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En una pequeña ladera que rodea al Cerro del Teúl, al sur de Zacatecas, existen manifestaciones gráfico-rupestres que dan testimonio de la estancia periódica de nómadas, no obstante, a inicios de nuestra era fue ocupado por grupos sedentarios que adoptaron de occidente la práctica agrícola y algunos patrones culturales como el enterramiento de tumbas de tiro ( fosas circulares a las que se ingresa por un conducto).
Los arqueólogos explican que a mediados del primer milenio de nuestra era, en una época de cambios estructurales suscitados por el apogeo y posterior declive de Teotihuacán , el sitio tuvo un viraje.
De este periodo data la primera fase constructiva de un centro ceremonial y su relación con los sitios como La Quemada y Alta Vista Chalchihuites , espacio que recientemente fue hallado por los arqueólogos del INAH, y que revela la memoria de sus habitantes.
Foto: Cortesía INAH
El equipo arqueológico sacó a la luz parte del centro ceremonial que se distribuye en la ladera nororiental del cerro: la Plaza Principal, el Patio Hundido y la Cancha del Juego de Pelota , para constituir la tercera zona arqueológica abierta al público en ese estado, después de La Quemada y Alta Vista Chalchihuites, y la 191 en el país, informó el INAH en un comunicado.
Durante la ceremonia de apertura del sitio, Diego Prieto, director del INAH, destacó que la permanencia del proyecto de investigación en este lugar a lo largo de una década , permite cristalizar lo que fue un ideal para arqueólogos predecesores como Isabel Kelly, quien ya en la década de los 40 del silgo XX, apuntaba que el Cerro del Teúl era fundamental para obtener claves del devenir prehispánico a un nivel macrorregional, entre el occidente y el norte de México.
Por su parte, el director del Centro INAH Zacatecas, Carlos Augusto Torres, puso énfasis en la certeza jurídica con la que cuentan las 36.4 hectáreas que comprenden la poligonal del Cerro del Teúl, considerando el valor natural y cultural de este promontorio desde el cual se domina uno de los valles que se abren a las estribaciones de la Sierra Madre Occidental. Este logro fue posible con el apoyo del Congreso de la Unión en diferentes gestiones.
Durante el recorrido de la comitiva por la zona arqueológica, el director general del INAH, Diego Prieto, y el gobernador Alejandro Tello, tuvieron la oportunidad de experimentar uno de los aspectos innovadores de la visita: el uso de la app“Explora Cerro del Teúl”.
Miguel Ángel Maciel de la Rosa y Mayra Rivas, jóvenes que desarrollaron la aplicación, explicaron que ésta puede descargarse en el sitio a través de Play Store, y da acceso a información novedosa y a contextos de excavación ya cerrados, mediante el cedulario dispuesto en la zona arqueológica. También en el Centro de Atención a Visitantes, quienes tengan dificultad para realizar el ascenso podrán hacer su visita a través de materiales multimedia como los videos y realidad virtual.
Foto: Cortesía INAH
Miguel Ángel Maciel de la Rosa y Mayra Rivas, jóvenes que desarrollaron la aplicación, explicaron que ésta puede descargarse en el sitio a través de Play Store , y da acceso a información novedosa y a contextos de excavación ya cerrados , mediante el cedulario dispuesto en la zona arqueológica.
Peter Jiménez Betts y Laura Solar Valverde, codirectores del Proyecto Arqueológico Cerro del Teúl, explicaron que la presencia de manantiales en la meseta media del Cerro del Teúl fue un factor decisivo en la elección de este lugar para fundar un centro ceremonial en época prehispánica, pues constituía la materialización de un altépetl o “montaña de agua”, de ahí que en época virreinal, el pueblo fue nombrado San Juan Bautista del Teúl, advocación que se daba a ciertos asentamientos donde se veneraba a una deidad de la lluvia y la fertilidad.
Laura Solar indicó que para desplantar el complejo arquitectónico más sobresaliente del sitio, los antiguos teulenses adaptaron cuatro niveles principales en la ladera nororiental del cerro y también diseñaron un sofisticado sistema de canalización del agua que se puede observar en espacios como la Plaza Principal.
La explanada abarca 45 m de longitud por 22 m de anchura, y se integra por dos pirámides, la de menores dimensiones al norte y la mayor al este, más una gradería que pudo usarse para ceremonias públicas en las que se conmemoraban algunos mitos de creación. Al centro de la misma se recuperaron restos de un altar circular, y cerca de él los vestigios de un fogón.
El Cerro del Teúl es un sitio vivo, bajo esta lógica continuará la excavación y consolidación de algunos elementos, como el muro oriente del Juego de Pelota y parte de la gradería del Patio Hundido.
Un pasaje conecta a la Plaza Principal con el Patio Hundido, el cual es de planta casi cuadrangular (45 m x 45 m) y está delimitado por muros altos. En ese lugar, donde también debieron recibirse peregrinaciones, se localizaron entierros con ofrendas de vasijas y objetos de cobre, algunos individuos presentaban modificaciones culturales como el limado dental y la deformación craneal.
La visita por el Cerro del Teúl concluye en la Cancha del Juego Pelota, conformada por dos muros laterales y dos cabezales. Uno de sus rasgos distintivos fue el hallazgo de un par de esculturas en piedra que representaban a jugadores (debieron ser cuatro en total), mismos que remataban sus extremos y servían de marcadores. Este espacio y sus monolitos ya habían sido descritos en ilustraciones del siglo XIX por personajes como el topógrafo militar Carl de Berghes y el ingeniero Juan Ignacio Matute.
El Cerro del Teúl es un sitio vivo, bajo esta lógica continuará la excavación y consolidación de algunos elementos, como el muro oriente del Juego de Pelota y parte de la gradería del Patio Hundido. La visita es del martes a domingo, de 9:00 a 17:00 horas.
akc