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En medio de un ambiente gélido y con la noche aún presente, un centenar de artistas protestó ante Palacio Nacional la madrugada de ayer. Pintores, productores y actores de teatro salieron a las calles para acusar a las secretarías de cultura Federal y de la Ciudad de México porque estas dependencias no les han pagado su participación en festivales.
Con pancartas y una manta gigante bloquearon las entradas principales del edificio horas antes del inició de la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador. “¡No vivimos de aplausos!”, gritaban furiosos para intentar llamar la atención del mandatario; sin embargo, sólo gente de Atención Ciudadana salió a dialogar en las cuatro horas de protesta.
Las autoridades locales y federales no les han pagado, algunos, desde inicios de este año, por trabajar con el Complejo Cultural Los Pinos, el Centro Cultural del Bosque, la Coordinación Nacional de Teatro, Semilleros Creativos, el Centro Nacional de las Artes, y Alas y Raíces. La desesperación de la comunidad artística hizo que algunos pidieran la destitución del secretario de cultura de la capital, José Alfonso Suárez del Real.
Lamentan que Alejandra Fraustro, secretaria de Cultura del gobierno federal, no haya agilizado la entrega de pagos para quienes se consideran “utilizados” por la administración pública. “¿Cómo es posible que digan que la Ciudad de México es la Capital Cultural de América si ni siquiera le paga a quienes le ayudan a hacer sus eventos?”, dijo la tallerista y promotora Abril Reza, quien señaló que los artistas trabajan sin contrato fijo, acceso a seguro social u otras prestaciones. También cuestionan que les pagan a través de empresas outsourcing.
Los inconformes pidieron a gritos la intervención del presidente López Obrador; dialogaron con la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, quien les aseguró que en los siguientes días debería quedar resuelto el problema de los artistas en la Ciudad de México. “Nos tratan como títeres, sólo nos usan”, comentaban algunos de los inconformes, quienes podrían terminar el año entre la pobreza y la decepción.
