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ana.pinon@eluniversal.com.mx
El compositor Federico Ibarra consolida un sueño más en su próspera carrera: el estreno mundial en su versión escenificada y orquestada de una de sus óperas más ambiciosas y con una poderosa crítica social, El juego de los insectos. La escribió entre 2008 y 2009, cuando el país se sobreponía a la división social tras las elecciones de 2006, se enfrentaba a una guerra contra el narcotráfico y vivía una emergencia sanitaria por la influenza. Ahora, el estreno encuentra a un mundo que atraviesa crisis políticas y económicas que no han podido solucionar ni gobiernos de izquierda ni de derecha, y a un México que “vive infinidad de problemas”.
“Estamos llenos de problemas y esperamos que alguien llegue a solucionarlos, pero somos los ciudadanos los que debemos tener el valor de demostrar lo que queremos y lo que no. Vivo en la Condesa, estábamos muy bien, tras el sismo de septiembre todo cambió, se destruyó una parte de la colonia. Vi que los vecinos fueron solidarios, por eso pienso que toda esa fuerza que hubo en esos días, especialmente la de los jóvenes, podría unirse para decir qué país quiere, quién quiere que los gobierne y cómo quiere que los gobierne”.
Ibarra es el compositor mexicano vivo que más óperas ha escrito: nueve. La más reciente, El juego de los insectos, con libreto de Verónica Musalém, hará el estreno mundial de su versión orquestada y escenificada los días 3, 7, 10 y 12 de junio en Bellas Artes. Es una ópera crítica a la sociedad de su época a través de la metáfora de los insectos. Hormigas que trabajan para la guerra o mariposas burguesas indiferentes a la realidad social. Los insectos muestran los peores defectos de la humanidad. Es una crítica social a la actualidad, desde la actitud de los adolescentes y adultos, hasta las guerras, el calentamiento global y la degradación del medio ambiente.
Esta ópera basada en la obra teatral homónima checa de los hermanos Karel y Joseph Kapek, escrita en 1921, tuvo un estreno en versión acompañada al piano en julio de 2009, también en Bellas Artes. Es una coproducción de Julián Robles y el INBA, con el apoyo de Efiartes; contará con 18 solistas, además de coro, bailarines y actores. En escena habrá más de 80 artistas más la orquesta del Teatro de Bellas Artes. La nueva producción tendrá en la dirección de escena a Claudio Valdés Kuri y en la dirección concertadora a Guido Maria Guida.
¿Cómo fue la escritura de El jardín de los insectos?
La escribí hace 10 años y fue muy divertido. El texto y, sobre todo la obra de teatro de Kapek, son extraordinarias. Fue un trabajo espeluznante el poder escribirla porque lo hice todo con mis manitas, no usé computadora. Las millones de notas que escribí para la duración de esta ópera... no sabe lo que significa, la cantidad de horas que pasé escribiendo fueron terroríficas, incluso algo pasó con mi mano, uno de los dedos ya no funcionaba bien por la presión que hacía al escribir. Un ejercicio así lo puede soportar la mano pero sólo por un tiempo, pero la mente no se cansa. Yo la quería terminar y fue un esfuerzo bruto.
Y sin embargo, este trabajo conjuga todos los elementos por los que usted escribe ópera.
Así es. Yo no escribo sólo para las voces, pienso en lo que las voces tienen que decirnos y en lo que se tiene que ver en escena. En este sentido, creo que Valdés Kuri se ha encontrado con los personajes. Es una ópera que había estado esperando escuchar a su director de escena, porque no se trata sólo de marcar en qué momento se entra o se sale, sino de entender su concepto. Yo no escribo una ópera que no tenga un juego escénico. Para mí, la ópera es teatro y el teatro hay que recuperarlo.
Para este montaje ha tenido que releer la partitura. ¿Ha sido una experiencia gozosa?
No. Dan ganas de cambiarle algunas cosas, pero ya no lo debes hacer porque nunca estará listo tu trabajo. También he encontrado pasajes que están muy bien. Es para mí una zozobra releer un trabajo que hice hace mucho tiempo, pero también me ha dado muchas alegrías porque veo cosas que están bien hechas.
Su ópera ha esperado 10 años, pero hay otras que han esperado décadas. ¿Qué necesita la ópera mexicana para ser estrenada?
Hay que insistir en que se puedan ver los trabajos que se han hecho. Hay compositores del siglo XIX que siguen esperando que sus obras se estrenen, incluso hay muy grandes compositores, como Melesio Morales, que siguen esperando. Me interesa abogar por la obra de ellos, pero también me interesa que mis óperas se estrenen. Se tendría que hacer una campaña para que conozcamos nuestro importante pasado musical, que conozcamos no sólo la ópera sino muchas cosas más. Las instituciones tendrían que estar trabajando en esto. La ópera es muy cara y por eso siempre se está pensando en poner los títulos que todo mundo conoce para que se llenen los teatros y se recupere tanto gasto, pero desafortunadamente no se ha tomado en cuenta que se pueden hacer esas óperas y también se puede recuperar nuestro pasado musical y se puede hacer ópera contemporánea. El patrimonio musical del país tiene que enriquecerse.
