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La discrepancia de acciones e iniciativas para fomentar la lectura e incentivar la industria del libro en Chile, Argentina y España dista mucho de las iniciativas que ha emprendido México, a pesar de los empeños que han hecho desde la Estrategia Nacional de Lectura, que encabeza Eduardo Villegas, coordinador Nacional de Memoria Histórica y Cultural de México.
Ayer en el Seminario digital “Editoriales en la nueva realidad. Políticas públicas”, con cuatro mesas de trabajo: Experiencias hispanoamericanas en la industria del libro, Industrias creativas: sector editorial, La distribución en la cadena de producción del libro y El papel de los estados en la industria editorial, quedó de manifiesto que hay más carencias y buenos deseos que acciones desde México.
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Tan sólo en la primera charla, moderada por Eduardo Villegas, coordinador de la Estrategia Nacional de Lectura, el funcionario reiteró los tres ejes de la estrategia pero su única mención de una acción “concreta” fue la digitalización de los libros de texto gratuitos para educación primaria.
En cambio, María José Gálvez, directora general del Libro y Fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura y Deporte de España, habló de varias acciones emprendidas este año de pandemia, como la plataforma de lectura en streaming Biblio, que fomenta la lectura e inyecta recursos a la industria del libro, pues compra licencias para contenidos digitales para los españoles; y la plataforma de compra-venta de derechos digitales auspiciada por el gobierno español, Book from Spain, que promueve la venta de derechos para traducción de un amplio catálogo de títulos de editoriales españolas.
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En el día se escucharon iniciativas y estudios emprendidas desde instituciones iberoamericanas, pero también las necesidades y acciones desde libreros y editores independientes, así como estrategias que se han echado a andar desde gobiernos estatales, como Chihuahua, Tabasco, Chiapas y Jalisco.