La policía federal de Brasil concluyó el lunes una investigación sobre un incendio de 2018 en el Museo Nacional de Río de Janeiro que destruyó gran parte de su colección de 20 millones de objetos, y descartaron cualquier actividad delictiva.

El incendio en el antiguo palacio probablemente comenzó con una unidad de aire acondicionado en un auditorio cerca de la entrada principal, de acuerdo con un comunicado de la policía. Se descartó que fuera un incendio provocado.

La policía también dijo que los directores del museo no se comportaron de manera negligente ante sus esfuerzos para hacer que el edificio de más de 200 años cumpliera con los actuales códigos contra incendios.

El Museo Nacional albergaba muebles y obras de arte que pertenecieron a la familia real, grabaciones de lenguas indígenas — algunas de las cuales ya no son habladas_, así como especímenes invaluables de todo, desde mariposas raras hasta corales y una colección de momias y artefactos egipcios considerada la más grande en su tipo en América Latina.

Algunos objetos fueron recuperados, notablemente la mayoría de los fragmentos de un cráneo que perteneció a una mujer apodada Luzia. Es uno de los fósiles humanos más antiguos que se hayan encontrado en las Américas, y uno de los más grandes tesoros del museo.

El edificio fue alguna vez un palacio real que sirvió como sede del imperio portugués y brasileño antes de que la colección fuera transferida al inmueble en 1892. Ahora su fachada colonial es un cascarón quemado en reconstrucción.

Tras una inspección de los bomberos de Río, el Museo Nacional comenzó a negociar un acuerdo con el banco de desarrollo BNDES, con sede en la misma ciudad, para restaurar el edificio y actualizar su sistema de prevención de incendios. El acuerdo de préstamo fue firmado en junio de 2018, pero los fondos no habían sido liberados cuando el incendio ocurrió en septiembre.

El incendio representó un duro golpe para muchos brasileños, quienes consideraron que dejó al descubierto el deterioro de las instituciones culturales brasileñas después de años de corrupción, colapso económico y mal gobierno. El Ministerio de Educación y el Ministerio de Ciencia y Tecnología han destinado desde entonces millones para la emergencia del museo y las labores de recuperación. Empresas y particulares también han donado dinero.

El mes pasado, parte del Museo de Historia Natural de la Universidad de Minas Gerais también se incendió.

“No podemos, y no debemos, ignorar otra situación como esta, especialmente tomando en cuenta el trágico incendio del Museo Nacional”, dijo Alexander Kellner, director del museo de Río de Janeiro, en un comunicado publicado en Facebook.

fjb

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