El juego de los insectos aborda la condición humana y es crítica de una sociedad.
Eso fue lo que me interesó. Si vemos la obra de Kapek por encima, sólo hay insectos, pero si profundizamos, nos damos cuenta de que a través de los insectos hay una crítica social terrible y creo que la ópera tiene que abordar estos temas. Me interesan este tipo de preocupaciones, ninguno de nosotros es ajeno a los problemas de la sociedad. Hace años la leí, luego la vi con la ENAT y me sorprendió más. Mucho después me di cuenta de que era momento de escribir la ópera.
Cuando la escribió y tuvo su estreno musical, México atravesaba por tiempos convulsos.
Sí, eran los tiempos en los que empezamos a prever la guerra en la que estamos, una guerra innecesaria para el país.
Ahora, 10 años después llega el estreno escenificado y orquestado. ¿Qué México verá esta ópera?
Esta obra de teatro se estrenó en la década los 30 en Europa, antes de la Segunda Guerra Mundial pero ya se veía que podría suceder. Fue un éxito desmesurado porque retrataba no sólo el presente, sino también el futuro. En este sentido espero que no se dé el mismo caso en México, pero sin duda retrata lo que estamos viviendo.
Habla de una juventud burguesa, indiferente. ¿Así es nuestra juventud?
Sí, claro. En la primera escena se habla del hastío de la juventud, un hastío que ha tenido en muchos momentos. La juventud no sabe en qué dedicar su tiempo ni para qué está aquí ni cuál es el propósito de su existencia dentro del planeta. Creo que las cosas han cambiado a lo largo de los años, pero en esencia seguimos viendo que hay juniors a los que no les interesa el país para nada, que siguen a disgusto en el país a pesar de tener oportunidades. Por supuesto que las oportunidades para los jóvenes de todos los sectores no son las mismas que había hace 10 o 20 o 30 años, sobre todo porque la población ha crecido de manera desmedida; pero también es cierto que todas las juventudes de todas las generaciones se han enfrentado a muchos problemas y han tenido que trabajar y estudiar mucho para salir adelante.
¿Y quiénes representarían a los parásitos de su ópera?
¡Uhhh! ¿¡Quién no!? Para qué quiere que le platique de eso.
¿Y las larvas?
La larva es un personaje muy curioso, son los niños mimados en exceso, que ya no pueden tener más de nada pero se siguen quejando de todo. El tenor canta en falsete todo el tiempo. Es algo muy extraño, es una caricatura musical y no es muy común. Es un personaje que no ha nacido y ya está en contra de todo.
¿Las hormigas?
Representan la situación en la que estamos viviendo, pareciera que son únicas pero tienen partidos, unas son amarillas, otras son verdes, negras, y todas están preparándose para la guerra.
¿Hay cabida para la esperanza?
Sí. La crisálida es la esperanza y está esperando que con su vida pueda arreglar muchas cosas.
¿Cómo vislumbra el país?
México ahora tiene la particularidad de que pronto vivirá unas elecciones, pero lo que veo es que nuestro país y una gran parte del planeta atraviesa por muchos problemas. Pensemos en los países europeos que se han ido por la derecha, otros por la izquierda y ninguno ha solucionado sus problemas, esto es preocupante.
¿Y qué me dice de los candidatos a Presidente?
Que ojalá hubiera uno que cumpliera con todas las expectativas. Pensemos en los últimos años, yo no voté por Vicente Fox, pero me pareció espléndido que la gente haya querido votar por él y por otro partido. Lo malo fue que ese partido no cumplió con todas las expectativas que tenían en sus manos. Hubo un regreso al PRI y creo que ocurrió porque los mexicanos somos de acción y reacción. Y si ya ninguno de los partidos ha cumplido con las expectativas, quizá la gente quiera ver ahora otra opción.
¿Y qué papel juega el ciudadano?
En Argentina la gente salió con sus cacerolas a la calle a exigir que las cosas cambiaran y yo aplaudí mucho esas manifestaciones, como he aplaudido las manifestaciones en otros países como España. Y no hablo de marchas, hablo de toda una sociedad en las calles. ¿Se arreglaron las cosas en Argentina o España? Desafortunadamente vemos que no. Y siempre estamos pensando en que la crisálida nos va a resolver todo. Usted y yo, y todo el mundo queremos un país mejor, sin duda.