El violonchelista y director de orquesta iraquí-estadounidense Karim Wasfi toca entre las ruinas de Mosul un mensaje de "paz y coexistencia".
Varias decenas de personas asistieron el viernes a su actuación. Algunos retrataron con el teléfono móvil al músico acompañado de la orquesta Nerkal, compuesta de violín, guitarra y laúd.
Tocaron entre los dos símbolos religiosos de la ciudad: el minarete inclinado -apodado el jorobado por los habitantes- y el convento dominico Nuestra Señora de la Hora , cuyo reloj daba la hora en la ciudad.
Los dos edificios quedaron devastados durante la batalla contra los yihadistas del grupo Estado Islámico que convirtieron la ciudad en su "capital" en Irak hasta que fueron expulsados de ella en julio de 2017.
"Esta música es un mensaje de Mosul al mundo entero, que contiene los conceptos de seguridad, paz y coexistencia", afirma el exdirector de la Orquesta Filarmónica de Bagdad, nacido en El Cairo en 1972 y apodado el "Rostropóvich iraquí" en referencia al célebre violonchelista ruso.
"Llama a las empresas, a los inversores y a las organizaciones a venir a participar en la reconstrucción de la ciudad, en particular, el casco viejo destruido", agregó.
Las autoridades iraquíes emprendieron esta semana una campaña de desescombro en Mosul, primera etapa de la reconstrucción de la ciudad.
akc