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yanet.aguilar@eluniversal.com.mx
La gran apuesta de la actual administración de la Red Nacional de Bibliotecas es crear una “biblioteca central” con dos sedes: la Biblioteca Vasconcelos, que resguardará el acervo del “día a día”, es decir los libros contemporáneos; y la Biblioteca de México José Vasconcelos, que será la depositaria del acervo antiguo. Para ambas habrá un sólo director, un sólo organigrama y un sólo plan operativo.
Esa biblioteca central será la punta de una pirámide del libro conformada por las 7 mil 454 bibliotecas que tiene la Red Nacional de Bibliotecas de la Secretaría de Cultura del gobierno federal, y enlazará todas las acciones a favor del fomento a la lectura de toda la red de bibliotecas públicas del país, eso que en la administración de Vicente Fox llamaron el cerebro central de las bibliotecas y, en tiempos de Felipe Calderón, el cerebro electrónico de la Red Nacional de Bibliotecas.
“Requerimos más que un par de bibliotecas ejemplares como lo son la México y la Vasconcelos; necesitamos una biblioteca que se comprometa con el resto y que se encargue de suministrar información sobre el crecimiento en conjunto. ¿La biblioteca de México hoy lo puede hacer? No, no está preparada, ¿la Biblioteca Vasconcelos lo lograría? Menos aún”, señaló Marx Arriaga, director general de Bibliotecas de la Secretaría de Cultural al presentar la Estrategia de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas.
Arriaga informó sobre la nueva organización de la red de bibliotecas, y anunció que José Mariano Leyva será el encargado de dirigir las dos sedes de la biblioteca central. Dos sedes que, dijo, se complementan, pues la México tiene la estructura organizacional y la Vasconcelos, “a pesar de sus deficiencias”, funcionaba con su programa.
Dijo que entregarán dotaciones de libros que respondan a la Estrategia Nacional de Lectura, donde privilegiarán las lenguas nacionales y los libros de la Conafe, colecciones que ya han adquirido y que serán entregadas a ciertas bibliotecas. Aseguró también que habrá un criterio de adquisición de acervos para la red con base en las necesidades que determinen los líderes de cada comunidad.
Agregó que la meta de esta administración es la reactivación de la Red Nacional de Bibliotecas y el reto es tener una Red de bibliotecas sanas, con acervo abierto que le sirva a la comunidad.
Señaló que trabajan en un diagnóstico, pero actualmente hay 600 bibliotecas cerradas en los pasados dos sexenios por varias razones, entre ellas falta de personas y problemas de infraestructura y falta de acervo; la última dotación recibida fue la colección “México Lee”, de 2012.
José Mariano Leyva aseguró que las dos sedes de la nueva biblioteca central mantendrán su personalidad.