que continúen como centros de acumulación de basura o lugares de estacionamiento, pues también se reconstruyen las banquetas para garantizar la seguridad peatonal”.

Fue en 1675 cuando comenzaron a edificarse estas ermitas que hacen referencia a los 15 misterios del tradicional rezo católico. Tanto los originales como las reproducciones conservan la mismas características arquitectónicas, una base plana con una representación de un misterio en medio, y en su parte superior lo corona de la Virgen de Guadalupe.

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