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ssierra@eluniversal.com.mx
El anuncio presidencial de que ya no va a haber dependencias construyendo escuelas, sino que se va a entregar el apoyo de manera directa a las comunidades para que las construyan, reparen o remodelen, representa por una parte la desaparición del Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa (Inifed, creado en 2008), que nació en 1944 como Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (Capfce), y desconoce un capítulo de la historia nacional donde fueron los arquitectos quienes planearon el país y desarrollaron una infraestructura que todavía existe y es ejemplar.
El Capfce comenzó a ser concebido en 1938 por el arquitecto José Luis Cuevas; se fundó en 1944 y su gran impulsor fue Jaime Torres Bodet (secretario de Educación durante dos periodos: diciembre de 1943 a noviembre de 1946, y diciembre de 1958 a 1964). El Comité vio pasar en la dirección y en sus delegaciones a los más grandes arquitectos del país, entre éstos Pedro Ramírez Vázquez y Francisco Artigas.
El Capfce generó un modelo de escuela que se construía en módulos que se enviaban junto con un manual “Cartilla de la escuela”, a las comunidades. Con supervisión, esas comunidades armaban los módulos, construían muros y techos con materiales locales, y así se hacía la escuela. Tan exitoso fue, que éste modelo se replicó en América Latina y otros países del mundo. En 1960, su autor, Pedro Ramírez Vázquez, recibió el Gran Premio de la XII Trienal de Milán por este proyecto del “Aula Rural Prefabricada”.
El historiador de la arquitectura Enrique de Anda cuestiona que se quiera borrar esa historia del país cuando precisamente representó las bases de construcción del México moderno, y abrió la puerta a otra infraestructura: la de vivienda y la de hospitales, así como a los grandes museos. Señala que se podría poner en riesgo la vida de los alumnos, y que afectará a las pequeñas empresas que son las que finalmente construyen las escuelas.
En el libro Pedro Ramírez Vázquez: Imagen y obra escogida el arquitecto relató en una entrevista que a la fecha (era 1988) el Capfce había construido 150 mil escuelas.
El origen.
La idea de crear una institución para la edificación de escuelas fue de un arquitecto: José Luis Cuevas, cuenta el doctor De Anda, fundador del Archivo de Arquitectura Moderna y Cultura Visual del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, que conserva el archivo y biblioteca de Cuevas. Cita como antecedente las escuelas que Juan O’Gorman creó en los años 30 en la Ciudad de México.
De Anda recuerda: “Esto corresponde a un momento cultural muy importante de México, es el momento en que todavía se siguen construyendo las instituciones de la Revolución. No son acontecimientos aislados, flashazos, no son ocurrencias de ningún político; es todo un ambiente intelectual, artístico, político, que tiene que ver con hacer un país nuevo. Se crean instituciones: las secretarías de Educación Pública y Salud, el Banco de México, que correspondían con la idea internacional de la modernización”.
La sede del Inifed fue primero sede del Capfce; es obra de Francisco Artigas.
Es el momento de la creación del México actual, asegura De Anda y abunda: “Hay, entre algunos arquitectos, la intención de empezar con la planificación, la planeación, que antes no existía. Después la van a tomar en sus manos los economistas, pero quienes la introducen en México, de manera muy importante, son los arquitectos. Cuevas es el que piensa que lo importante es planear la construcción de escuelas en el país; es un programa que acepta al general Manuel Ávila Camacho (Presidente entre 1940 y 1946). El Capfce se constituye con una ley orgánica, con su presupuesto tripartita: gobierno federal, gobiernos de los estados y sector privado, y estructuralmente está en la SEP; Jaime Torres Bodet era el secretario de Educación Pública, y cobija, atiende, en sus primeros años al Capfce. Cuevas convoca a los jóvenes arquitectos de la única escuela de arquitectura que había en ese momento, la de la Universidad Nacional. Fueron jefes de zona de los distintos estados Pedro Ramírez Vázquez, en Tabasco; Luis Rivadeneira, en Veracruz; y Alonso Mariscal, Félix Sánchez, Enrique del Moral, Enrique Yáñez, José Villagrán García. Son los arquitectos que construyeron el país moderno a partir de los años 40”.
De Anda resalta que en esa construcción del país convivieron dos generaciones de arquitectos simultáneamente, la de los grandes como Villagrán y Mario Pani, con la de los jóvenes recién egresados, como Ramirez Vázquez —que era discípulo directo de José Luis Cuevas— y que será continuador del proyecto que inventó José Luis Cuevas.
