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Cambiar ciertas ideas preestablecidas sobre la forma en que debe interpretarse la música clásica es uno de los objetivos del Festival PAAX GNP , cuya primera edición inició ayer en el Hotel Xcaret Arte en Quintana Roo. En palabras de la directora de orquesta y creadora del evento, Alondra de la Parra , PAAX GNP es una especie de plataforma cultural o reunión, un punto de creatividad y esperanza donde los artistas se inspiran unos a otros.
“El festival siempre será una fuente de estrenos mundiales”, señaló De la Parra en la presentación y destacó que, en este primer año, una de las grandes sorpresas es el estreno internacional de La sinfonía imposible: las peras del olmo, de Arturo Márquez, obra comisionada y significativa porque el famoso Danzón no. 2 —“la pieza que más he interpretado en mi carrera, la que más me piden y gracias a la cual he entablado una relación con muchas orquestas internacionales”, detalló—, tuvo un papel clave para la creación del evento. En 2020, durante el confinamiento, El Danzón… fue tocado por La Orquesta Imposible, proyecto previo de la directora, que también tuvo el apoyo de GNP y cuya recaudación se destinó a Fondo Semillas y Save the Children México; se conformó por 30 artistas en seis ciudades distintas, mientras que el bailarín y coreógrafo inglés, Christopher Wheeldon —quien arrasó en la ceremonia de los Premios Tony 2022 —, creó una obra para la ocasión. La palabra ´imposible´, por cierto, se refiere a las dificultades de coordinar y juntar a algunos de los mejores solistas del mundo en un mismo ensamble.
El estreno de La sinfonía imposible —obra que, para la directora, no tiene precedentes en muchos sentidos— es mañana a las 18:00 en el Salón Diego del Hotel Xcaret Arte. Los ocho movimientos de la sinfonía abordan con originalidad temáticas urgentes y coyunturales —“la equidad de género”, por ejemplo, sólo puede interpretarse si al frente de los instrumentos hay, literalmente, el mismo número de hombres y mujeres—, además de que cada parte fue compuesta para ser interpretada por un solista de La Orquesta Imposible.
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Márquez, ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2009, dijo que los movimientos de la sinfonía se inspiran en “las realidades del presente. Tenemos que buscar una posible solución al cambio climático, la migración o la falta de empatía. La música crea una especie de conciencia en el espectador y no plantea ningún tipo de frontera”, señaló.
Sobre la Sinfonía imposible, De la Parra añadió que hay, por ejemplo, un movimiento para flauta y contrabajo al que Márquez bautizó como “Empatía”: ambos instrumentos tocan fuera de su rango para encontrar el punto exacto donde coinciden. “No sólo es figurativo, es real. Edicson Ruiz le dijo: maestro, esto no se puede interpretar porque le pide al contrabajo que toque fuera del diapasón”, contó.
Otra de las directrices del festival, detalló la directora, es el estreno de “proyectos artísticos que se podrán ver, por primera vez, en el mundo”. Sirven de muestra la coreografía Finale Finale, de Wheeldon, el concierto para violín y orquesta del Abbey Road, de The Beatles —que se le encargó a Guy Braunstein—, y The Silence of Sound, obra para clown y orquesta hecha por De la Parra y Gabriela Muñoz, conocida como “Chula the Clown”.
Además, cada día, se llevan a cabo los darkside, presentaciones nocturnas —en total, hay diez conciertos, divididos en cinco jornadas y una serie de charlas del investigador musical Lázaro Azar Boldo— que muestran otra faceta de los solistas, una en la que pueden interpretar a Brahms y Stravinsky y, a la par, “tocar cumbia y salsa, o dar el salto del ballet clásico a las nuevas coreografías. No busco encasillar a nadie en un solo tipo de arte. Quiero que todos estén inmersos en la música, conocer a los otros creadores y hacer una hermosa comunidad y contagiar un espíritu de respeto y hermandad”, dijo De la Parra. Una idea que complementan las palabras del violinista serbio, Nemanja Radulović, durante la presentación: “Los grandes maestros combinan diferentes estilos en un sólo lenguaje, la música”.
Cada solista de la Orquesta Imposible merece su propia conferencia de prensa, subrayó también la fundadora de la Filarmónica de las Américas. “En cinco días veremos lo que cualquier otro ensamble distribuye en un programa de seis meses o un año”. Un esfuerzo que habría sido difícil concretar sin patrocinio. “Es importante que las grandes empresas tengan una visión filantrópica y cercana a las artes; GNP se adapta y apoya. Ya no estamos en el mundo donde el recurso total para hacer arte provenía del gobierno; si nos sentamos a esperar que el dinero venga del Estado no vamos a realizar las cosas. La filantropía debe ir de la mano de lo creativo en todo el mundo”, afirmó.
Durante el concierto inaugural, que se llevó a cabo a las 19:00 en el Salón Diego, la Orquesta Imposible interpretó la Sinfonía no. 1 op. 24 “Clásica”, de Serguéi Prokófiev, pieza que, en palabras de la directora, oscila entre el romanticismo y el cambio de paradigma. Un buen reflejo de los conceptos detrás de PAAX GNP: ser una especie de bisagra y unir ciertas formas del pasado con un futuro que aún está en plena construcción.
A la obra de Prokófiev le siguió Knoxville, summer of 1915, op. 24, de Samuel Barber, quien se inspiró y tomó algunos extractos, para la parte para voz, del poema homónimo en prosa de James Agee. Es imposible ignorar el talento y la fuerza que mostró el tenor Julian Prégardien en el concierto.
Nemanja, “uno de los violinistas más impactantes del mundo”, continuó con el Concierto para violín y orquesta en re menor, de Aram Jachaturián. Al final, De la Parra recordó, entre aplausos, que ayer se cumplieron 110 años del nacimiento de José Pablo Moncayo e interpretar el Huapango sería ineludible.
Por último, De la Parra mencionó que en otro de sus proyectos, Armonía Social, se inicia a los niños de las comunidades de la Península de Yucatán en las piezas orquestales. En esta ocasión, los participantes podrán recibir clases de los solistas de La Orquesta Imposible y tocar en el concierto final junto al ensamble.
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