Una tarjeta con fecha del 22 de agosto de 1959 y el nombre Palacios Rebollar Jorge en la parte superior izquierda es un ejemplo claro de la inteligencia aguda y el sentido del humor de la escritora, artista escénica, locutora y directora de cine Nancy Cárdenas (1934-1994). En el extremo derecho lleva el folio Exp-63-1- 1959. - H- 62- L- 8. Una ficha de la Dirección Federal de Seguridad de la Secretaría de Gobernación, la misma oficina que vigiló a José Agustín y dejó registro de ello. Pero en la tarjeta de Palacios Rebollar se lee: “Estudiante y Líder Universitario – encabeza la PLANILLA VERDE como delegado a la F. E. U. que tomará participación en las elecciones para designar nuevos directivos de la Sociedad de Alumnos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM; es apoyado por NANCY CÁRDENAS que es hija del Gral. Lázaro Cárdenas”.
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Julieta Rivas Guerrero, coordinadora de Documentación del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Teatral Rodolfo Usigli (CITRU) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), cuenta la anécdota y dice que, al enterarse de que estas fichas pueden consultarse en el Repositorio Documental Digital del Archivo General de la Nación (AGN), lo primero que hizo fue buscar a Nancy Cárdenas. La historia es, más o menos, la siguiente: quien estaba encargado de vigilar encontró afuera de un evento a Nancy y le preguntó su nombre; ella aprovechó su apellido y dijo que el Tata Lázaro era su padre. A través de esta ficha, la broma pasa a la historia y comprueba que hay miles de documentos que guardan fragmentos de una de las artistas y activistas mexicanas más importantes del siglo XX.
Como quien presiente la propia muerte, Nancy Cárdenas donó su archivo en 1993 al CITRU, y quien lo recibió fue el dramaturgo Luis Mario Moncada que, en aquellos años, era director del Centro. La guía de fondo del Archivo Nancy Cárdenas señala que lo conforman 23 cajas tipo AG-12 (cajas de archivero), que datan de 1951 a 1993, alrededor de tres metros lineales y 20 mil hojas que abarcan documentos, notas de prensa, programas de mano, fotografías y libretos. Una revisión exhaustiva abarcaría semanas enteras de trabajo para analizar, por ejemplo, el póster de la adaptación teatral de Las amargas lágrimas de Petra Von Kant, de Rainer Werner Fassbinder, en la que Cárdenas interpretó un papel mudo; una fotografía junto a Sara García en el rodaje de su documental México de mis amores. Registro de sus contemporáneos: una servilleta con un dibujo hecho por Juan José Gurrola y que seguramente él le regaló, cartas de Carlos Monsiváis, fotografías de José Luis Cuevas y Carlos Fuentes, una pila de programas de Poesía en Voz Alta, donde el nombre Nancy es referido. El registro de una vida entera: manuscritos, postales y álbumes familiares con decenas y decenas de fotos en las que es difícil identificar quiénes son los retratados.
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“Esencialmente es un archivo personal. Hay documentos personales, fotos de ella, de su familia, de sus amigos, cuestiones tanto de sus actividades artísticas como políticas, toda la parte artística y activista. Lo más importante, efectivamente, es la parte escénica, la parte teatral de los documentos que surgen a partir de puestas en escena; la parte de su labor como poeta, hay originales mecanografiados de sus primeros poemas y documentos del movimiento de liberación, y mucha prensa. Ella fue una mujer con una presencia muy importante en los años 70 y 80, ella era una líder de opinión”, explica la investigadora Angélica García, quien curó la exposición digital permanente Archivo en disidencia. Nancy Cárdenas en el movimiento lésbico-gay (citru.inba.gob.mx/proyectos/exposiciones/nancycardenas/muestra), disponible desde el pasado 28 de junio, una recapitulación de la trayectoria de Cárdenas de 1970 a 1992, a través de textos escaneados, recortes de periódico, programas de mano y fotografías. Y principalmente, explica García, un puente que era necesario delinear entre su trabajo teatral y su labor como activista. García también trabajó en la investigación del CD-ROOM lanzado por el CITRU en 2013 Nancy Cárdenas. Género y escena (material que sólo se consigue hoy solicitándosele al Centro).
Estos dos trabajos digitalizados: el CD-ROOM y la muestra, que se pensó originalmente para celebrar los 90 años del nacimiento de Cárdenas —aunque diversas circunstancias llevaron a que pudiera lanzarse hace unos días— , conforman, estima García, el 40 por ciento del acervo de Cárdenas. Y, como todo acervo que está vivo, mucho material se va identificando en el camino y abriendo nuevos proyectos.
Es el caso, por ejemplo, de la cineasta Olivia Peregrino, quien dirigió y escribió el documental Querida Nancy (2021), que “ se nutre mucho del acervo del CITRU porque prácticamente es el esqueleto que le da forma a toda la obra. No hay mucho material disponible acerca de Nancy; no hay entrevistas, no hay videos, no hay fotos de dominio público. De lo poco que pudimos encontrar, la gran mayoría es lo que tiene el CITRU. Sí, encontramos algunas cosas extra, pero que no tenían mucha relevancia para la historia, algunas cosas de Televisa que pudimos ver, pero no apuntaba mucho a la historia. Por otro lado, también era muy caro conseguir los derechos para exhibir ese material”.
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Existe, cuenta Peregrino, un grupo pequeño de artistas e investigadores que hace todo lo posible por difundir el legado de Cárdenas; un grupo disperso entre Monterrey, Saltillo, Morelia, Ciudad de México y Madrid: “Estamos haciendo lo mejor que podemos con todo el interés y el cariño”.
Sin embargo, hay mucho por descubrir. Cuenta que Cárdenas pasó su última etapa de vida en Cuernavaca y la que fue su casa lleva años cerrada; “la heredó uno de sus sobrinos, que es su heredero legal. Sabemos que él tiene cajas con material de Nancy, pero no sabemos qué es lo que tiene”. Precisa que no han podido ver ese material y no se sabe qué es lo que contiene.
García dice que hace falta publicar las obras de Cárdenas, lo necesaria que es una buena edición y que el acervo podría abrir nuevas líneas de investigación o proyectos a partir de, por ejemplo, el feminismo y el teatro mexicano hecho por mujeres.
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“La figura y el trabajo de Nancy Cárdenas, su postura vital tiene una resonancia muy importante con lo que está sucediendo actualmente, con el avance de las libertades. Quien se acerque tendrá que descubrir a este personaje, que es una guerrera, como ella misma lo decía, una guerrillera disfrazada de artista. Y efectivamente uno se enfrenta con una mujer que está desde una trinchera dando la lucha, una lucha política, muy interesante para su época”. Peregrino concluye: el discurso de Nancy Cárdenas puede seguir vigente en estos primeros 25 años del siglo XXI. “Y seguiría siendo necesario y hace falta porque estamos viviendo momentos en que se está buscando eliminar nuestros derechos en otros países. Aquí en México no se ve a corto plazo qué vaya a suceder, pero somo ya muy conscientes de que no podemos bajar la guardia ni cruzar los brazos porque viene muy fuerte el movimiento de la ultraderecha”.