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Cuernavaca.-
En la “nueva normalidad” los sonidos instrumentales y la voz de la intérprete refrescan y fortalecen el espíritu, dicen sus espectadores. Lucen felices y eventualmente sus pies danzan con timidez al ritmo del bolero, y a cada final de la pieza musical, las manos aplauden ante el regocijo de la artista.
Así se vivió el pasado viernes “Noches bohemias” con Mamuzga en el Centro Cultura Teopanzolco (CCT) el primer recinto cultural que abrió sus puertas con público presente en el país, pero con la ocupación del 25% de su capacidad.
Primero organizaron un concierto de piano en la sala principal con unas 200 personas, luego un homenaje a Caifanes con igual número de asistentes y ahora invitaron al concierto de Mariana Muñoz, Mamuzga, una intérprete de boleros que emocionó a la audiencia, arrancó aplausos y gritos aislados para manifestar su alegría de volver a presenciar un concierto en vivo.
Foto: Justino Miranda/ EL UNIVERSAL
Pero para ocupar una de las 90 sillas instaladas en el lobby principal, los asistentes pasaron por tres filtros de protección, y desde la entrada fueron recibidos por personal con mascarillas, cubrebocas y una pistola de termómetro para evitar el paso a personas con signos de fiebre. Por los filtros se veían los tapetes con líquido sanitizante y las botellas de gel antibacterial.
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Todos los asistentes llevaron cubrebocas y quienes llegaron en autos los estacionaron ellos mismos porque no hubo personal de valet parking. Para este evento, el CCT empleó a unas 25 personas en sitios separados.
El centro reforzó el protocolo de alerta sanitaria y pidió a los espectadores que una vez sentados no salieran de la sala, tampoco levantarse para circular de un lugar a otro, y sólo se permitió ir a los baños.
Foto: Cortesía Noé Knapp
“Solo pueden venir como máximo dos personas porque estamos evitando todos los puntos de contacto para que la gente llegue, disfrute del espectáculo y regrese”, dijo Hugo Juárez, director general del CCT y aplaudió la actitud de la gente porque llegó, se ordenó, pasó los filtros, ocupó sus lugares y se comportó a la altura de los protocolos de salud.
José Arenas es fan de Mamuzga y ahora que el CCT ofreció el concierto gratuito no dudó en asistir porque, en su opinión, hacía falta este tipo de eventos después de más de 150 días de confinamiento. "Necesitamos volver a darle oportunidad a la cultura y este tipo de actividades logran exactamente eso, que la gente encuentre una manera de distraerse, que no sean entre cuatro paredes de la casa”, dijo.
¿Es esencial la cultura?
“La cultura siempre ha sido esencial y seguirá siéndolo para fortalecer nuestro espíritu y hace mucha falta, claro que sí”, opinó; admitió que en esta nueva normalidad la sociedad está aprendiendo nuevas formas de convivencia como la portación del cubrebocas para evitar los contagios.
En el lobby también estaban una madre y su hija, asiduas seguidoras de la música de boleros. “Si respetamos la sana distancia y nos protegemos con el cubrebocas no pasa nada, pero si venimos sin nada yo creo que si nos contagiamos”, comentó la señora.
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Hugo Juárez explicó que el recinto tiene un público recurrente que conoce sus dinámicas, que sabe que estará en un lugar donde hay control y con medidas de protección, y por lo pronto los eventos son gratuitos porque de otra forma no saldría las cuentas puesto que es un aforo del 25%.
Foto: Cortesía Noé Knapp
El director general del recinto comentó que hace votos por la continuación de estos eventos porque representan fuentes de trabajo y movimiento para empleados y artistas, y en esta etapa se están invitando únicamente a creadores locales para reactivar también ese sector.
En escena, Mamuzga invitó al público a animarse en este tiempo de pandemia. "¡Qué bueno que ya se animaron a salir!", y enseguida replicó el clamor de muchos: “Ya queremos estar libres de todo esto, estamos en contacto a través de las redes sociales, pero es más importante estar con nuestra gente”.
Al término, Mamuzga abandonó el escenario y la gente salió en orden. Morelos tiene el semáforo epidemiológico en color naranja, lo que permite abrir los centros culturales pero con capacidad mínima de público, y mientras la entidad siga en ese color se va a restringir el paso a adultos mayores de 60 años, personas con enfermedades crónicas, mujeres embarazadas y menores de edad.
Hugo Juárez, el director general del CCT, se mantiene atento al retiro de los asistentes y antes de ordenar el retiro de las sillas y el escenario aseguró: “El show debe continuar, cada quien conoce sus recintos o el lugar donde se presentan las expresiones artísticas, hay que seguir los protocolos porque la gente y los artistas lo merecen”.