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antonio.diaz@clabsa.com.mx
En el Bosque de Chapultepec no solamente hay museos y una amplia zona de áreas verdes, también han sido encontradas más de 4 mil piezas prehispánicas, como botones, figurillas en diferentes posiciones, puntas de flecha de obsidiana en diversas tonalidades y vasijas.
Pero en el bosque, que cuenta con tres secciones, también han sido localizados petrograbados, entierros, restos humanos de alrededor de 15 cuerpos, así como estructuras de templos y casas.
Los vestigios prehispánicos confirman que en Chapultepec habitaron por lo menos tres culturas: mexica, tepaneca y teotihuacana, comenta en entrevista la arqueóloga María de Lourdes López Camacho, coordinadora del Proyecto Bosque, Cerro y Castillo de Chapultepec.
“Conmigo no se han acercado para analizar algo sobre el proyecto cultural y los vestigios, creo que a ciertas autoridades sí. Creo que cuando tengan el proyecto ejecutivo y cosas más en forma se darán cuenta que están dentro de una Zona Arqueológica. Querrán hacer obras pero será necesaria la presencia de un arqueólogo que vigile las excavaciones. Espero que haya acercamientos y espero que haya esa sensibilidad (para salvaguardar el patrimonio)”, dice la investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El cerro y el volcán. Las investigaciones arqueológicas en el Bosque de Chapultepec comenzaron desde 1964. Sin embargo, en 2009, María de Lourdes López Camacho inició el Proyecto Bosque, Cerro y Castillo de Chapultepec.
A 10 años, la investigadora relata a EL UNIVERSAL que en las tres secciones se han encontrado más de 4 mil piezas prehispánicas. Además cuenta la historia del territorio y habla de las complicaciones por la extensión del terreno y de otros factores como el recorte presupuestal.
El cerro de Chapultepec, dice la especialista, en realidad “es el volcán de Chapultepec” y es la formación más antigua de la cuenca de México, y se caracterizó por tener, según diferentes estudios, 13 manantiales que fueron explotados hasta mediados del Porfiriato.
El cerro de Chapultepec ha atravesado por diferentes momentos. En la época prehispánica se construyeron los “baños de Moctezuma”, un adoratorio y una unidad habitacional. Sin embargo, para el periodo virreinal se realizó la primera etapa del “castillo”, entre 1785 y 1787. Luego fue casa de descanso del virrey Bernardo de Gálvez.
También fue espacio del colegio militar y a partir del Porfiriato una parte fue usada como residencia presidencial, pero desde el 3 de febrero de 1939 se convirtió en sede del Museo Nacional de Historia.
“Desde la época prehispánica hasta hoy, el cerro de Chapultepec y su cumbre han sido símbolo de poder. Desde el inicio ha sido un espacio ambicionado por conquistadores e invasiones. Además destacó mucho el uso del agua, porque había cerca de 13 manantiales que permitieron que hubiera asentamientos muy tempranos, para las pequeñas poblaciones de grupos de cazadores recolectores y las aldeas del periodo Clásico”, dice la arqueóloga.
En el cerro, comenta María de Lourdes López Camacho, se han encontrado materiales de finales y principios del Preclásico, así como figurillas donde los personajes están en posiciones como flor de loto y “antes del Castillo hubo un templo, parte de su estructura fue encontrada en la parte alta, en las excavaciones arqueológicas de 1998, como parte del Proyecto Reestructuración del Castillo y Alcázar de Chapultepec”, además han sido encontrados petrograbados en piedras del cerro de Chapultepec.
El agua de los manantiales de Chapultepec era trasladada hasta Templo Mayor a través de acueductos; sin embargo, estas estructuras no se conservan, sólo está el acueducto que atraviesa por avenida Chaultepec a la altura de la estación del Metro Sevilla, que fue el último en construirse.
Declaratoria. En 2009, María de Lourdes López emprendió el Proyecto arqueológico Bosque, Cerro y Castillo de Chapultepec. No fue una tarea fácil, dice, porque “nadie creía que ahí hubiera vestigios”; sin embargo, propuso un recorrido de superficie en las tres secciones.
“Hicimos fotografía aérea de la mayor parte del Bosque de Chapultepec. Después recorrimos las áreas con ‘anomalías’, es decir, aquellas zonas en las que dictaminé como partes que no eran naturales sino que eran construcción humana, en especial los puntos anómalos eran simétricos o cuadriculares”.
Tras los primeros recorridos, vestigios fueron hallados en diferentes zonas . La arqueóloga decidió iniciar un expediente para que el Bosque de Chapultepec obtuviera la declaratoria de Zona Arqueológica.
La declaratoria como Zona Arqueológica de Chapultepec se obtuvo en 2016, y comprende la Primera y Segunda sección, así como partes de la Tercera.
“En la Primera sección hemos encontrado materiales teotihuacanos, cerca de Los Pinos; sin embargo, esa área no fue la única con ocupación prehispánica, pues dentro de Los Pinos, en el Parque La Hormiga, en 2018 encontré un entierro teotihuacano: era una olla con cenizas”, comenta la investigadora.
En la Segunda sección, Lourdes López participó en 2018 en el proyecto de la remodelación de la Feria de Chapultepec, de donde se pudieron obtener dos entierros. “En uno encontramos la mitad de un cráneo, la otra mitad ya formaba parte de la cimentación de un juego mecánico. Ahí también encontramos partes de brazos y piernas. Desgraciadamente no fueron encontrados los entierros completos, pero ahí está la muestra que nos indica que hubo más, que hubo una zona habitacional porque en aquella época los entierros se hacían adentro de las casas”.
De 2016 a 2018, el Bosque de Chapultepec y la Comisión Nacional de Agua comenzaron el proyecto para “inyectar agua a los acuíferos de la Ciudad de México”. La parte final del proyecto consistió en la instalación de riego automatizado en la Primera y Segunda sección, pero es algo de lo que no se ha hablado, “quizá por el cambio de gobierno”.
En 2018 también fue descubierto en la Segunda sección un caserío de estilo teotihuacano, aunque “no sabemos si son contemporáneos, antes o posterior a Teotihuacan, aún nos faltan hacer pruebas”.
López Camacho indica que en las tres secciones han encontrado material que suma más de 4 mil piezas, en sitios también como el cerro de Chapultepec e incluso en el Parque Winston Churchill (El Mexicanito).
“Mucha gente no creía que hubiera vestigios. Ahí están las cosas, a veces sólo falta bajar una pequeña capa de tierra, tener la voluntad política para que todo fluya. Al Proyecto Bosque, Cerro y Castillo de Chapultepec aún le falta mucho, no está concluido, es un megaproyecto que no ha tenido un presupuesto, el INAH paga mi sueldo, el Museo Nacional de Historia me apoya, tengo un laboratorio, pero gracias a las empresas que hacen obra (en Chapultepec) he logrado conseguir gente que trabaje”, dice la arqueóloga.
López Camacho reconoce que continuar con el Proyecto Bosque, Cerro y Castillo de Chapultepec es un reto porque “con pocos recursos uno tiene que hacer maravillas para tratar de proteger estas piezas (arqueológicas)”.
La arqueóloga encabeza el proyecto; sin embargo, el resto del personal son exalumnos quienes realizan practicas profesionales o servicio social, “he solicitado investigadores auxiliares, pero entre recortes y otros factores, no se ha dado. Incluso, a veces de nuestra bolsa subsidiamos, aunque lo importante es que el mapa de Chapultepec se está comenzando a aclarar”.