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ana.pinon@eluniversal.com.mx
El Festival de Música de Morelia Miguel Bernal Jiménez (FMM) inicia hoy su vigésima novena edición con un el lema “TodosSomosMúsica” y con un nuevo enfoque: conservar el espíritu del encuentro, que es la difusión de la música del compositor michoacano, ampliar la oferta sonora a géneros como el jazz y el rock, atender a un público más diverso, especialmente joven, así como ofrecer encuentros académicos con los artistas invitados.
El Festival se llevará a cabo del 10 al 25 de noviembre con músicos de 14 países como Corea, Estados Unidos, Canadá, Venezuela, Austria, Reino Unido, China, Alemania. El concierto inaugural estará a cargo de la Orquesta Filarmónica de Jalisco y Daniela Liebman al piano.
El festival cuenta con un consejo artístico conformado por los compositores Rodrigo Sigal, Javier Álvarez y el percusionista Ricardo Gallardo, quienes, de acuerdo con el crítico musical Iván Martínez, son tres de las mentes más destacadas de su generación. Ellos, de la mano de la directora general del encuentro, Mariol Arias, se propusieron que en esta edición hubiera un balance entre la diversidad musical y el número creciente de propuestas de agrupaciones nacionales, artistas michoacanos, ensambles y jóvenes talentos.
“Tenemos estrenos de artistas internacionales, primeras visitas de grupos de primer nivel; pero también tendremos estrenos de músicos mexicanos, como el de Leonardo Coral. Además hemos tratado que el festival sea un espacio para que los intérpretes nacionales puedan tocar en un encuentro de primer nivel como el que proponemos. El balance y la diversidad son muy importantes, por eso tenemos un espacio muy relevante para el jazz, para la música del mundo con países como Corea, pero también tenemos lugar para el rock y por eso ofreceremos un concierto muy grande con Julieta Venegas. Y claro, en el centro está la música de Miguel Bernal Jiménez; además contaremos con conciertos de música de cámara, de contemporáneo, de clásico. Queremos un festival más incluyente que se está preparando para su edición 30 y que busca ser para la ciudad de Morelia con públicos diversos”, explica en entrevista Rodrigo Sigal.
Para Iván Martínez, el festival ha pasado por varias etapas, una muy fructífera en su crecimiento con la administración de Verónica Bernal (nieta de Bernal Jiménez, quien ideó a su ciudad natal como una capital americana de la música; sus hijos fundaron en su nombre este encuentro) y con la asesoría de Sergio Vela.
“Lograron darle una imagen, un alcance y una programación más allá de la ciudad, más cosmopolita y más ‘profesional’. Antes era un festival más local, no quisiera decir mediocre, pero sí de alcances —y miras— menores, cuando tuvieron como directores artísticos a Enrique Barrios o Fernando Lozano. Con Verónica y Sergio hubo un crecimiento en imagen, que muchos criticaron como pretenciosa, pero la programación era acorde a eso: Misha Maisky, el cuarteto de Leipzig, Jordi Savall, Anne Sophie Mutter, Viktoria Mullova…”, dice.
Tras la separación de Vela y la creación del actual consejo artístico, asegura Martínez, así como con la nueva dirección general de Mariol Aria, hubo un proceso de transición que este año parece consolidarse.
“No sé Ricardo, pero Javier y Rodrigo conocen muy bien la ciudad, lo que el público de la ciudad quiere, son personajes ligados totalmente a lo local, pero también con una presencia como artistas en prácticamente todo el mundo: así que podían combinar muy bien lo que está pasando en otras partes con el espíritu moreliano y hacerlo diferente a lo que cada uno hace en sus otros ámbitos de injerencia en otras instituciones de Morelia”.
Por su parte, Sigal destaca que con casi 30 años de historia, este encuentro ya cuenta con un público fiel que ha sabido ser crítico. “Poco a poco se ha ido integrando a otros espacios, la muestra gastronómica, las actividades académicas y la programación para niños dan cuenta de la responsabilidad de los organizadores”.
Mariol Arias llegó a la dirección general en agosto del año pasado, por lo que la edición anterior sólo cubrió la parte operativa. En esta edición, asegura, fue posible aportar sus propias ideas, sumar más esfuerzos de la iniciativa privada y continuar trabajando con un equipo sólido.
“Estamos por cumplir los 30 años y vamos a llegar con una gran madurez, convertidos en un festival muy importante y queremos seguir proponiendo cosas muy interesantes al público. Por ejemplo, en esta edición, la parte académica me parece muy relevante, este año tenemos 10 talleres y clases maestras con los artistas. La primera clase que tendremos es con Yi Ji-Young, una de las intérpretes de gayageum más representativa de Corea, y como será muy complicado encontrar a intérpretes de ese instrumento, el encuentro con ella será muy interesante porque podremos conocer muchas cosas sobre el gayageum; los tres cuartetos invitados también tendrán encuentros con el público. Otro evento que para nosotros será muy relevante es que el flautista Luis Julio Toro y el violinista William Harvey trabajarán con la Orquesta y Coro de la Transformación Miguel Bernal Jiménez”.
De la programación, Martínez descata al cuarteto Penderecki, “un grupo excepcional, de lo más destacado en cuartetos”; al flautista Luis Julio Toro, “uno de los músicos más importantes de Latinoamérica, que además de su ecléctico recital solo, hará un proyecto con dos grupos que igual se reúnen para esto (La orquesta barroca La Galatea y el ensamble vocal Voces 8); y el Sonar quartet. Asimismo resalta la interpretación de El mandarin maravilloso, de Bartok, con la Orquesta Filarmónica de Jalisco y el Concierto para orquesta de Lutoslawski con la Orquesta Sinfónica de Xalapa.
“Creo que ni el Cervantino de este año logró tener una programación tan variada y sólida”, opina Martínez.