El momento clave del Capfce fue durante el gobierno de Adolfo López Mateos; Ramírez Vázquez era director y entonces concibió el “Aula Rural Prefabricada”: “Ese momento coincide con que los Estados Unidos había implementado un proyecto continental que se llama la Alianza para El Progreso, y otorga dinero a los países latinoamericanos para obras públicas y, en particular, escuelas. Se crea una oficina que se llama la Conescal (Centro Regional de Construcciones para América Latina y la región del Caribe) que preside Ramírez Vázquez”. Añade que aquel fue el momento estelar de creatividad de Pedro Ramírez Vázquez.
Enrique de Anda, Doctor en Historia.
El hijo de Ramírez Vázquez, Javier Ramírez Campuzano, también arquitecto, dice acerca de ese modelo de escuela: “Durante muchos años se distribuyeron por el país las estructuras metálicas que se utilizaron para hacer el armazón de las escuelas; cada elemento pesaba menos de 50 kilos para que pudieran ser transportados en burro, en cayuco —como fue en Tabasco— donde se inició el programa precisamente. Los muros y los techos de las escuelas se construían con materiales locales: adobe, ladrillo, teja, piedra. Pero era muy importante el instructivo y la asesoría técnica. Era una solución pragmática donde se aliaban la tecnología y la construcción artesanal. Lo que se quiere hacer ahora es la construcción con la gente, pero la gente no sabe de construir, necesita una asesoría técnica. Con el Capfce les daban la cartilla y los instrumentos, pero no el dinero; había una coordinación técnica y un plan integral de educación”.
Ramírez Campuzano, quien señala que un antecedente del aula está en la “Escuela-tipo”, de la que habló José Vasconcelos en su libro De Robinson a Odiseo, agrega que “México donó la solución de la escuela rural prefabricada a la UNESCO”.
Cartilla. Contenía los detalles de cómo se debía hacer la construcción del aula
Otras construcciones.
Enrique de Anda resalta el momento del país donde se planeó no sólo una arquitectura educativa sino de hospitales y vivienda, y destaca que con el Capfce se impulsó un Plan Nacional de Museos; con recursos de ese Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas se crearon los museos Nacional de Antropología, de Arte Moderno, de Ciudad Juárez y del Caracol. “Es un proyecto nacional de educación y culturización; es un momento estelar”, enfatiza el historiador.
Otra gran obra fue la sede del Capfce, en la colonia Florida, edificio cuyo autor fue Francisco Artigas, que fue también director del Capfce. También con recursos del Comité se creó la Biblioteca Vasconcelos.
En los últimos 20 años —incluso tras la descentralización de recursos y la creación del Inifed—, dice Enrique de Anda, las escuelas de Capfce las hacían empresas pequeñas porque los requerimientos eran muy fuertes. “El que quisiera construir para Capfce debía ofrecer precios muy competitivos, no era para grandes empresas; el Capfce, sin demérito de la calidad, exigía mayor rendimiento del uso del dinero. Esto dio la posibilidad a muchas empresas en diversos estados de la República; esa población va a resentir que acaban con el Instituto”.
En el informe de acciones del Capfce, de 1964 —documento que proporciona Javier Ramírez Campuzano—, el arquitecto Ramírez Vázquez habló de las obras construidas por Capfce en ese sexenio: 21 mil 815 aulas de enseñanza primaria con la “Aula Casa Rural Prefabricada”; 744 aulas, talleres y laboratorios en ciudades del país para la Enseñanza Normal; 725 aulas, laboratorios y talleres para la enseñanza nivel media superior, y 29 Cecatis. Además, enlistó las escuelas que México construyó fuera del país: cuatro en Italia, dos en Ecuador, dos en Cuba, tres en Perú, 46 en Yugoslavia, dos en Bolivia, dos en Colombia, seis en Brasil, dos en Nicaragua; y envió dos en India, dos en Indonesia y dos en Filipinas.
Al preguntarle a Enrique de Anda por la propuesta que hace el gobierno actual para desaparecer el Inifed —antes Capfce—, dice: “Yo no creo que se puede construir algo a partir de deshacer lo anterior. Los que han intentado hacerlo han fracasado. (...) Se habla de desarmar estructuras que han operado en este país; eso es lo preocupante. Entiendo que a partir de una preocupación de orden moral, que es la corrupción y el latrocinio, haya como una visión mesiánica, de tratar de que todo vuelva a surgir nuevo. Eso no puede ser. Va más allá de la dinámica de operación de las sociedades. Si en México se ha enquistado una dinámica de corrupción que permite el robo, eso fue algo que se incubó a lo largo de muchos años; no se puede, en dos años, por decreto terminar con eso. Pero por otra parte no puede decir que todos eran rateros, que nada de lo que se hacía servía, y que entonces hay que volver a empezar, porque ese volver a empezar nos va a llevar cien años”.