La noche del 30 de junio y la madrugada del 1 de julio de 1520, los españoles comandados por Hernán Cortés tuvieron una gran derrota frente a un grupo de indígenas.
A ese suceso se le conoce como la Noche Triste , incluso actualmente hay un árbol en el que supuestamente el conquistador español se sentó a llorar, esto a pesar de que las fuentes históricas sólo mencionan la tristeza de Cortés, pero no se menciona a un árbol.
Foto: Carlos Mejía/ EL UNIVERSAL
El árbol es un ahuehuete ubicado en la Calzada México- Tacuba , en la alcaldía Miguel Hidalgo. Sin embargo, en 1980, a 460 años de que supuestamente se lamentara Cortés en ese lugar, el árbol atravesó por un incendio que casi lo destruyó.
Actualmente, el ahuehuete luce sin su follaje, aunque conserva sus casi seis metros de diámetro de tronco que es resguardado por una valla metálica que lo rodea, pero ¿el árbol de la Noche Triste es un mito o un hecho verdadero?
El árbol como símbolo
Patrick Johansson
, investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM , sostiene que es un mito, porque en ninguna de las fuentes históricas se habla de un árbol o el lugar específico donde Hernán Cortés haya llorado.
“El árbol de la Noche Triste es un mito, en ninguna de las fuentes históricas se habla del árbol. De lo que sí se habla es de la tristeza de Cortés, incluso, Bernal Díaz del Castillo habla de una tristeza, que Cortés se lamentó, pero no que lloró. Lo del árbol es algo que se sacaron de la manga pero que sirve para el nacionalismo mexicano”, dice.
Foto: Carlos Mejía/ EL UNIVERSAL
Incluso, en su segunda carta de relación a Carlos V , Cortés describió el suceso sin referencia a un árbol: “Y llegado a la dicha ciudad de Tacuba , hallé toda la gente remolinada en una plaza, que no sabían dónde ir. En este desbarato se halló por copia, que murieron ciento y cincuenta españoles y cuarenta y cinco yeguas y caballos, y más de dos mil indios que servían a los españoles…”
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Pese a ello, la leyenda ha persistido; sin embargo, el ahuehuete perdió su belleza tras un incendió el 10 de enero de 1980, que aparentemente habría sucedido por un corto circuito.
EL UNIVERSAL consignó el hecho en diferentes notas. En la primera explicó: “Un corto, la causa del incendio del árbol de la “Noche Triste”, el milenario ahuehuete que hace algún tiempo estuvo a punto de morir por causas desconocidas, fue víctima de un incendio que amenaza con su destrucción total”.
Previo al incendio de 1980, el ahuhuete estuvo apunto de morir. Foto: archivo El Universal
El corto circuito fue en la madrugada y se dio por un transformador que a su vez, distribuía el fluido para que funcionaran las atracciones de una feria.
“Los bomberos de la Estación Central acudieron con una bomba de agua, un transporte y una escala a hacer frente al fuego y tratar de salvar la vida al legendario árbol. La salida de los tragahumo fue a las 6:04 horas y el regreso fue hasta las 12.40 horas 10 minutos después de haber controlado el siniestro. La dificultad para sofocar el fuego estribaba en que el vetusto árbol estaba ardiendo por dentro, por lo que los bomberos tuvieron que usar la escalera telescópica para hacer llegar el agua hasta el fuego y controlarlo, cosa que lograron hasta después de las 12:00 horas”, reportó El Gran Diario de México .
Un corto circuito amenazó con la exitencia del legendario árbol. Foto: archivo El Universal
Además se informó que las autoridades policiacas iniciaron una investigación para “dar con los responsables de la conflagración, para actuar legalmente, contra ellos”, pues también había surgido la versión de que cuatro sujetos habrían arrojado al árbol cohetones.
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En su edición del sábado 12 de enero de 1980, EL UNIVERSAL publicó la nota titulada “Decidirán el destino del árbol de la Noche Triste”, esto porque tras el incendio, se conformó una comisión en la que participaron expertos del Departamento del Distrito Federal y la Dirección de Conservación de Monumentos Coloniales del Instituto Nacional de Antropología e Historia .
Foto: archivo El Universal
“En el gobierno de la ciudad se indicó que dicha comisión será la que acuerde el destino que tendrá el tocón carbonizado que quedó después de la conflagración. En cualquier forma, en previsión de que haya sido un cohetón el que provocó el incendio, se insistirá en que la policía vigile que no se hagan estallar detonantes en la ciudad. Esta prohibición incluye a las celebraciones de tipo religioso en las que se acostumbra echar cohetes al aire”.
Aunado a ello, los expertos del Departamento del Distrito Federal dieron los primeros pasos para realizar un proyecto de rehabilitación de la plazuela de Popotla .
Parte del ahuehuete calcinado en 1980. Foto: archivo El Universal
Relevancia histórica
Patrick Johansson señala que si bien el árbol surgió como una leyenda, es de suma importancia garantizar la preservación del ahuehuete.
“El árbol sirvió como punto de anclaje para arraigar el llanto de Cortés y ahora ese espacio sirve para la memoria y el recuerdo. El árbol es un símbolo que representa el eje donde los mexicas ganaban, porque causaron gran daño al conquistador”, declara.
En la imagen se puede observar que dentro del ahuehuete hay basura. Foto: Carlos Mejía/ EL UNIVERSAL
El catedrático de la UNAM sostiene que no encuentra problema alguno con este mito, sino que al contrario ve un beneficio: “Ayuda para conocer lo que es nuestro pasado, en este caso, fue un acontecimiento prácticamente seguro que lloró después de perder México-Tenochtitlan y es probable que hubo un árbol, lo que hubo que hacer fue arraigar el lugar. Es como cuando entierras a algún familiar y tienes una tumba, pero en los casos donde la gente no sabe qué ocurrió con su familiar que murió, es algo terrible”.
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El próximo 30 de junio se cumplen 500 años de la Noche Triste y Johansson indica que prefiere conmemorar el suceso, porque representa una oportunidad para revisar la historia, además explica por qué utiliza la palabra conmemoración y no celebración:
“La celebración sería dependiendo de quién hable, en este caso los españoles festejan, mientras que los mexicanos están divididos, por una parte están los indigenistas que sostienen que es una tristeza, mientras que por otro lado, hay mexicanos que festejan que les hayan traído a Dios, como si los mexicas no ni hubieran tenido a sus propios dioses”.
fjb